El Salvador y Costa Rica no quieren saber de Ortega

Muchos nicaragüenses no ocultan su frustración porque la mayor parte de la comunidad internacional sigue al margen de la crisis o se limita a condenar los abusos del régimen Ortega-Murillo mediante declaraciones que no generan resultados tangibles.

Pero en el campo diplomático hay reclamos y accione fuertes. El más reciente es el de España que advirtió que revisará la relación con Nicaragua. Pero desde hace ya algunos meses los vecinos más cercanos han tomado acciones tácitas en este campo.

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La crisis sociopolítica que el régimen ha creado con la brutal represión que ejerció contra la ciudadanía para aplastar la rebelión de abril de 2018, solo resaltan el rechazo diplomático que enfrenta el régimen; sin embargo, desde hace 12 años la dictadura ha practicado una una política exterior aislacionista solo cercana a Cuba y Venezuela que ahora trae consecuencias.

La advertencia de España es en respuesta al reciente rechazo a la visita del secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, Juan Pablo de Laiglesia.

Es la tercera vez que Ortega rechaza  la colaboración de España en la búsqueda de una salida a la crisis. Esto, según el gobierno español dificulta la mutua interlocución.

A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha llamado a consultas a la embajadora, María del Mar Fernández, para analizar la situación de la relación bilateral con Nicaragua”, dice un comunicado emitido por ese país, que puede leer aquí.

Costa Rica y El Salvador no han nombrado embajadores

De forma más silenciosa al menos dos países que integran el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), Costa Rica y El Salvador, han expresado su descontento con el régimen orteguista.

Desde julio de 2018, cuando el Embajador Eduardo Trejos concluyó su periodo, Costa Rica mantiene su Embajada en Managua a cargo de un funcionario de menor rango; y en el caso de El Salvador, desde que Nayib Bukele asumió la presidencia en junio no ha nombrado a un Embajador.

“Obviamente esa es una señal de rechazo hacía el gobierno del país contra el que se está tomando esa determinación… básicamente le están diciendo al gobierno que no merece que se tenga una representación del más alto nivel”.

Norman Caldera, excanciller de Nicaragua

Otro excanciller que prefiere no identificarse asegura que “es sumamente importante que los embajadores nombrados en los países vecinos sean del más alto nivel y con gran experiencia y si son diplomáticos de carrera mejor todavía”,  particularmente cuando la relación entre ambos países ha sido complicada y cuando hay una numerosa presencia de connacionales a los que se debe ayudar.

“Especialmente cuando en Costa Rica residen un gran número de nicaragüenses y cómo es de todos conocido, con quien se ha tenido una larga historia de disputas fronterizas por más de 150 años. El Salvador es también un país de gran importancia estratégica para Nicaragua por ser uno de los dos países con quien compartimos el Golfo de Fonseca”, señala el ex funcionario.

Mantienen a los encargados de negocios

Lo que descartan los especialistas es que la situación provoque alguna consecuencia en las relaciones comerciales, ya que es justamente la representación comercial la que se mantiene.

“El Gobierno de Costa Rica mantiene abierta y en pleno funcionamiento su representación diplomática en Managua a cargo de un Encargado de Negocios a.í. (ad interim) de acuerdo con lo contemplado en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”, confirmó a 4to. Mono la oficina de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país.

El artículo 19 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece que si queda vacante el puesto de jefe de misión o si el jefe de misión no puede desempeñar sus funciones, un encargado de negocios ad interim actuará provisionalmente como jefe de la misión”.

Según fuentes diplomáticas, desde el retiro de Harold Reyes, en enero de 2018 Nicaragua tampoco ha logrado el beneplácito para dos nuevas Embajadores en Costa Rica y ha tenido que mantener en el cargo a Duilio José Hernández Avilés, que durante la gestión de Rivas era el encargado de negocios.

La Embajada de El Salvador en Managua también confirmó que está a cargo del encargado de negocios Fidel Argueta. Intentamos obtener una versión oficial sobre esta decisión, a través de la Cancillería y la Presidencia de ese país, pero no fue posible obtener respuesta. Como medida reciproca, Nicaragua mantiene al frente de su Embajada en ese país a la encargada de negocios.

¿Qué hará Giammattei en Guatemala?

Los presidentes de Costa Rica, Carlos Alvarado y Nayib Bukele de El Salvador son los únicos de la región que han alzado su voz contra los abusos de Ortega, pero esto podría cambiar en enero cuando asuma el presidente electo  Alejandro Giammattei, un político de derecha.

Aunque como presidente electo no se ha referido al tema, durante su campaña en una entrevista publicada por la agencia EFE Giammattei prometió aumentar su vigilancia sobre la dictadura de Daniel Ortega y dijo que esperaba que la Organización de los Estados Americanos (OEA) garantizara la aplicación de la carta democrática. Puede leer la entrevista aquí.

4to. Monto intentó conseguir una declaración oficial sobre el tema pero su equipo de prensa explicó que por estar de gira en todo el país, la respuesta tomará algunos días.   Pero es posible que a partir de enero en la región SICA, a Ortega solo le quede el apoyo de Honduras y  Panamá, cuyo nuevo embajador fue acreditado recientemente.

¿Un embajador, dos embajadas?

Duilio José Hernández Avilés sigue ejerciendo como Embajador  de Nicaragua en Costa Rica, incluso los medios oficialistas reportaron el 16 de noviembre, una visita que realizó a una organización empresarial. Sin embargo, su nombramiento quedó sin efecto el  21 de agosto mediante el Acuerdo Presidencial 132-2019  que fue publicado en el diario oficial La Gaceta 163 del 27 de agosto de 2019.

Además, ese mismo día mediante el Acuerdo Presidencial 134-2019 publicado en la misma edición de La Gaceta, fue nombrado  Embajador Extraordinario y Plenipotenciario ante el Gobierno de la República de Turquía, con sede en la ciudad de Ankara.