Un libro que reconstruye las historias de abril»
Ilich Buitrago Aguilar
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El escritor nicaragüense Arquímedes González recrea en una novela los hechos de la historia reciente de Nicaragua. Platicamos con él y esto nos dijo.
El escritor Arquímedes González se dio a la tarea de escribir "Como esperando abril", una novela-reportaje, sobre los sucesos que han resultado de la violenta represión del régimen orteguista contra el levantamiento ciudadano de abril de 2018.
Aunque la intención fue novelar lo sucedido, González dice que "lo que ha sucedido aquí supera todo tipo de ficción y maldad, crueldad; se han cometido cosas atroces contra la ciudadanía, contra la población civil".
González asegura que escribió el libro porque ha habido un intento de falsear la verdad, "de hacer creer que los muertos tuvieron la culpa". Acá la conversación con 4tomono.com
¿Qué encontramos en “Como esperando abril”?
Varias historia de la gente que ha sufrido todo lo que ha ocurrido desde abril del año pasado en Nicaragua. Son historias humanas, historias de gente que ha tenido familiares muertos, torturados, exiliados, secuestrados.
Es un libro, digamos, testimonial que trata de hacer una radiografía de todo lo que sucedió desde levantamiento civil de abril del año pasado.
¿Cómo nace el libro?
Yo fui a la iglesia Divina Misericordia después del ataque de las 15 horas, en donde estuvieron los muchachos universitarios refugiados y ahí básicamente nació la idea de un libro que contara lo que estaba sucediendo.
Estos meses ha habido un intento sistemático de falsear la verdad, de hacer creer que los muertos tuvieron la culpa, de que en toda esta rebelión era mentira. Pero sí hubo algo, una explosión social acumulada, después de tantos años de que se han cerrado los espacios democráticos en el país.
¿Cómo recopilaste las historias?
Comencé a recopilar historias no solo de la Divina Misericordia dónde hable con los sacerdotes, los estudiantes.
También fui a la Upoli, a la UNAN, y entonces recopilando historias pude recomponer toda ese pasado reciente para que no se olvide.
Siendo una novela ¿qué tanto de realidad tiene?
Fijate que básicamente no hubo necesidad de agregar ficción porque lo que ha sucedido aquí supera todo tipo de ficción y maldad, crueldad; se han cometido cosas atroces contra la ciudadanía, contra la población civil.
Casi no hubo necesidad, por eso yo digo que es una novela-reportaje porque tiene muchos datos que son verificables, situaciones que fueron conocidas y recogidas por los medios de comunicación.
En eso se basa, creo, la fuerza del libro. Que uno puede ver que todo lo que se cuenta sucedió en realidad.
¿Por qué elegir a Sergio Ramírez y a Madelaine Caracas para tener tu primera opinión?
Para mí era muy importante tener la visión de Madelaine sobre el libro porque ella ha sido una de las mujeres que se ha enfrentado a la dictadura, que también ha padecido las consecuencias de eso y hoy está exiliada en Costa Rica.
"Este libro está dedicado a los jóvenes, a las madres, a todas esas personas que perdieron seres queridos, a las familias que han tenido familiares torturados, exiliados y también está dedicado a los periodistas, porque hacer periodismo en Nicaragua se ha vuelto una profesión sumamente peligrosa como nunca lo había estado; hay varios medios de comunicación cerrados, decenas de periodista que están en el exilio solo por informar la verdad. Eso nunca había ocurrido de Nicaragua".
Arquímedes González, periodista y escritor.
Entonces me pareció que Madelaine era la voz más justa para que hablara sobre el libro. Y Sergio es un escritor muy bondadoso que también tiene esa conexión social y generacional que lo hace sensitivo a los problemas que vive Nicaragua.
Me pareció que ellos dos podían representar lo que libro también quiere dar a conocer, que es todo lo que ha sufrido el país estos meses.
¿Qué sentimiento te embarga al haberlo escrito y desde el proceso de creación?
Para mí fue bien doloroso escribirlo.
A como te digo, cada vez que lo escribía yo decía “esto nadie me lo va a creer”, porque hay situaciones que están fuera de lo racional, fuera de lo que uno pensaba.
Nosotros solo habíamos oído de esto con las dictaduras en otros países; Pinochet, verdad, de cómo eran capaces de desaparecer personas, torturarlas.
Pero hoy lo estamos viviendo y es por eso que para el libro es bastante fuerte porque presenta cosas que nadie, creo, llegó a imaginar que iban a suceder en Nicaragua en el Siglo XXI, dónde se suponía que América Latina estaban superadas las dictaduras y superadas también estas formas de tortura a la sociedad.
Como papá, ¿es la historia de Álvaro Conrado la que más te toca de todas las que reconstruís?
Yo creo que sí fijate, porque debe ser duro perder un hijo. Básicamente perdés parte de tu vida ahí y comprender que era un niño, 15 años nada más, y hasta hoy la familia no ha tenido justicia, no hay una investigación, nadie sabe qué pasó, las autoridades no quieren saber qué pasó.
Es terrible, es una familia que todavía está sufriendo esa injusticia.
Además de quitarles a un hijo, les han quitado también la razón de saber qué fue en verdad lo que sucedió, quién dio la orden, quiénes le negaron atención. Todo eso se debería de conocer en una sociedad donde existiera el derecho, pero en Nicaragua ya no existe el derecho.
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