Mientras China redobla esfuerzos para frenar el avance de la epidemia causada por el coronavirus, alrededor del mundo las grandes potencias fortalecen, sin mucho éxito, sus cercos sanitarios para impedir su ingreso.
A pesar de los esfuerzos, al 14 de febrero la Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó la presencia de 22 casos en el hemisferio occidental. Hasta ahora, de esos casos 15 son en Estados Unidos y los 7 restantes en Canadá.
En total son 25 los países en el mundo que según la OPS están afectados; y 49,010 los casos confirmados, la mitad de ellos en China. La enfermedad ya provocó 1,383 muertos. Por ello, algunos especialistas consideran que ya es pandemia aunque esta aún no haya sido declarada. Así que es cuestión de tiempo para que el virus llegue a la región.
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Como muestra de la gravedad de esta emergencia sanitaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a la comunidad internacional, proteger a los países con sistemas de salud menos preparados. Para hacerlo, pusieron en marcha un plan de preparación y respuesta, que se desarrollará entre febrero y abril de este año, a un costo de 675 millones de dólares.
En Nicaragua el Ministerio de Salud (Minsa) asegura que el país cuenta con las herramientas necesarias para combatir la amenaza.
Según la sancionada Sonia Castro, ex-ministra del Minsa y ahora asesora presidencial en temas de salud, “Nicaragua cuenta con las herramientas tecnológicas y científicas para combatir el coronavirus si acaso llegásemos a ser afectados”.
Los medios oficialistas han confirmado que se creó una comisión interinstitucional y que el personal de salud está en permanente capacitación.
A pesare del gran vació de información oficial, el mapa de enfermedades del Minsa reporta que en 2017 y 2018, la neumonía fue la novena causa de muerte en el país.
Además, el dengue, el chikungunya y el zika ocuparon el cuarto, noveno y décimo puestos respectivamente, en la lista de enfermedades epidémicas más frecuentes. En esos dos años, el dengue también se ubicó como la principal causa de hospitalización en el país.
Esto demuestra que no es fácil detener y controlar este tipo de enfermedades y que el régimen debe tener mayor apertura para informar a la población sobre el tema.
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Los especialistas explican que el éxito depende, entre otros puntos, pero principalmente, de prácticas de higiene, que infortunadamente no son comunes, ni entre el personal de salud ni en la población. Situación que además, no es exclusiva de Nicaragua.
Convertirlas en una costumbre puede ser la clave para reducir la posibilidad de propagación de la enfermedad.
Estas prácticas son tan sencillas como:
Además, el plan de prevención debe incluir un fuerte plan de educación dirigido a la población en general y en particular al personal de salud, incluido el de los puestos fronterizos. Hasta ahora en Nicaragua no hay campañas masivas en este sentido.
El epidemiólogo Leonel Argüello explica que los países desarrollados han sido los más afectados porque son los que atraen la mayor cantidad de turistas chinos.
Y teniendo en cuenta el alto flujo de viajeros que se mueve diariamente desde Estados Unidos hacia el resto del continente, es cuestión de tiempo para que el virus aparezca en Centroamérica.
Argüello explica que el coronavirus causa una gripe, que como cualquier otra se transmite al momento de estornudar o mediante gotitas de saliva. Por eso la importancia de mantenerse alejado de personas enfermas de gripe y lavarse las manos con agua y jabón constantemente.
Argüello advierte que las personas con enfermedades crónicas son las que corren mayor peligro de sufrir complicaciones.
Independiente del tipo de gripe que padezcan, deben taparse la boca al momento de estornudar y de preferencia mantenerse en su casa durante los dos o tres días en que los síntomas de la enfermedad sean más evidentes. Si es indispensable salir a la calle, lo más conveniente es que los enfermos de gripe usen máscaras para taparse la nariz y la boca.
Además de una masiva campaña de educación, el plan debe enfocarse en la detección temprana de los casos sospechosos. Y en su aislamiento durante los catorce días que dura la incubación del virus. Para ello es fundamental tener personal capacitado en todas las puertas de ingreso al país.
También debe estar listo el lugar donde se recluiría a estas personas. No puede ser un hospital ni un centro de salud, porque se elevaría el riesgo de contagio.
Otra parte del plan de prevención es el seguimiento a las personas con las que los posibles afectados tuvieron contacto. También se debe brindar información a todos los visitantes, para que sepan a dónde acudir en caso de desarrollar síntomas de gripe.
Finalmente debe considerarse el tratamiento que se aplicará a los enfermos. Dado que esta gripe es provocada por un virus, no deben usarse antibióticos.
Lo adecuado son los antivirales, pero hasta ahora se desconoce si alguno de los que existen son efectivos contra este virus. Entonces, el tratamiento debe ser exclusivamente para aminorar los síntomas, ya sea fiebre, tos, dolores o problemas para respirar.
Argüello explica que si en algunos países de la región se presentan casos sospechosos, se deben tomar muestras de de flema, sangre y heces.
Por el momento estas deben enviarse a laboratorios del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) en Atlanta, Estados Unidos, o a los de la OPS.
El Minsa ha dicho que cuenta con las “herramientas tecnológicas y científicas” para hacerle frente a un posible brote de gripe provocado por el coronavirus. Sin embargo, hasta el momento los países que tienen laboratorios con esa capacidad son Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Surinam, Chile, Perú, Ecuador y Brasil.
Según la OPS, personal de salud de todos los países de Centroamérica está siendo capacitado en México para que, próximamente estas pruebas pueden realizarse en cada país.
“Expertos en laboratorio, epidemiología, manejo clínico, prevención y control de infecciones, y otras áreas, están apoyando a funcionarios de salud pública en los países de América Latina y el Caribe”.
Reporte de la Organización Panamericana de la Salud
Aunque el Minsa no ha sido específico, entre los países de la región que apoya la OPS está Nicaragua. El problema es que la política de secretismo del régimen no habla con claridad, ni siquiera en casos de posible amenaza a la salud pública como este.
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