¿Por qué el mundo ve a Nicaragua como un paraíso de equidad de género?»
Lucydalia Baca Castellón
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Los datos, cuando no pueden ser contrastados presentan una imagen totalmente equivocada. El índice de género del Foro Económico Mundial es un ejemplo.
Licencia de maternidad que entre la madre y el padre, suma nueve meses para cuidar a los recién nacidos. Tasa de homicidios más baja del mundo, que es atribuida principalmente a la inexistencia de brechas económicas entre las clases sociales. Método propio de educación basado en la igualdad, que prohíbe el uso de libros y juguetes tradicionales.
Estas son solo algunas de las características que convierten a Islandia en el país con la mayor equidad de género. Y han servido para que muchos consideren que es el mejor lugar del planeta para ser mujer.
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La realidad ubica a Nicaragua a años luz de ese paraíso. Pero el Índice Global de Brecha de Género, lo pone a tan solo unos pasos. Según el análisis anual, realizado por el Foro Económico Mundial (WEF por su sigla en inglés), Nicaragua está muy cerca de igualar a Islandia. País que en la última década ha encabezado la lista de países con mayor equidad.
Desde 2009 Nicaragua se coló en los diez primeros lugares de la lista. Para la edición 2020, mantuvo por tercer año consecutivo, el quinto lugar de la lista. En esta oportunidad se analizaron 152 naciones; y la calificación obtenida fue 0.804.
Eso significa que está a 0.74 puntos del 0.877 de calificación obtenido por Islandia. Nota que la colocaría en el primer lugar. Para lograrlo, debe superar los avances que anualmente registran Noruega, Finlandia y Suecia (segundo, tercero y cuarto lugar respectivamente).
Este honroso puesto, contrasta con una realidad en la que Nicaragua es uno de los pocos países del mundo que penaliza el aborto terapéutico; Y donde la violencia contra la mujer es alarmante, pues solo en el primer mes del este año se registraron 20 muertes violentas, entre femicidios, parricidios y asesinatos. En el país, en la última década se han registrado 647 femicidios.
La falta de castigo a los asesinos es otra característica que refleja la falta de equidad. De los 63 femicidios reportados en 2019, solo cinco criminales fueron condenados. La inexistencia de autonomía de los funcionarios públicos, es otra muestra de la falta de equidad.
¿Por qué Nicaragua tiene ese lugar en equidad de género?
En un gobierno totalitario, ni hombres ni mujeres tienen capacidad de decisión. Y la realidad es que en Nicaragua los únicos que toman decisiones son Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
“La contradicción que refleja este índice es provocada por un error de la metodología, que basa su análisis en la parte formal y no real. Es decir en las leyes y los números; y en Nicaragua eso es maravilloso. Incluso la participación equitativa del 50-50 fue elevada a rango constitucional. Pero en la práctica ninguno manda, porque en los gobiernos totalitarios el poder está centralizado”,
Especialista en derecho constitucional que prefiere omitir su identidad
Además de esa paridad 50-50 de los géneros, que existe solo en la formalidad, otros especialistas consultados aseguran que lo que mide ese índice el la brecha entre hombres y mujeres dentro del mismo país. "O sea que cuando se ven los indicadores, tanto los hombres pobres como las mujeres pobres están igual de mal en Nicaragua, el hombre no tiene una amplia ventaja en ese sentido", aseguró uno de los consultados.
La medición del Índice Global de Brecha de Género se comenzó a realizar en 2006. En esa primera edición analizaron 115 naciones y Nicaragua se ubicó el puesto 62 con una puntuación de 0.652 donde el óptimo es 1. Desde entonces, sus supuestos avances para lograr la paridad lo hicieron escalar a pasos agigantados.
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¿Empoderamiento político? ¿de verdad?
No obstante, el WEF en su informe 2020, publicado en diciembre admite que al ritmo actual, eliminar la brecha y alcanzar la nota óptima de 1, le tomará a Latinoamérica 59 años.
Pero resalta que en esta parte del mundo la mejora más notable se observa en la dimensión de empoderamiento político, donde se ha reducido la brecha en 5 por ciento. A la cabeza de estos esfuerzos coloca a Nicaragua, con una reducción del 80.4 por ciento de su brecha.
¿Qué analiza el estudio?
El índice examina cuatro áreas de desigualdad entre hombres y mujeres dentro del mismo país:
- Participación económica y oportunidades: toma en cuenta salarios, niveles de participación y acceso a empleos de alta calificación y mejor remuneración. En la edición 2020, en este apartado Nicaragua se ubica en el puesto 81 de entre 153 países y tiene una calificación de 0.582 puntos.
- Logro educativo: mide resultados en materia de acceso a todos los niveles de educación desde la básica hasta la superior. Nicaragua comparte el primer lugar de la lista con varios países y tiene un puntaje de 0.954.
- Empoderamiento político: analiza la participación de las mujeres en las estructuras de toma de decisiones. Nicaragua comparte el lugar 3 con una calificación de 0.239 puntos.
- Salud y supervivencia: incluye indicadores como la esperanza de vida y la proporción de nacimiento por sexo. En este campo Nicaragua también se ubica en el primer lugar junto a otros países y su calificación es de 0.958 puntos.
Feministas cuestionan resultado
Desde el 2009, cuando Nicaragua se coló en la lista de los diez países con más equidad, el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) ha cuestionado el peso que tiene en la elaboración de este tipo de informes la falta de divulgación de la estadísticas oficiales.
Saben que no pueden exigir al WEF que cambie su metodología de medición, sin embargo, han hecho llegar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y otras instancias, información sobre la situación real de las mujeres y esperan que en algún momento se conozca la realidad.
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“Usan datos oficiales que produce y provee el Estado. Es información que solo ellos (el Estado) conocen y que carece de auditoría social. No existen mecanismos para confirmarla. Además, particularmente en salud y educación no existe capacidad de fiscalización para determinar si la veracidad de los datos”, señala la directora ejecutiva del MAM, Juanita Jiménez.
En el acápite de logro educativo, el análisis mide únicamente la tasa de alfabetización y el porcentaje de matrícula en educación primaria, secundaria y terciaria. No se incluye el porcentaje de abandono.
No tomar en cuenta la deserción provoca una gran deficiencia. Ya que ha sido comprobado, incluso por organismos internacionales como la Unesco, que la tasa de abandono escolar es muy alta. Aproximadamente la mitad de los estudiantes que inician el año escolar en las distintas etapas, no lo concluyen.
El espejismo de la participación
La participación política es otro indicador que ha impulsado la mejoría de la calificación del país Sin embargo, Jiménez considera que haber pasado de 5 por ciento de participación en los años noventa, a cerca del 50 por ciento en la actualidad, no implica que tengan calidad de participación ni autonomía para tomar decisiones.
“Esos cargos públicos no están avalados por liderazgos, porque son las mujeres leales, las de los hombres del partido, o sus familiares, como Rosario Murillo en el Frente Sandinista o María Fernanda Flores en el Partido Liberal, las que son designadas para ocupar esos cargos. Estos esquemas se repiten en todas las estructuras políticas”.
Juanita Jiménez, directora ejecutiva del MAM.
A criterio de especialistas, en Nicaragua la ley 50-50 lo único que logró fue satanizar el modelo de cuotas, que en otros países ha garantizado la igualdad de participación política
Ortega ha provocado retroceso
Otro factor que el informe no toma en cuenta, es el retroceso que decisiones tomadas por el régimen Ortega-Murillo han provocado en el ámbito legal referido al respeto a los derechos de las mujeres.
La penalización del aborto terapéutico; y la reforma a la Ley 779, Ley Integral contra la violencia hacia las mujeres, al establecer la mediación dejó más expuestas a las mujeres a la violencia, han deteriorado el respeto al derecho de las mujeres.
Además, en septiembre de 2018, el régimen Ortega-Murillo declaró ilegal el derecho constitucional de protestar, como parte de la represión al estallido social de abril del 2018. Pero las mujeres tienen prohibido marchar desde mucho antes. En la última década, cada vez que han intentado salir a marchar para celebrar alguna efeméride, han sido acosadas y atacadas por simpatizantes gubernamentales.
En Islandia feministas en el poder
En Islandia se penaliza la venta de servicios sexuales y el castigado es el cliente no la prostituta. Además, muchas de las instancias gubernamentales, son presididas por feministas. Y es muy común que ellas marchen con el torso desnudo para dejar claro que tienen derecho de hacerlo, sin que esto implique que tenga que ser abusadas.
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