Elecciones sin cambios solo perpetúan la vieja política»
Yaser Morazán
//
Ir a elecciones sin que haya cambios reales en el sistema electoral solo provocará que quienes participen logren unos cuantos escaños y beneficios del erario, lo que traicionaría el espíritu de abril de 2018
Casi por unanimidad, los nicaragüenses estamos de acuerdo en que en un Estado de Derecho la única forma viable de alternar el poder político es a través de un proceso electoral cívico, pacífico y transparente. La democracia es una forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos. Ya que la soberanía radica en el pueblo que ejerce el poder directamente o por medio de sus representantes. Bajo esta premisa, Nicaragua es cualquier cosa, menos una democracia.
Esta forma de organización política que surgió en Atenas en el siglo V a. C. plantea amplios mecanismos de participación ciudadana, para la colectivización de la gestión pública. Aunque hayan pasado cientos de años desde su creación, para la cultura nicaragüense sigue siendo una utopía. Pues desde que se fundó la República, hemos tratado de adaptar modelos de organización Occidental a realidades de cacicazgos como la nicaragüense.
Yaser Morazán también escribió: Jóvenes de la Coalición deben reflejar la esencia de la Rebelión de Abril»
Pero la falta de procesos democráticos que caracterizan la historia de Nicaragua no es exclusiva del régimen Ortega Murillo. A lo interno de sus estructuras, muchas de las organizaciones opositoras también carecen de mecanismos de elección popular.
Una muestra de esto son, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), de Arnoldo Alemán y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia del sector privado. Y sin principios y valores democráticos que rijan su actuar, difícilmente avanzaran hacia objetivos democráticos comunes, ya que nadie puede dar lo que no tiene.
Líderes que no se ponen de acuerdo
Por ejemplo, según los titulares y artículos periodísticos de muchos medios de comunicación, Nicaragua parece ser el país del mundo que más "líderes" por metro cuadrado tiene. Sin embargo, esto no sirve de mucho.
A dos años de la Insurrección Popular de Abril las organizaciones emergentes están llenas de líderes estudiantiles, sociales, empresariales y demás. Pero no se han puesto de acuerdo en planificar y convocar un proyecto de resistencia nacional que nos permita a los nicaragüenses participar en su ejecución.
Otro escrito de este autor: La oposición debe hallar intereses comunes para forjar la unidad»
Una de las razones de esa falta de claridad política, se debe al espejismo que representan las próximas elecciones nacionales para la distribución de cuotas de poder. Y por consiguiente de asignaciones económicas del presupuesto general de la República para campañas electorales.
La lógica de muchos partidos políticos tradicionales es que, es mejor recoger migajas, que no disfrutar del pastel. Pues cada posible diputado dentro de la siguiente Asamblea Nacional significará recursos para el pago de planillas, alquiler, material de oficina, etc. de sus respectivos partidos políticos.
Olvidan que el poder radica en el pueblo
La alucinación por las próximas elecciones tiene tan ensimismado a los partidos y organizaciones políticas, que olvidan que su verdadero poder radica en el apoyo del pueblo que dicen representar. Tanto así que parecen ignorar que en la última encuesta realizada por la consultora internacional CID Gallup obtuvieron porcentajes muy bajos de aprobación. Si realmente quisieran ir a procesos electorales libres, transparentes y democráticos, podrían empezar por cambiar sus estrategias de acercamiento e interacción con los posibles votantes.
Sin embargo, la clase política nicaragüense sabe que los comicios en nuestro país son meras pantomimas para la asignación (no elección) de alcaldías y diputaciones. Pues durante los últimos cinco procesos electorales, los partidos políticos han hecho el experimento. Han ensayado de sobra cómo es participar, registrar el fraude y denunciarlo ante los medios de comunicación y la comunidad internacional. Sin que esto signifique cambios sustanciales en el sistema. No podemos esperar resultados distintos, haciendo lo mismo.
Sin cambios en el sistema, en el proceso de 2021 aunque en las encuestas el FSLN represente el 15 por ciento de intención de voto, aparecerá ganado con más del 60 por ciento de apoyo popular. Si la comunidad internacional no se inmutó de forma contundente por los crímenes de lesa humanidad, ¿cree la oposición que si lo hará por unas elecciones de papel? Esa fue la misma lógica aplicada en Venezuela y el resultado es de todos conocidos. Llevan más de 20 años en dictadura.
Es normal que los partidos y organizaciones políticas tradicionales pretendan participar en elecciones fraudulentas con el dictador. Pues ha sido su práctica en los últimos años y no conocen formas éticas de luchar por Nicaragua. Al final han sido parte del problema que nos llevó hasta aquí.
No ir a elecciones con delincuentes disfrazados de autoridad
Sin embargo, la energía y demandas de la Insurrección Popular de Abril son de naturaleza contraria a seguir reproduciendo el mismo sistema político.
"La estrategia de ir a elecciones con delincuentes disfrazados de autoridad es viable únicamente si lo que se busca es reproducir las formas tradicionales de hacer política. Esto incluye esperar un nuevo derramamiento de sangre de los sectores populares y más vulnerables, que bajo en engaño de defender el voto de la oposición pueden terminar con un disparo en la frente".
Yaser Morazán
En una realidad alterna a los grupos de oposición, los ciudadanos saben que si el FSLN te asesina por gritar “Viva Nicaragua Libre”, será capaz de asumir cualquier otro precio con tal de no entregar el poder político. Sumado a las consecuencias que esto implicaría para su propia militancia cómplice de asesinatos.
Por lo tanto, ante la falta de un plan nacional contrario a elecciones fraudulentas, los nicaragüenses tendrán que innovar planes de supervivencia desde los hogares. Ya que solo así podrán garantizarse ellos mismos los derechos humanos elementales de la vida y la libertad.
*El autor es trabajador social y psicólogo familiar
ETIQUETAS: Alianza CívicaDemocraciaEleccionesPLCYaser Morazán
Abril 18 marcó la partida del caciquismo al verdadero liderazco. Los líderes nacieron -y muchos murieron- dejando sudor y lágrimas en las barricadas.
No hay posible confusión.
Los políticos tradicionales momificados y el Capital se apuraron a entrar como el virus del Covid en la incipiente organización apadrinada por la Iglesia Católica y hoy "dirigen la oposición".
Solo los estudiantes, muchos de ellos padeciendo en el exilio, pueden representarno y liderarnos. En ellos la Historia ha dado el honor de forjar una nueva Nicaragua.
Solo ellos se han ganado ese honor y yo les reitero mi respaldo.