El confinamiento se ha convertido en el arma más poderosa para frenar el avance del coronavirus. Actualmente, unos cuatro mil millones de personas en 90 países permanecen en sus casas para evitar el contagio.
Sin embargo, para miles de mujeres y niñas, esta medida aumenta otra amenaza que pone en riesgo sus vidas: La violencia doméstica a la sombra de la pandemia del covid-19.
Las medidas para prevenir y mitigar la propagación de la pandemia. Entre ellas la cuarentena, el aislamiento, el distanciamiento social y las restricciones de movilidad, exacerban la violencia contra las mujeres y niñas.
Esto ocurre porque las víctimas y /o sobrevivientes se encuentran encerradas con sus agresores. Además, tienen pocas oportunidades salir de sus hogares o de buscar ayuda. Así lo explica el informe Prevención de la violencia contra las mujeres frente a covid-19 en América Latina y el Caribe, de ONU Mujeres.
Además, para los agresores, el estrés del encierro, o haber perdido el trabajo y la inestabilidad económica, generan una sensación de pérdida de poder. Esto puede elevar la frecuencia y la severidad de la violencia doméstica. También los comportamientos nocivos y abusivos. Y se refleja en un posible incremento del acoso sexual en línea o presencial.
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“El confinamiento es la situación perfecta para ejercer un comportamiento controlador y violento en el hogar. De forma paralela, al tiempo que los sistemas sanitarios se esfuerzan al límite, los refugios para la violencia doméstica alcanzan también su máxima capacidad, agravándose el déficit de servicio al readaptar dichos centros a fin de ofrecer una respuesta adicional al covid-19”.
Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres
En algunos países la cantidad de denuncias de violencia doméstica ha mermado. Pero eso no implica que la violencia haya cesado. Según ONU Mujeres, simplemente, refleja que las mujeres no pueden salir de sus casas ni hacer llamadas telefónicas porque están en contacto constante con el agresor y las medidas de cuarentena, limitan sus redes de apoyo.
“En Argentina al menos seis mujeres y niñas fueron asesinadas en los primeros nueve días de cuarentena y las llamadas de protección habilitadas por el programa, Las víctimas contra la violencia, se han disparado en 120 por ciento. Y en México una niña de 13 años fue asesinada en su casa en pleno confinamiento. Y en el marco de la pandemia se ha registrado sólo en la Ciudad de México, un incremento del 70 por ciento en las llamadas de auxilio de mujeres víctimas de violencia”, detalla un informe de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Como consecuencia del confinamiento miles de mujeres han pasado al desempleo. Esto afecta especialmente a las que han perdido sus fuentes de ingreso en el sector informal. Esto genera barreras adicionales para alejarse o denunciar a sus abusadores. Y las expone a la dependencia y/o extorsión económica
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“La evidencia sugiere que la pérdida de autonomía económica tiende a demorar las estrategias de salida de las situaciones de violencia de género. La incertidumbre sobre la economía en el mediano y largo plazo estaría de forma indirecta aumentando el poder de opresión de los perpetradores”, dice el estudio de ONU Mujeres.
Además, advierte que “en tiempos de crisis, la explotación sexual y matrimonios forzados suelen incrementarse debido a la falta de recursos para cubrir las necesidades básicas de las familias”.
En Nicaragua no existen reportes oficiales sobre el tema, pero un informe de la organización Católicas por el derecho a decidir reporta que entre enero y diciembre de 2019 se registraron 63 feminicidios. Se teme que este año, la crisis generada por la pandemia eleve estas cifras.
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“Organizaciones feministas locales estiman que con la crisis del Covid-19 se incrementarán los casos de feminicidios y embarazos adolescentes en Nicaragua. El cierre y la ausencia de centros de apoyo a víctimas de violencia y abuso sexual en el país deja en situaciones de alta vulnerabilidad e indefensión a mujeres y niñas”.
Análisis de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides)
Durante crisis como la actual, los Estados deben garantizar la protección de los derechos de las mujeres y niñas. Estableciendo medidas efectivas para prevenir y mitigar la violencia.
Tomado en consideración las propuestas y señalamientos de organizaciones feministas e instituciones internacionales como ONU Mujeres y otras, Funides recomienda:
Según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), las organizaciones de mujeres, las redes apoyo contra la violencia y la sociedad civil en general, adquieren mayor relevancia en contextos institucionales erosionados o frágiles como el de Nicaragua. Porque asumen un rol preponderante en la implementación de los mecanismos de prevención, protección y apoyo a las mujeres y niñas en situación de riesgo.
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