Distopía

Las vacunas y el esfuerzo mundial por tener una contra el Covid-19

En medio del avance de la pandemia, de la inexistencia de tratamientos específicos para salvar la vida de los contagiados y el colapso que se ha dado en los sistemas hospitalarios de muchos países, cada día son más los que creen que el mundo volverá a la normalidad cuando las vacunas contra la Covid-19 sean una realidad. ´

Las vacunas son preparaciones que estimulan la producción de anticuerpos para generar inmunidad contra una enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados. O de productos o derivados de microorganismos”. Se pueden aplicar inyectadas, tomadas o por vaporización nasal. Al evitar que las enfermedades se desarrollen, evitan las muertes y demás consecuencias que estás provocan.

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Desde el inicio de la pandemia, las grandes farmacéuticas del mundo emprendieron una carrera contra el tiempo, para sacar al mercado el inmunizador que devuelva la confianza que necesita la humanidad para retomar la normalidad.

Sin embargo, desde que esta inició advirtieron que desarrollar una vacuna y ponerla a disposición de la población, tomaría al menos un año, sino es que más. En realidad, la vacuna que más rápido se ha producido es contra las paperas, que tomó cuatro años.

Prometen primeras vacunas para fin de año

Además, la OMS advierte que los esfuerzos no deben limitarse a desarrollar el producto. Sino también a producir las dosis suficientes para responder a la demanda mundial.

Actualmente hay 3 “vacunas candidatas” que están próximas a entrar a la fase final de pruebas en humanos. Las desarrollan en Estados Unidos, la compañía Moderna. En Reino Unido la Universidad de Oxford;  y otra más en China.

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Pero estos no son los únicos esfuerzos. Actualmente hay más de 300 vacunas en proceso de ensayo. Sin embargo, el futuro de ellas depende de los resultados finales de las pruebas.

Tengo esperanza, soy optimista. Pero el desarrollo de una vacuna es una tarea compleja, viene con mucha incertidumbre. Lo bueno de esto es que tenemos muchas vacunas y plataformas para que, incluso si la primera falla, o si la segunda falla, no perdamos la esperanza, no nos vamos a rendir. Si tenemos suerte, habrá una o dos vacunas exitosas a finales de año”.

Soumya Swaminathan, jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

¿Para quién serán las primeras vacunas?

De lograrlo para finales de este año, solo podrían fabricarse entre 50 y 100 millones de dosis. Y  se espera que en 2021 ya pueda contarse con unas 2 mil millones de dosis. Entonces el problema será definir a quiénes se les priorizará la aplicación con las primeras que se fabriquen.

Se pueden conseguir las patentes, si todos se ponen de acuerdo. Pero el verdadero problema será tener la capacidad física de fabricar las inmunizaciones al nivel que se necesita. Así como repartirlas justamente”, advirtió recientemente Soumya Swaminathan, jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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La preocupación de la OMS radica en que actualmente solo se desarrollan vacunas que tienen potencial comercial. Por lo que ese modelo tiene que cambiar, ya que afecta la salud pública. Pues esta no debería estar en el mercado para generar ganancias.

La buena noticia es que en el caso de esta pandemia, además de estar avanzando como nunca antes en la historia del desarrollo de las vacunas, la solidaridad internacional está contribuyendo para que llegue a los que no pueden pagarla.

Se necesitan 2 mil millones de dólares para vacunar a los pobres

Recientemente se creó el mecanismo de financiamiento impulsado por la OMS junto a la  Alianza Mundial para la Introducción de Vacunas (GAVI por su sigla en inglés). Se calcula que necesitan “inicialmente 2 mil millones de dólares” para garantizar la distribución de la vacuna en 90 países en desarrollo. El fondo ya cuenta con 500 millones de dólares y se espera que las naciones ricas y donantes privados aporten el dinero que falta.

Las etapas de producción

¿Por qué toma tanto tiempo y es tan caro desarrollar una vacuna? Según la OMS esto se debe a que las vacunas autorizadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las distintas fases de los ensayos clínicos.

Además, los científicos hacen un seguimiento constante de ellas por si aparecen efectos adversos. Su  desarrollo incluye varias etapas, que el sitio web The History of Vaccines resume así:

  1. Etapa de exploración: involucra investigación de laboratorio para identificar el antígeno natural o sintético. Es decir la sustancia que generará la producción de anticuerpos contra la enfermedad. Pueden ser partículas del virus o bacteria debilitados u otras sustancias derivadas de ellos. Normalmente ha durado de 2 a 4 años.
  2. Etapa preclínica: en estos estudios se usan tejidos o cultivos de células. Pueden ser de ratones o monos y se evalúa la seguridad y capacidad de provocar una respuesta inmunológica. Muchas vacunas candidatas se quedan en esta etapa porque no generan la respuesta deseada. Esta etapa dura entre 1 y 2 años.
  3. Solicitud de investigar un nuevo medicamento: se le pide al organismo regulador del sector en cada país. Una vez obtenido se somete a las fases de pruebas. En Estados Unidos la autorización la otorga la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por su sigla en inglés).
  4. Fase I de los ensayos: es el primer intento para probarla en pequeños grupos de humanos. Adultos de entre 20 y 80 años, aún cuando la vacuna esté dirigida a niños. Si resulta favorable se pasa la siguiente  etapa.
  5. Fase II de los ensayos: participan más voluntarios, algunos de ellos pertenecientes a grupos de riesgo de contraer la enfermedad. La meta es estudiar la seguridad, capacidad de desarrollar inmunidad, dosis propuestas, periodicidad con la que debe aplicarse y métodos de aplicación.
  6. Fase III de los ensayos: se realizan ensayos más grandes que involucran a miles de personas. Las pruebas son aleatorias y se prueba la vacuna contra un placebo. Este puede ser una solución salina, una vacuna para otra enfermedad o alguna otra sustancia. La meta es evaluar la seguridad y detectar efectos secundarios.
  7. Aprobación y autorización oficial: Si la fase III de ensayos resulta exitosa se solicita la autorización para producirla. El ente que autoriza vigilará su producción, pruebas, seguridad y pureza.
  8. Vigilancia posterior: diversos sistemas vigilan las vacunas después de haber sido aprobadas.
  9. Fase IV de los ensayos: son estudios opcionales, sobre seguridad, eficacia y otros posibles usos que pueden realizar los fabricantes una vez lanzada al mercado la nueva vacuna.

Según el rastreador de vacunas contra el coronavirus del New York Times, de 166 vacunas en preparación hay una aprobada, de la compañía china CanSino Biologics y cuatro en fase tres (ensayos a gran escala) estas son:

  • 1.- La del laboratorio Astra Zeneca y la Universidad de Oxford;
  • 2.- La de la compañía estatal china Sinopharma, que realiza la prueba en 15 mil personas en los Emiratos Árabes Unidos;
  • 3.- la compañía privada china Sinovac, que acaba de iniciar la fase III en Brasil; y
  • 4.- el Murdoch Children’s Research Institute en Australia está probando la eficacia de la vacuna contra el bacilo de Calmette-Guerin (tuberculosis) en el Covid-19.

Los tipos de vacunas

Una vez aplicada la vacuna, provoca la misma reacción en el sistema inmunilógico que cuando se expone a la enfermedad. El sistema inmunitario produce anticuerpos.  Pero como los virus o bacterias que contiene están muertos o debilitados, la enfermedad no se desarrolla.

Además, la OMS detalla que hay varios tipos de vacunas:

  • Viva atenuada: las vacunas con virus o bacterias vivos debilitados producen una infección sin síntomas. Esto genera una respuesta inmunitaria similar a una infección natural, pero sin provocar la enfermedad y sin  infectar a otras personas. A menudo, confieren inmunidad a largo plazo.
  • Inactiva: las vacunas inactivadas o muertas, es decir, con virus o bacterias muertos. Tienen menos efectos secundarios que las vacunas vivas atenuadas. Pero provocan una respuesta menos intensa, por lo que tienen que aplicarse regularmente.
  • Subunitaria o conjugada: contienen una proteína o un carbohidrato derivado del microbio que produce la enfermedad, que se encarga de provocar la respuesta inmunológica.
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Lucydalia Baca Castellón

Periodista nicaragüense graduada de la Universidad Centroamericana (UCA). Por casi trece años trabajó como reportera de las secciones política y económica del diario LA PRENSA. Ha ganado en dos ocasiones el premio Global Príncipe Alberto II de Mónaco y UNCA sobre Cambio Climático que otorga la Asociación de Corresponsales de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

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