El fenómeno Bukele, mala noticia para Ortega»
4to Mono
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Aparte de sus críticas a Daniel Ortega, hay otras cosas interesantes sobre el nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su aplastante victoria. Recibió el voto de una ciudadanía hastiada de la corrupción de los políticos, pero su actual partido tampoco está exento de señalamientos
Nayib Bukele, será juramentado el primero de junio de este año como presidente de El Salvador sin haber cumplido aún los 38 años de edad, sin embargo, llega a la presidencia con experiencia en la administración pública después de haber sido alcalde de Nuevo Cuscatlán de 2012 a 2015 y de San Salvador de 2015 a 2018; pero también llega cargando mucha controversia, aunque eso es para más abajo.
Lo primero que destaca para el lector nicaragüense es que el presidente electo de El Salvador, quien ganó las elecciones en primera vuelta el tres de febrero con más del 53 por ciento de los votos de los salvadoreños ha sido un crítico de la represión desatada por Daniel Ortega contra los nicaragüenses desde el 18 de abril.
El 19 de julio de 2018, días antes de ganar la elección a candidato presidencial dentro del partido Gran Alianza Nacional (GANA), Bukele dijo en el programa Conclusiones de CNN que Ortega se estaba comportando como Somoza: “Lo que está sucediendo en Nicaragua es lo que ha sucedido en otros países, que el pueblo ya no se siente representado por su gobierno y al no haber vías democráticas para cambiarlo ya que el orteguismo se ha implantado como una fuerza que controla todo, no le queda otra que salir a protestar.
Bukele criticó que el presidente de su país y antiguo correligionario en el el izquierdista FMLN, Salvador Sánchez Cerén no condenara la violencia con que Ortega estaba reprimiendo a los manifestantes pacíficos. Para ese momento, la cifra más alta de muertos por las protestas que se manejaba era cercana a los 300.
“...hace 30 o 40 años el presidente Sanchez Cerén hubiera criticado a Somoza, pero como ahora es Ortega que tiene una “etiqueta” de izquierda, pues aplaude, pero eso ya no vale nada porque se está comportando como se comportó Somoza. Yo no veo una salida para el presidente Ortega más que una elección anticipada o una dimisión o mantener la crisis pero el costo va a ser altísimo”.
Hoy Bukele es presidente electo y la primera pregunta para los nicaragüenses es si el voto El Salvador en la OEA, en el SICA o en cualquier otro foro internacional va a pasar de favorecer al régimen de Ortega, como lo había mantenido Sánchez Cerén, o para a favorecer una salida democrática a la crisis de Nicaragua.
La abogada constitucionalista Erika Saldaña, presidenta del Centro de Estudios Jurídicos de El Salvador y columnista de El Diario de Hoy, considera que el joven presidente mantendrá su posición. “Creo que sí va a votar en contra de Ortega”, contestó en una conversación por Mensaje Directo de Twitter la noche del 3 de febrero.
El hoy vicepresidente electo de El Salvador, Félix Ulloa, confirmó la política exterior del nuevo gobierno. "Con respecto a Nicaragua y a todos los países de la región vamos a mantener una política de respeto irrestricto a los derechos humanos contenidos en la Carta Democrática de la OEA", dijo a los periodistas en medio de la algarabía de la celebración.
El triunfo Bukele, de raíces árabe palestinas por el lado paterno, estaba bastante claro en la mayoría de las encuestas pero no deja de ser un “fenómeno” por varias razones: 1.- Rompe el bipartidismo que imperaba en El Salvador desde hace 25 años; 2.- Gana en primera vuelta, con el 53 por ciento de los votos. En el Salvador es necesario lograr más del 50 por ciento de los votos para ganar en primera vuelta, y 3.- El controversial estilo del candidato y su “inestabilidad” ideológica.
La debacle del bipartidismo salvadoreño
Para poner en perspectiva el triunfo de la alianza Nuevas Ideas que encabeza GANA, en 2014 una alianza que encabezó ese mismo partido quedó en un lejano tercer lugar con 11.44 por ciento, mientras Arena obtuvo el 38.95 por ciento y el FMLN el 48.93 por ciento, forzando una segunda vuelta que el FMLN ganó por escasos 6,364 votos.
Cinco años después, el FMLN queda de tercero con apenas el 13.8 por ciento de los votos y la alianza que encabezaba Arena con el 31.6 por ciento en un lejano segundo lugar. El joven ex alcalde le sacó más de 20 puntos porcentuales a la alianza de Arena. Eso es mucho decir tomando en cuenta que Arena gobernó El Salvador durante 20 años (1989-2009) y el FMLN por 10 años (2009-2019).
¿Por qué ganó?
¿Cómo se explica la victoria aplastante del joven candidato? La respuesta rápida es que la gente estaba “resentida y frustrada”, como lo resumió el periodista Álvaro Cruz Rojas, director del diario El Mundo.
Los gobiernos de los partidos tradicionales simplemente no han dado respuesta a las necesidades de la gente. “Hay un desgaste de los partidos por la corrupción de (Antonio) Saca y de (Mauricio) Funes, además que el gobierno de Sánchez Cerén fue incapaz e ineficiente”, dice Cruz Rojas.
Y ese descontento también puede verse reflejado en el bajo nivel de votación. Según un tuit de Saldaña, solo el 42 por ciento de los aptos para votar lo hicieron. Y ella coincide en el desgaste, “ambos partidos se han visto embarrados de corrupción y ninguno fue capaz de aceptar eso. Además la situación de seguridad ha mejorado poco o nada”, escribió en mensaje directo.
“El resultado de las elecciones presidenciales es producto del descontento con los partidos tradicionales que han sido incapaces de aceptar y corregir sus errores; la ciudadanía optó por dar el beneficio de la duda a un candidato cuestionado y a un partido salpicado por la corrupción”, escribió Saldaña.
La afirmación de la abogada se cimenta en que GANA, fundado en 2010, tampoco está libre de manchas, muchos salvadoreños cuestionan a algunos de sus dirigentes y su fundador, Antonio Saca -quien llegó a la presidencia en 2004 con Arena - fue condenado en septiembre a 10 años de prisión por corrupción.
Bukele y controversia son casi sinónimos
El hoy presidente electo ganó las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y San Salvador como militante del izquierdista FMLN, pero fue expulsado de ese partido en 2017 y tras un breve paso por otros paridos aterrizó en GANA, partido que se autodefine de derecha y cuyos dirigentes en su mayoría militaron antes en Arena, donde a última hora se inscribió como precandidato, causando incomodidad inicial en los dirigentes.
Esa "inestabilidad ideológica" en una sociedad que hasta el domingo estuvo claramente dividida entre la derecha de Arena y la izquierda del FMLN, es la que muchos salvadoreños le critican.
Tampoco se lleva bien con los medios independientes, a los que no les ha dado entrevistas en El Salvador desde hace al menos un año, y ha expulsado de sus conferencias de prensa a periodistas críticos.
Sin embargo, el hecho es que en medio del descontento con la política tradicional, Bukele ha conquistado la imaginación de suficientes salvadoreños, en particular de los jóvenes, mediante un uso inteligente de las redes sociales y con acciones audaces, como proyectar una película de la serie animé Dragon Ball en la plaza Salvador del Mundo, según cuenta un perfil publicado por la agencia AFP. Está por verse si también rompe con la tradición de corrupción en la política.
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