¿Hacia dónde va Ortega con su acercamiento a Irán?»
Eduardo Enríquez
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El acercamiento con Irán de parte del régimen orteguista en las actuales circunstancias solo se explica con una decisión de cerrar la puerta a un acuerdo que permita el regreso de la democracia y la preparación para un plan de radicalización
Primeo fue la visita del canciller iraní a Managua, Mohammad Javad Zarif, el pasado 23 de julio. Ahora, tres semanas después, una comisión encabezada por Laureano Ortega Murillo, se encuentra en Teherán negociando todo tipo de acuerdos en un claro esfuerzo por consolidar un acercamiento con Irán.
Según el sitio oficial del régimen, el19digital.com, la delegación también la integra el ministro de Hacienda, Iván Acosta y Francisco López, recientemente nombrado ministro asesor presidencial para la Producción y el Comercio. Pero más allá de los supuestos acuerdos que estén alcanzando en materia económica y comercial, como cita el sitio del gobierno, hay que ver el mensaje que se está enviando.
Aunque oficialmente la delegación está alcanzando acuerdos como el de exportación de medicinas a Nicaragua. El mensaje va más allá. Al tener un acercamiento con uno de los estados más radicales del mundo, la lectura es que cualquier posibilidad de encontrar una salida negociada a la actual crisis sociopolítica de Nicaragua se encuentra en su punto más bajo.
Y que la dictadura está buscando otros puntos de apoyo ya que está dando por descartado tener relaciones normales con Estados Unidos, Europa o las democracias latinoamericanas.
Reunión de sancionados
La delegación de Nicaragua incluye dos funcionarios que han sido sancionados por el gobierno de Estados Unidos. Laureano es señalado por el departamento del Tesoro y el departamento de Estado por supuestos actos de corrupción e incluso de usar el proyecto del Gran Canal "como mecanismo para lavar dinero".
Por su parte, Francisco López, expresidente de Petronic, ex vicepresidente de Albanisa ─también sancionada─ y exdirectivo del desaparecido y también sancionado Banco Corporativo (Bancorp) es señalado por el Departamento del Tesoro de "utilizar su posición en beneficio propio y el de su familia, al usar compañías de su propiedad para ganar contratos con el gobierno".
Y se encuentran en "visita oficial" en el país que la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha señalado como "la principal amenaza a la paz en Medio Oriente" y al que ha impuesto sanción tras sanción contra su economía, sus bancos e incluso ha designado a la Guardia Revolucionaria de Irán, un cuerpo élite de combate, como una entidad terrorista.
Todo esto sucede cuando hace poco más de cinco semanas el presidente de Irán, Hassan Rouhani, anunció que Irán incrementará sus niveles de enriquecimiento de uranio más allá de lo permitido por el acuerdo nuclear del que Trump ─a diferencia de Francia, Alemania y el Reino Unido─ se retiró el año pasado. Este nivel de uranio enriquecido le daría la posibilidad a Irán de fabricar armas nucleares.
Para ver una línea de tiempo sobre las tensiones entre Estados Unidos e Irán en los últimos dos años puede leer este reportaje de vox.com (en inglés).
¿Tiene futuro el acercamiento con Irán?
Es evidente que para cualquier país "normal", sobre todo para un país pobre, ubicado a más de 13 mil kilómetros de distancia de la República Islámica (literalmente a más de medio mundo de distancia), no debería tener ningún sentido tener un acercamiento como este; especialmente si el conflicto en el que se encuentra es con su principal socio comercial cuya principal ciudad de entrada, residencia de cientos de miles de nicaragüenses, está a dos horas en avión.
Mucho se repite que "Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua", pero eso se dice fácil, para dejarlo más claro, solo basta señalar que en 2018 el 39.8 por ciento de las exportaciones de régimen tradicional tuvieron como destino Estados Unidos, según el informe de Apen.
El país que ocupa el segundo lugar en exportaciones, El Salvador, representó el 10 por ciento de las exportaciones tradicionales. Esto sin incluir las exportaciones bajo el régimen de Zona Franca, que tiene como principal destino también Estados Unidos.
Obviamente, Irán no aparece ni por cerca entre los principales destinos de nuestros productos ni que quisiera porque simplemente no tiene ningún sentido económico enviar nuestros productos, básicamente commodities o materia prima, al otro lado del mundo.
Tal como lo señalamos en el artículo ¿Qué gana el régimen orteguista con acercarse a Irán? Nicaragua nunca ha ganado nada en su relación con Irán.
¿Entonces cuál es el objetivo del régimen?
El objetivo está delineado claramente, el régimen ─cuyos únicos aliados son países como Venezuela, Cuba y ahora cada vez más cerca, Irán─ está preparándose para la radicalización, está buscando desesperadamente algún respaldo económico para poder resistir las sanciones que ya sabe seguirán viniendo de Estados Unidos y muy probablemente, más temprano que tarde de la Unión Europea ya que no está dispuesto a ceder el poder.
4to Mono ha sido criticado por algunas personas por presentar una visión pesimista del futuro inmediato de Nicaragua, pero es difícil, contrastando las evidencias, concluir otra cosa. Y solo estando claros de cuál es la ruta que está tomando el adversario político es que la ciudadanía puede delinear una línea de acción para lograr un cambio dentro de la lucha cívica y pacífica, que es el único camino. ¿Cómo se debe recorrer ese camino? Ya esa tarea la debe realizar la Alianza Cívica.
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