Foto: Oscar Acuña/Cortesía
A principios de agosto de 2019 se conoció el caso de Seylit Parrales, una joven de 26 años, que luego de ser acosada a través del celular y redes sociales por su expareja, Yerol Álvarez, fue víctima de un femicidio frustrado. De hecho, Parrales declaró que no quería saber nada de tecnologías porque temía que su expareja intentara de nuevo contactarse con ella.
Ocho días antes de ser apuñalada 12 veces por su expareja, Parrales puso una denuncia ante la Policía, dado que su agresor la había amenazado a través de mensajes de textos; pero los oficiales no hicieron caso a la joven. La joven sobrevivió, pero las secuelas durarán toda la vida.
Esta es una de las debilidades en el sistema nicaragüense que dejan en evidencia la vulnerabilidad de las mujeres ante amenazas a través medios tecnológicos.
De las mujeres que reciben amenazas a través de medios tecnológicos, el 32.5 por ciento de los casos han trascendido de lo digital. Este es uno de los principales hallazgos que devela el último estudio de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Todas aquellas expresiones de violencia ejecutadas a través de medios tecnológicos (páginas web, redes sociales, aplicaciones de mensajería, correos electrónicos o dispositivos móviles) por razones de género, teniendo como base una cultura predominantemente patriarcal que desprecia lo femenino en todas sus representaciones y supone que el lugar de las mujeres debe seguir sujeto a lo doméstico y el cuidado de otros. (Definición presentada en el estudio de Funides, Diciembre 5, 2019)
Así como Parrales, muchas mujeres en Nicaragua han sido y son víctimas de violencia a través de plataformas digitales, sin embargo, para Funides llama la atención que a partir de abril de 2018 los casos han incrementado.
La explicación que brinda el centro de pensamiento, es que el clima hostil producto de la crisis ha incrementado la violencia por el ánimo exacerbado que se vive desde las plataformas digitales, siendo las mujeres siempre las más vulnerables.
"La situación de represión y persecución sostenida a personas políticamente activas ha tenido como consecuencia la normalización y minimización de las violencias por razones de género. Iniciativas como esta investigación son un aporte para la visibilización, reconocimiento y denuncia de los sistemas estructurales de dominación y discriminación por razones de género", señala el estudio.
La amenaza es la situación de violencia que lidera en las tecnologías y según las mujeres consultadas en el estudio de Funides, quienes señalaron como las más comunes aquellas contra la integridad de la mujer.
Entre los tipos de amenazas contra su integridad que reciben las mujeres a través de medios tecnológicos, según la encuesta, están:
En tanto los insultos más comunes en las plataformas digitales hacia las mujeres están:
Otras situaciones de violencias expresadas por las mujeres, tiene que ver con la suplantación de la identidad en redes sociales, donde han ingresado a tus cuentas o perfiles sin tu consentimiento o en otros casos han creado nuevas cuentas o perfiles con tus datos o fotografías.
"Las mujeres víctimas de violencia a través de las tecnologías no cuentan con suficientes conocimientos o herramientas para mitigar esta situación. De igual manera resulta una necesidad el hecho de generar espacios donde se faciliten reflexiones y prácticas desde la autodefensa digital feminista".
Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Al igual que el caso de la joven apuñalada por su expareja, estos abusos cibernéticos no tienen eco ante las autoridades en Nicaragua, por lo que las mujeres están en total indefensión. Según Funides, "menos del 5 por ciento de las mujeres busca apoyo de expertos en seguridad digital y técnicos en computación para lidiar con la violencia ".
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Si bien es cierto que en Nicaragua no existe una legislación específica sobre violencia digital, sí existen diversos recursos legales que pueden ser útiles para las mujeres que experimentan violencia a través de las tecnologías:
En tanto a la legislación nacional, el estudio señala:
Según el estudio, aunque la legislación actual incluye algunos recursos que pueden ser utilizados para sentar precedentes de acción contra la violencia de género a través de la tecnología, resulta insuficiente ante la falta de un sistema integral de atención.
"La investigación evidencia que la inoperatividad institucional no está únicamente relacionada a la falta de reconocimiento del ámbito digital como espacio real; sino con el contexto de falta de institucionalidad", concluye Funides.
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