De cara a un eventual proceso electoral que el 7 de noviembre permita, derrotar a Daniel Ortega a través del voto ─para poner fin a la crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua desde abril de 2018─ han surgido ocho aspirantes a la candidatura presidencial.
Tres de ellos: Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga y Arturo Cruz ya presentaron oficialmente su aspiración. Los otros cinco: Cristiana Chamorro, Luis Fley, Medardo Mairena, Miguel Mora y George Henríquez, no han realizado actos para hacer el anuncio; pero han expresado públicamente su disposición a competir por la candidatura.
Todos dicen estar dispuestos a competir entre ellos en un proceso amplio y participativo; y la mayoría se ha comprometido a apoyar al que resulte vencedor. Pues ─al menos dicen─ que están conscientes de que, para garantizar el triunfo, la oposición debe participar unida en el proceso.
Pero, de lograr la unidad, de lograr ganar las elecciones y de lograr que Ortega y Murillo entreguen el poder pacíficamente, ¿cómo lidiaría cada uno de los precandidatos con un Ortega en la llanura? La pregunta salta a raíz de que Arturo Cruz afirmara ayer que "hay que lidiar con los sandinistas", porque representan ─al menos─ al 25 por ciento de los votantes.
Arturo Cruz, el catedrático universitario que tras el retorno de Ortega al poder en 2007 fue nombrado Embajador de Nicaragua en Estados Unidos, considera que Ortega y su partido el FSLN son una realidad que no se puede obviar; y que la oposición tiene que tratarlos como sus compatriotas que son.
“Suponiendo que llegásemos en algún momento si Dios quiere y la sociedad nicaragüense quiere, a asumir el gobierno, entonces créame aquí vamos a tener una situación muy complicada. Porque bajo ningún punto vamos a cogobernar. Pero también no podemos obviar una realidad, de que hoy por hoy representa un piso electoral que todavía me sorprende del 25 por ciento, otros dicen 35 por ciento”,
Arturo Cruz, aspirante a la candidatura presidencial al referirse al trato que le dará a Ortega si gana la presidencia
Además, cuestionó “¿Y qué va a hacer usted con esos nicaragüenses? ¿Los va degollar, los va encarcelar? O va aprender a reconocer que son sus compatriotas como ellos deben reconocer que somos sus compatriotas”.
Durante un acto en el que presentó su libro: Nicaragua la impronta de la colonia, Cruz hizo púbica su aspiración a la candidatura presidencial. Insistió en que ya es tiempo de que sandinistas y opositores se reconozcan como hermanos; y advirtió que, de no hacerlo, vamos a vivir en una vendetta permanente y en el caos.
Cruz hizo énfasis en la necesidad de tener “un mínimo de civilidad”, para reconocer a los sandinistas como compatriotas. Pero no hizo referencia a si entre el sandinismo existe la posibilidad de que dejen de acosar y amenazar a los opositores; y que los comiencen a verlos y tratarlos como compatriotas.
Además, en un intento por demostrar que no existe lazos entre él y Ortega, aseguró que su nombramiento como embajador en Estados Unidos fue promovido por el expresidente estadounidense Jimmy Carter.
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Según Cruz, en 2007 ante el temor de que con el retorno de Ortega al poder, se reanudaran las confiscaciones, la hiperinflación y el conflicto con Estados Unidos, Carter promovió su candidatura; y él aceptó el cargo movido por el interés de salvar los empleos ─generados por el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana─ y para evitar la cancelación de la Cuenta Reto del Milenio.
Además, dijo que renunció en 2009 luego de evidente fraude electoral, cometido por Ortega en las elecciones municipales del 2008. Fraude que también provocó la suspensión de la Cuenta Reto del Milenio.
La estrategia que Cruz desarrollaría para relacionarse con Ortega y el FSLN si gana la presidencia, es muy parecida a la que recientemente propuso Humberto Ortega, mediante un artículo de opinión publicado en La Prensa que tituló Cohabitación o caos.
Según el general en retiro “el reto del presente exige nos integremos coherentemente con visión del rumbo histórico, todos los nicaragüenses, hoy extremadamente polarizados políticamente, para vencer la pobreza en plena libertad y democracia humanista, marchar en la espiral ascendente de la historia sin estancarnos en círculos viciosos”.
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Además, considera que “este imprescindible paso solamente es posible concertando un Acuerdo Nacional de cohabitación democrática; que convoque el poder que resulte de la nueva correlación de fuerzas de las elecciones libres en noviembre próximo, legitimadas nacionalmente, y reconocidas por la comunidad internacional”, dice el artículo escrito por Humberto Ortega.
Aunque la propuesta de Cruz tiene coincidencia con la de Ortega, difiere totalmente de la posición asumida ante el tema, por la mayoría de aspirantes a la candidatura presidencial. Acá presentamos sus respuestas, solo Cristiana Chamorro no contestó las llamadas.
Juan Sebastián Chamorro admite que “el sandinismo es una realidad política que no se puede obviar”; ya que es una fuerza que ha estado presente en la vida política del país en los últimos 40 años; y representa a una proporción de la población, que, aunque cada vez sea menor, existe y como partido tiene derechos políticos que deben respetarse.
Sin embargo, considera que sus líderes y militantes que cometieron crímenes deben pagar por ellos. Ya que “nadie debe estar por encima de la ley. Por lo que se deben realizar las investigaciones del caso, dilucidar y castigar a los culpables de crímenes.
“Lo que visualizo es un proceso de justicia que sea imparcial y basado en una investigación real y que se imparta la justicia. No estaría por la revancha porque eso solo lleva a reacciones contrarias. Pero tenemos que recordar que al centro de la política de justicia debe estar la víctima y sus familiares; porque las víctimas necesitan conocer la verdad y recibir reparación y garantía de no repetición. Y aunque para los asesinados no cabe, al menos a los familiares les quedaría la satisfacción de que por la justicia que obtuvieron otros nicaragüenses no serán asesinados”.
Juan Sebastián Chamorro, aspirante a la candidatura presidencial al referirse al trato que le dará a Ortega si gana la presidencia
Una posición similar expresa el también aspirante a la candidatura Félix Maradiaga, que considera se debe obligar a Ortega y al aparato del FSLN a someterse a las reglas del juego democrático; y que se debe crear una comisión de la verdad y una fiscalía especial para juzgar los crímenes de lesa humanidad, de los que organismos internacionales de derechos humanos señalan a Ortega.
“El problema de fondo es que él (Ortega), sus familias y sus allegados han actuado como un clan por encima de la ley y eso es inaceptable. En mi gobierno, me comprometo a construir una República donde nadie esté por encima o debajo de la ley. Ese imperio de la ley también implica un compromiso con la justicia. Todo el que ha robado o matado, sin importar su apellido o ideología, debe responder. Para ello propongo una comisión de la verdad y una fiscalía especial internacional que atienda de forma neutral todos los casos de crímenes de lesa humanidad”.
Félix Maradiaga, aspirante a la candidatura presidencial al referirse al trato que dará a Ortega si gana la presidencia
Además, advirtió que se debe de dejar de pensar en que la impunidad es una forma de garantizar estabilidad. “Ortega se ha valido de los chantajes de gobernar desde abajo porque lamentablemente hay grupos de poder que consideran que las víctimas deben ceder en función de la estabilidad. Si Nicaragua quiere tener futuro y romper con las viejas prácticas del pasado, hay que tener memoria”, puntualizó Maradiaga.
Para Miguel Mora, aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Restauración Democrática (PRD), Ortega debe retirarse de la política para enfrentar la justicia nacional e internacional; y su partido el FSLN evolucionando hacia la democracia.
“Así miro Ortega y a sus principales cómplices de lo que yo considero una masacre y una violación a todos nuestros derechos humanos. Y el FSLN con la poca militancia que le quede de su estructura evolucionar hacia la democracia, porque él no es un partido democrático; y aceptar el mandato de la gran mayoría del pueblo que los repudia y rechaza por su actitud dictatorial al estilo cubano”.
Miguel Mora, aspirante a la candidatura presidencial al referirse al trato que dará a Ortega si gana la presidencia
Contario a lo que propone Cruz, Luis Fley, aspirante a la candidatura por Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), considera que ni FSLN como partido ni sus militantes se han comportado como una fuerza política democrática. Sino como un aparato represor que no respeta los derechos humanos ni políticos de sus adversarios. Por lo que además de cambiar de actitud, están obligados a responder por los delitos que han cometido.
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