La disyuntiva ecuatoriana»
Foto tomada del Facebook de Guillermo Lasso, candidato a presidente de Ecuador
Avil Ramírez
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Ecuador elige un nuevo presidente y un eventual triunfo de Andrés Arauz le garantizaría a Daniel Ortega otro aliado en América Latina
Ecuador elegirá un nuevo presidente el domingo 7 de febrero. El proceso se ha desarrollado en medio de una severa crisis económica, que se ha agudizado por la pandemia que azota al planeta. Y que en el país suramericano de casi 18 millones de habitantes, suma más de 250 mil casos; con cerca de 15 mil fallecidos confirmados y casi 5 mil sospechosos de haber muerto por la misma causa.
Tampoco se pueden olvidar las protestas populares que, en octubre de 2019 y durante 11 días, enfrentó el presidente saliente Lenin Moreno. En ellas, los ecuatorianos mostraron su rechazo a las medidas económicas sugeridas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que incluían entre otras cosas: la liberación de precios de los derivados del petróleo que además ya no recibirían subsidios estatales; y la eliminación de otros beneficios sociales.
Las protestas amenazaron seriamente la estabilidad del gobierno de Moreno, quien se retrocedió con las medidas económicas y promovió un exitoso dialogo con los opositores.
Los 11 días de protesta dejaron un saldo de 10 fallecidos y más de 1,500 heridos. También daños en propiedades públicas y privadas cuantificados en más de 800 millones de dólares.
Cambia. Todo cambia
Hace poco más de un año, casi al mismo tiempo en que se conocía del primer caso del coronavirus en Ecuador, el sitio especializado en política local Primicias, recogía los primeros indicios de las preferencia de los ecuatorianos para las elecciones del 7 de febrero.
Los nombres que sonaban en ese momento eran los de Rafael Correa, Jaime Vargas, Jaime Nebot, Otto Sonnenholzner y Guillermo Lasso. De todos ellos, solo Lasso logró concretar su candidatura. Este es el tercer intento de Lasso para llegar al Palacio de Carondelet, sede del Gobierno y residencia presidencial de Ecuador.
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Tras enfrentar acusaciones de corrupción, Correa fue condenado en ausencia; el ex alcalde de Guayaquil Jaime Nebot no fue autorizado por la autoridad electoral; Sonneholzner --ex vicepresidente de Lenín Moreno-- no obtuvo respaldo; y el dirigente indígena Jaime Vargas, tampoco consiguió el apoyo necesario.
16 aspiran a la presidencia de Ecuador
A pocas horas de la realización de las votaciones, 15 hombres y 1 mujer se disputarán la presidencia del país suramericano, en las que serán las primeras elecciones de 2021 en América Latina. Lucio Gutiérrez, que ya fue presidente y fue destituido en 2005 es uno de los aspirantes; Ximena Peña, es la única mujer candidata. De los 16 aspirantes, 5 se identifican como de izquierda; 3 de derecha y 8 de centro o centro-populismo.
Ecuador podría tener segunda vuelta
La ley ecuatoriana establece que para ganar la elección el candidato necesita el 50 por ciento más uno del total de los votos; o el 40 por ciento, pero superando por 10 por ciento al candidato del segundo lugar.
Ante este requisito, las proyecciones de las principales firmas encuestadoras publicadas por el diario la República, apuntan a que de los 16 candidatos ninguno se perfila como ganador en primera vuelta; y solo 3 tienen posibilidad de pasar a segunda vuelta.
Hasta el último día en que la legislación electoral permite la publicación de resultados de sondeos y encuestas, el promedio de 10 firmas encuestadoras coloca a los posibles competidores de la segunda vuelta en el siguiente orden:
- Andrés Arauz de 35 años, candidato del expresidente Rafael Correa y representante de la izquierda socialista con el 35 por ciento de posibilidad de voto
- Guillermo Lasso de 64 años, banquero y representantes de la derecha con el 26 por ciento de posibilidad de voto y
- Yaku Pérez de 51 años, dirigente indígena y abogado que se define de izquierda, pero anti-correísta, se le atribuye un promedio de respaldo del 16 por ciento
Sin embargo, la cantidad de indecisos --la mayor en los últimos tiempos-- y que según algunas encuestadoras alcanza más del 22 por ciento, puede cambiar los resultados de cualquier estudio. También podría repetirse lo ocurrido en Bolivia con lo que ahora llaman el "voto vergonzante", y el voto de los indecisos podría favorecer al candidato del expresidente Correa.
ELN y la compra de votos
La semana pasada y a pocos días de los comicios, la revista colombiana Semana publicó una investigación titulada Los explosivos archivos de los computadores de Uriel. Uriel era el alias de Andrés Vanegas Londoño, jefe guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN); grupo declarado terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea. En octubre pasado el presidente de Colombia Iván Duque confirmó que Londoño fue abatido en una operación anti-insurgente.
Según la investigación publicada por la revista Semana, la guerrilla colombiana respalda al candidato de Rafael Correa. Pero pocos creen que dichos señalamientos puedan incidir en el resultado de las votaciones del domingo.
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Otros asuntos por los que se critica al joven candidato Arauz, son sus promesas de que si resulta electo, entregará mil dólares a cada familia pobre y le dará trabajo a 800 mil ecuatorianos. Los requisitos para recibir estos beneficios son inscribirse en su plataforma digital y votar por su candidatura. Esto último ha sido hartamente criticado, pues se considera que es una compra de voluntades. Una compra de votos. Una compra de conciencia.
¿Otro aliado de Ortega?
Con el posible triunfo de Arauz, Daniel Ortega estaría cercano a sumar otro aliado en América Latina. Su dependencia del expresidente Rafael Correa es más que evidente. Eso sumado a su juventud avizoran que en política exterior, Ecuador se sumará a Venezuela y Cuba y su radicalismo frente a Estados Unidos. Mientras Bolivia y su presidente Luis Arce, al igual que Alberto Fernández de Argentina, se manejan con relativa prudencia.
Sin embargo, haya o no necesidad de una segunda vuelta --que se realizaría el 11 de abril y seguramente será entre Arauz y Lasso-- el nuevo presidente de Ecuador asumirá el cargo el 24 de mayo; mes en el que la Organización de los Estados Americanos (OEA) dio de plazo para que en Nicaragua, Daniel Ortega apruebe las reformas electores y establezca las condiciones requeridas para celebrar elecciones mínimamente libres el 7 de noviembre.
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