Mientras en la mente de muchos, resuena la palabra separación como sinónimo de fracaso de los esfuerzos de unidad que demanda la lucha cívica, los dirigentes de la Alianza Cívica (AC) y de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), insisten en que siguen trabajando, como siempre lo hicieron, cada uno con roles diferentes.
Tanto la UNAB como la AC consideran que este esquema de trabajo, beneficiará la consolidación de una gran coalición opositora. La cual, deberá ser anunciada antes que finalice el primer trimestre de este año. ¿Pero será así o han perdido la brújula entre tanto "estatuto", documentos, comunicados y siglas?
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Por más que expliquen, no deja de haber confusión en el tema. Y da la impresión que al final estas organizaciones sufren de un formalismo excesivo, cuyo resultado no solo ha dejado una mala impresión. Sino que ante una dictadura que no respeta ni la Constitución, sus preocupaciones tienen una efectividad nula para el objetivo final.
Alegan que “no es secreto para nadie que hay organizaciones que tienen más afinidad con la Alianza Cívica y que hay otras que tienen más afinidad con la UNAB (Unidad Nacional Azul y Blanco). Entonces, el que ambas organizaciones estuvieran juntas a veces creaba resistencia, para que otras que están fuera se integraran”, así lo explicó Guillermo Incer, miembro del Consejo Político de la UNAB.
Muestra de que muchos están claros que son organizaciones diferentes (sin tener que "anunciar" una separación), es que hay gente que asegura que la Alianza está “secuestrada” por el sector empresarial; y la UNAB por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) y otros grupos de izquierda.
Por eso Incer considera que el “ajuste” que se hizo para mantener a ambas organizaciones al mismo nivel y fungiendo como núcleos fundacionales de la gran coalición, ayudará a que los organismos sociales y políticos que tenían alguna resistencia, “se acerquen con mayor confianza a la organización de su preferencia para integrarse a la coalición”.
Esa afirmación revela que ambas han perdido de vista que no es a organizaciones a las que tienen que atraer ─en Nicaragua por lo general son grupos con escaso arraigo─ sino que es, a la ciudadanía que no pertenece a nada a la que deben conquistar.
Según Incer, la definición de roles o formalización institucional que se realizó no cambia nada, ya que en la práctica la Alianza Cívica (AC) y la UNAB “siempre actuaron” con roles independientes.
En esto coincide Carlos Tünnermann, coordinador de la Alianza Cívica. Tünnermann explica que de la AC surgió la idea de crear la UNAB. Por ello, en el documento fundacional, firmado en octubre de 2018, quedó establecido que el organismo interlocutor para negociaciones con el gobierno es la AC. La UNAB por su parte comenzó a actuar por su cuenta.
Si eso ya era así, como en efecto lo era, entonces, queda más que claro que todo el "ruido" provocado fue pérdida de tiempo; que se enviaron las señales equivocadas y que hoy las organizaciones no están más cerca que hace un mes de formar una gran coalición.
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Si el fin a mediano plazo, es tener una sola coalición para alcanzar el mismo propósito: democratizar el país ¿por qué preocuparse por "identidades"? Uno pensaría, que ese es un tema que debe preocuparles una vez que ganen las elecciones, si es que las ganan.
“Seguimos compartiendo los mismos propósitos: la libertad de los presos políticos, la restitución de las libertades conculcadas, el cese de la represión, la restitución de la democracia. Además, hemos demostrado que podemos trabajar juntos, como lo hicimos en la propuesta de reformas electorales y seguiremos haciendo en otros temas”, dice Tunnermann.
Ante estas afirmaciones uno solo puede preguntarse ¿si ya la gente los percibía como organizaciones distintas y en la realidad actuaban como organizaciones distintas, y para colmo su objetivo a mediano plazo es unificarse ¿entonces para qué anunciar una separación?
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Tras el revuelo que provocó este “ajuste”, al ser interpretado como una ruptura entre la Alianza y la UNAB, los dirigentes de ambas estructuras, según Incer están enfocados en definir las bases fundamentales de la coalición, para posteriormente presentarla.
“Nos reconocemos como pares, nosotros reconocemos las fortalezas de la Alianza y ellos reconocen las fortalezas de la UNAB y lo que hemos conversado es que ambas como núcleo fundacional de la gran coalición, tendremos igualdad en la toma de decisiones”.
Guillermo Incer, miembro del Consejo Político de la UNAB
Uno de los criterios que ya se ha establecido, es que cualquier actor social o político que quiera sumarse, deberá suscribir los objetivos que el núcleo fundacional estipule.
“La gran coalición nacional para nosotros como Alianza, va más allá de una unión con la UNAB, sino algo más amplio. Debe comprender también otros sectores sociales e incluso sectores políticos”, señala Tunnermann.
Alguien debería informarles que a la gente, al votante, al ciudadano, le importa poco "el núcleo fundacional", "las bases fundamentales" y "la estructura" de la coalición.
Lo que la gente quiere saber es cuál es la propuesta para salir de la dictadura por la vía cívica; y si ganan, cuál es la propuesta para consolidar la democracia y el desarrollo económico que les dé trabajo y seguridad.
Pero si hay buena voluntad, la verdad es que esto es solo un tropiezo y nada se ha perdido.
Eso sí, la UNAB, la AC y todo el que quiera sacar del poder a la dictadura, debe darse cuenta que no será con formalismos ni con elaborados estatutos que derrotarán a la dictadura; sino con trabajo de calle, con la lucha enfocada en garantizar que las elecciones sean limpias y transparentes, y con la construcción de una propuesta creíble que conquiste la imaginación de los votantes.
Mucha gente ha llegado a creer que la clave para derrotar a Daniel Ortega está en "la unidad", la que han constituido en una especie de "santo grial". La verdad es que en las elecciones de 1990, además de la UNO que aglutinó 14 partidos y el FSLN, hubo ocho partidos más en la boleta; pero aún más contundente es que a lo interno nunca hubo tal unidad. Dos ejemplos lo dejan claro: durante la campaña hubo un incidente en un municipio de León donde dos políticos de la UNO se liaron a golpes frente a sus simpatizantes; el otro es que un día antes de tomar posesión doña Violeta de Chamorro, ya la bancada de la UNO se había partido. La gente simplemente votó por la UNO porque ofrecía traer la paz, regresarles la libertad así como reactivar la economía y los empleos. O sea, fue la propuesta creíble y no "la unidad de las organizaciones" lo que conquistó a la gente.
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Los felicito, independiente de las organizaciones , no hemos visto ni oído esa propuesta creíble, estoy segura que no es tan difícil elaborarla , lo difícil será la credibilidad de quien la saque.
En el 1990, el elemento unificador de la oposición, era superar la guerra, y el FSLN, con los acuerdos de Negociación habia perdido el Ejecutivo, pero no la guerra, tan así que amarró a Doña Violeta aun acuerdo de transición que mantuvo a los Ortega en control del Ejercito y la Policia que hasta 1995 oficialmente se llamaban EPS y Policia Sandinista. Ahora el uno factor es la violencia mortal y represiva del Regimen y el tremendo desprestigio del Sandinismo. La decisión de la ciudadania que la lucha por la Democracia, sea no violenta es la garantia de que la derrota del FSLN va ser imperecedera, es el principal factor Unificador.