Fumigación para prevenir el dengue
Tras uno de los veranos más calientes de los últimos años, con olas de calor que marcaron récord en varias ciudades, llegaron las primeras lluvias de la temporada. Pero con ellas, se crean las condiciones propicias para la reproducción del zancudo transmisor del dengue y otras enfermedades endémicas, que alcanzan su pico durante la época lluviosa.
Y en las actuales condiciones, en las que los servicios de salud están saturados por la pandemia de Covid-19, enfermar de dengue podría tener consecuencias mortales.
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Ante esta nueva amenaza para la salud, es crucial incrementar las medidas de prevención. A las que ya se tomaban para evitar el contagio de la Covid-19, ahora deben sumarse la eliminación de criaderos. Para evitar picaduras de un mosquito Aedes aegypti infectado, que además de dengue transmite también chikungunya y zika.
A lo largo de las Américas, existen cuatro serotipos del virus que provoca el dengue. Y en muchos casos circulan simultáneamente. "La infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente aumenta el riesgo de padecer dengue grave y hasta morir", explica la OPS.
“La prevención y el control del dengue y otras enfermedades arbovirales (transmitidas por artrópodos) en el presente período crucial, es de máxima prioridad. El impacto combinado de Covid-19 y las epidemias de dengue podrían tener consecuencias potencialmente devastadoras en la población en riesgo”.
Informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
Según la OPS hay factores que provocan que la epidemia de dengue alcance su “punto máximo durante y después de las estaciones lluviosas”, porque mejoran el potencial reproductivo y los patrones de alimentación de los mosquitos y el periodo de incubación del virus del dengue. Estos factores son:
Las consecuencias devastadoras que podría provocar este año la enfermedad, sería provocada por la falta de capacidad de los sistemas de salud para atender a los infectados. Ya que en la mayoría de países, la pandemia del coronavirus los ha hecho colapsar.
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Incluso en Nicaragua, pese a que el régimen Ortega-Murillo insiste en restar importancia a los estragos que está causando la Covid-19 y sigue escondiendo las cifras, los servicios hospitalarios, públicos y privados, están saturados. No hay camas disponibles. Y según los especialistas, tomará algunos meses superar la pandemia. Por lo que la situación hospitalaria no se resolverá pronto.
Eso imposibilitaría brindar atención a los enfermos de dengue que requieran hospitalización; y que en los últimos años han crecido considerablemente. De acuerdo al Mapa Nacional de Salud, en 2018 fueron hospitalizadas 6,232 personas por fiebre sospechosa de dengue. Pero en 2019, los pacientes hospitalizados por esta causa fueron 32,598.
Además, dicho mapa registra 2,103 casos de dengue confirmados en 2018 y 6 muertos. Y el año pasado 10,596 casos confirmados y 30 muertes. Pero como ocurre con todas las estadistas locales, estas no divulgan toda la realidad. Ya que según la Plataforma de Información en Salud para las Américas de la OPS, en 2018 en Nicaragua se registraron 58,746 casos de dengue, de los cuales 2,103 fueron confirmados por laboratorio. En 2019 se reportan 186,173 casos, de ellos 10,587 se confirmaron con pruebas de laboratorio.
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Para la OPS el brote de dengue que se registró en año pasado fue sin precedentes. En el continente se registraron 3.1 millones de casos; de los cuales 28,176 fueron graves y murieron 1,535 personas. Y este año, al 9 de mayo, se reportan más de 1.4 millones de casos en toda la región --casi la mitad de los reportados el año pasado-- incluidos 3,183 casos graves y 473 muertes.
En Nicaragua la plataforma de la OPS registra para este año, al 9 de mayo 22,951 casos de dengue. De ellos, 629 han sido confirmados en laboratorio y 25 han sido graves. Eso significa que antes del inicio de la temporada lluviosa, ya se registraba un 12 por ciento del total de casos registrados durante todo 2019.
Además, la coincidencia temporal del brote de dengue junto al de Covid-19, puede provocar una “posible coinfección con ambos virus” que puede conducir a la superposición de síntomas, diagnóstico erróneo y manejo de casos. Por lo que es fundamental, hacer esfuerzos para reducir la población de mosquitos, para tratar de reducir el número de casos de dengue durante la temporada alta.
Según la OPS, dado que para prevenir la Covid-19 se recomienda quedarse en casa, el tiempo de encierro puede aprovecharse para eliminar las fuentes de reproducción de mosquitos, tanto del hogar como de los alrededores. Para eso se recomienda:
El dengue es una enfermedad febril que afecta a lactantes, niños y adultos. Para la que no existe medicina específica para tratarlo. Puede ser asintomática o cursar los siguientes síntomas:
Además, la enfermedad puede evolucionar a un dengue grave caracterizado por:
El Aedes aegypti es un mosquito doméstico (vive en y cerca de las casas) y se reproduce en cualquier recipiente artificial o natural que contenga agua. Él puede completar su ciclo de vida, desde el huevo hasta el adulto, entre 7 y 10 días. Los adultos generalmente viven de 4 a 6 semanas. La hembra es la responsable de la transmisión de enfermedades porque necesita sangre humana para el desarrollo de sus óvulos y para su metabolismo. El macho no se alimenta de sangre. Además, el mosquito es más activo temprano en la mañana y al anochecer, por lo que estos son los períodos de mayor riesgo de picaduras. Pero las hembras se alimentan cada 3 o 4 días; aunque si no pueden extraer suficiente sangre, continúan alimentándose cada momento que pueden.
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