¿Le funcionará el truco de los tres vasos al régimen?»
Eduardo Enríquez
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Como en el truco de los tres vasos, Ortega y Murillo a veces muestran "la pelotita" a veces la oculta, con un juego de palabras que usan a conveniencia. ¿Engaña a alguien?
A lo largo de la crisis sociopolítica el régimen se ha sentido acorralado en varias ocasiones y en cada una ha recurrido al diálogo para comprar tiempo, pero sin tener ninguna intención de cumplir lo acordado.
En esta segunda etapa se vio forzado a firmar acuerdos, pero manejando un lenguaje que podríamos llamar "la estrategia del truco de los tres vasos"; muestran la "pelotita" solo cuando es necesario. Junio es crucial para saber si el juego les servirá por más tiempo
Este mes ocurrirán eventos determinantes para el rumbo de la larga crisis sociopolítica y económica que agobia a Nicaragua a consecuencia de la represión del régimen orteguista contra las manifestaciones que estallaron el 18 de abril del 2018.
Entre otras cosas, se cumplen los 180 días que da la Nica Act para que el Departamento de Estado elabore una lista de funcionarios corruptos o que han cometido abusos contra los derechos humanos de los nicaragüenses desde 2007; también se realizará la Cumbre de Cancilleres de la OEA en Medellín donde sin duda se tocará el tema de Nicaragua, y el 18 deben estar libres todos los presos políticos, evento que la Unión Europea espera para evaluar si sigue adelante o no con las sanciones solicitadas por el Parlamento Europeo.
El año inició mal para el régimen
En febrero de este año el régimen llamó a otro diálogo, tras seis meses de haber roto unilateralmente el Diálogo Nacional y haber completados una etapa de represión selectiva que incluyó a los medios de comunicación críticos y culminó con la ocupación de las instalaciones de Confidencial, el exilio del periodista Carlos Fernando Chamorro, el cierre del canal 100% Noticias y el encarcelamiento de los periodistas Lucía Pineda y Miguel Mora.
El llamado no fue espontáneo, se produjo después que en Caracas surgió la figura de Juan Guaidó, que parecía lograría derrocar a Nicolás Maduro es cuestión de semanas; y luego de la visita en Managua del embajador Michael McKinley, asesor principal del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, que conversó durante tres horas con Ortega y Murillo.
Lo que conversaron no se sabe a ciencia cierta aún, pero era evidente que el régimen estaba, por primera vez en muchos meses, en una posición incómoda, era momento de mover los vasos y mostrar la "pelotita".
Mira lo que escribimos en febrero sobre el tema: ¿Qué llevaría a Daniel Ortega a otro Diálogo Nacional?
Lo que sí parece tener sentido es el rumor que el diplomático le hizo saber al régimen que había plazos que cumplir. Se mencionaron en las especulaciones los últimos días de marzo, y mediados de junio. Por lo tanto no es por casualidad que, fiel a su estilo de negociar al borde del abismo, el gobierno alcanzó acuerdos con la Alianza Cívica el 20, 27 y 29 de marzo.
Pero también fiel a su esperanza de capear el temporal ganando tiempo, llevaron la negociación hasta el siguiente límite, junio. Pero no solo eso. los acuerdos los redactaron y los han manejado de tal manera que les ha permitido acomodarlos a sus necesidades. El caso más evidente, la liberación de los presos políticos.
El truco de los tres vasos, ahora la ves, ahora no la ves
Si uno relee el acuerdo, el punto dos asegura que la liberación definitiva se entiende "como el cierre definitivo de la situación jurídica de las personas más allá de la excarcelación de las referidas personas privadas de libertad, así como a la regulación de la situación jurídica de las mismas..."
Y el inciso quinto dice: "El plazo máximo para la liberación de todas las personas presas y detenidas será de 90 días calendarios a partir del 20 de marzo de 2019."
Está claro dónde está la "pelotita", pero...
Pero la vuelven a ocultar cuando en el mismo párrafo establecen que "las medidas y procedimientos jurídicos para lo anterior serán discutidos en la Mesa de Negociación".
Pero estas medidas no se han discutido, y no solo porque la Alianza Cívica se retiró de la negociación a raíz de la muerte, a manos de custodios del Sistema Penitenciario, del preso político Eddy Montes Praslin, que aún no ha sido aclarada; sino desde antes, cuando con la misma estrategia del truco de los tres vasos, se procedió a excarcelar (cambiar el régimen carcelario) a los presos políticos de manera unilateral, mientras estancaron las conversaciones.
Ahora que la liberación con "cierre definitivo de la situación jurídica" se acerca, empiezan a hablar como si lo acordado hubiera sido la "excarcelación". En el comunicado leído el tres de junio por los enviados del régimen a la negociación dicen que van avanzando en crear las condiciones para "continuar cumpliendo" con "la excarcelación acordada".
En realidad en los acuerdos del 20 de marzo no se habló de excarcelación, pero ellos han venido usando el término prácticamente como sinónimos para confundir lo uno con lo otro.
El juego de palabras el régimen lo ha llevado a los foros internacionales. Dos meses después de haber firmado el acuerdo, el 21 de mayo en el Consejo Permanente de la OEA, el funcionario del régimen, Valdrack Jaentschke en sus intervenciones usó ambos términos indistintamente. Sin embargo, tal vez por error, o para comprar más tiempo, al finalizar su intervención fue enfático en decir que para el 18 de junio "estarán liberados todos".
¿Engañarán a alguien en el exterior?
Está claro entonces que el 18 de junio estarán excarcelados todos los presos políticos. Sería bastante temerario dejar algunos dentro, pero la pregunta es que si la excarcelación, el único punto cumplido a medias, será suficiente para que el Consejo Permanente de la OEA, la administración Trump o los ministros de exteriores de la Unión Europea consideren que hay avances y se debe seguir esperando antes de imponer más sanciones.
Está por verse. Lo que sí está claro es que ya la situación de Venezuela no parece tan inminente como en enero, es más, allá también han entrado de nuevo a un proceso de negociación; y por otro lado, los halcones, encabezados por el secretario de Seguridad Nacional, John Bolton, en la Casa Blanca han perdido fuerza.
Es muy probable que las sanciones de la Nica Act en Estados Unidos sigan un curso burocrático (más tiempo para el régimen) mientras en la OEA la excarcelación, sobre todo si la AC se vuelve a sentar a negociar, podrá parecer suficiente para quienes siempre se abstienen en el Consejo Permanente. Queda ver si la Unión Europea considerará un solo punto de los acuerdos, cumplido a medias, como suficiente avance para no proceder con sanciones individuales. Si ese es el resultado, el truco de los tres vasos habrá funcionado.