Su computadora no es infalible, no confíe plenamente en ella»
Inés Izquierdo Miller
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Cuidado con el corrector ortográfico de la computadora, no confíe plenamente en él, porque no tiene la capacidad de razonar las reglas ortográficas y sus excepciones.
Este tema lo he abordado varias veces porque durante los muchos años que he trabajado como correctora y editora de textos, mis ojos han recorrido miles de cuartillas; y lamentablemente en la mayoría de los casos, he encontrado múltiples errores de ortografía y redacción elementales, cometidos incluso por personas que tienen cierta o buena preparación idiomática.
Ante tales errores no me puedo quedar tranquila y siempre trato de preguntar al autor del texto por qué no le colocó el acento por ejemplo a la palabra “pérdidas”. La respuesta por lo general es “no sé, yo le pasé el corrector ortográfico de la computadora y no me lo tiró como un error”.
La autora también escribió: ¿Qué debemos aprender para no cometer errores de concordancia?
Las limitaciones del corrector de la computadora
Confiar ciegamente en el diccionario de su computadora es un gran error. Porque en primer lugar su pobre computadora no distingue entre “pérdidas humanas” y una “mujer perdida”. Su equipo no razona, solo obedece a una programación dada y por ende no distingue acentos diacríticos ni otro tipo de dificultades.
Y esto es solo el primer lío que enfrentamos con los correctores ortográficos, pero hay más clavos todavía. Sobre todo si su computadora la utilizan otras personas además de usted, o si está en una red. Porque en muchas ocasiones cuando alguien escribe algo y le aparece en rojo —lo cual quiere decir que está mal— a veces el que escribe oprime la selección “agregar” y allá va eso. Imagínese, puede ser que le aparezca vaca con “b” y eso quede registrado en su computadora como una forma correcta.
Otro escrito de esta autora: Algunos extranjerismos también llevan tilde»
El otro problema del corrector
Otro problema se da porque hay formas léxicas que los diccionarios seleccionados no registran, eso depende del idioma escogido para trabajar. Por ejemplo si usa español de España, no es igual que si selecciona el de Nicaragua o México. Depende del tipo de texto o del objetivo que pretende con lo que escribe, para que seleccione el tipo de español que utilizará.
Con esto no quiero decir que sean malos del todo, no. No son inservibles, pero tampoco son infalibles. Hay que tener calma y no confiar enteramente en ellos. Pueden imaginarse que uno de los criterios de estos diccionarios ortográficos es que son tan finos que no recogen las llamadas malas palabras o vulgarismos. Haga la prueba y escriba la palabra puta por ejemplo y enseguida se la resaltan en rojo. Eso no quiere decir que está mal escrita, sino que son incompletos o puritanos.
A veces son obstinados y te dicen que lo que hiciste está mal, aunque esté bien. Por ejemplo hace unos años, la palabra sandinista casi nunca la aceptaba y te recomendaba andinista. En esos casos yo la agrego porque en Nicaragua es vocablo de uso frecuente.
Son útiles los correctores, pero usados cuidadosamente
Sin embargo, pese a todas estas inconsistencias los correctores ortográficos de las computadoras pueden ser de mucha ayuda. Y sí es recomendable que le pasen la revisión final a los textos con este bizarro instrumento, para ver qué palabras pueden estar mal; pues es útil sobre todo para detectar problemas de mala digitación de palabras.
Aunque microsft y la Real Academia Española (RAE) tienen colaboraciones en este tema, según la versión de window que tenga instalada en su computadora tendrá un diccionario más actualizado. De ahí la importancia de no usar versiones más obsoletas.
Cuidemos nuestra ortografía, es la carta de presentación ante quienes nos enfrentamos cada día.
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