¿El Covid-19 será el ocaso del Estado-Nación?»
Eliseo Núñez
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Los Estados-Nación deben ceder parte de su soberanía de manera real, pero deben mantener principios democráticos para enfrentar los nuevos retos
Humanamente, lo que resulta impactante de la actual pandemia son las cifras de muertes, los contagiados, el esfuerzo de los sanitarios por la recuperación de las victimas o en algunos casos por darle un poco de dignidad y buen morir.
Pero además, todo lo que pasa con la pandemia, esta saca a flote muchas de las deficiencias o inconsistencias del sistema global que dábamos por sentado funcionaba autónomamente: la interconexión, la comunicación global, la división de roles entre países productores de bienes, productores de servicios y productores de conocimiento.
Todo parecía ser parte de un rompecabezas en que las piezas se iban produciendo para dibujar nuevos panoramas y sin mayores problemas encajaban perfectamente.
¿El ocaso del sistema que nació en 1990?
Veamos un poco de donde venía este panorama, la guerra fría llegaba a su fin, el mundo en que amanecimos en 1990 era uno donde la democracia y la economía liberal habían triunfado sin discusiones, la desregulación estatal era el método y el fortalecimiento del individuo frente a un Estado más débil se habían convertido en la meta.
Este mundo creó nuevos paradigmas económicos, la forma de edificar riqueza se modificó dramáticamente, la globalización nos permitió ver al mundo como un todo y en efecto, lo es, debido a la capacidad de comunicarnos y de producir sin tener la distancia como factor a tomar en cuenta.
El nuevo modelo y los Estados-Nación
En realidad estamos asistiendo al surgimiento de un nuevo modelo económico global y como todo modelo económico emergente siempre supera la capacidad de la institucionalidad instalada; lo fue así en el tránsito del esclavismo al feudalismo y lo fue en el tránsito del feudalismo al capitalismo.
Por esta razón vemos a los llamados Estados-Nación (base del modelo institucional actual) desbordados ante las crisis globales, lo fue así en la crisis financiera del 2008 y lo es mas evidente en la actual crisis del covid-19.
Ante este desborde los peligros estriban principalmente en las soluciones políticas que se quieran implementar para que esto no vuelva a suceder.
Riesgos que, tratando de enumerar algunos podrían ser: el fortalecimiento de modelos autoritarios autárquicos; el proteccionismo económico (que ya estaba en boga) con fines de seguridad nacional, sobre regulaciones del mercado; crecimiento desmedido del Estado, y otros que irán contra la corriente de la globalización y provocarán seguramente consecuencias tan graves como la misma crisis que originó su implementación.
La desconfianza evidente entre los Estados-Nación
Las actuales medidas anunciadas por Japón para repatriar industrias que tenían su base de fabricación en China y los conflictos generados por la importación o exportación de insumos médicos para combatir la crisis, tienen como denominador común el terror de los Estados-Nación a depender unos de otros.
Bajo la línea de flotación de las declaraciones y anuncios podemos ver que existe la intención de no mantener esta interdependencia en el nivel actual, la pregunta es: ¿es esto posible? Responder a esta pregunta implica valorar no la voluntad del poder político simplemente, sino la capacidad de la economía real de desconectarse, esto último no parece posible, ¿entonces qué hacer ante esto?
La respuesta está en que los Estado-Nación se deberán transformar en partes institucionales de un todo, la cesión de algo para obtener parte del todo será la regla, el mundo más allá de hoy deberá ser un mundo de bloques interconectados rescatando el método que las democracias internamente usan para mantener su contrato social a flote; el método de los pesos y contrapesos, es decir nos enfrentamos hoy a la necesidad de la construcción de un Gobierno Global.
Un modelo que ya no se adapta a los nuevos retos
Los mecanismos, las instituciones, los poderes y alcances de este modelo serán la discusión de los próximos años, pero estoy seguro que no lograremos seguir enfrentando retos globales como esta pandemia con acciones soberanas de Estados-Nación, deberemos revisar todo lo existente, desde las organizaciones multinacionales como Naciones Unidas, Organización de Estados Americanos hasta modelos comunitarios como la Unión Europea, Sistema de Integración Centroamericano, y la Comunidad Económica de África Central. Además por supuesto del soberano de Estado-Nación.
Todos ellos deberán cambiar y adaptarse a los nuevos retos, deberá la humanidad hoy globalizada y sin fronteras contar con un modelo que aloje las necesidades de nuevas reglas que mantengan la libertad individual y eviten la incapacidad de enfrentar las amenazas globales.
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