Perú, un país con presidencias efímeras y presidentes procesados»
Al asumir la Presidencia Francisco Sagasti planteó que el desafío y la tarea central de su Gobierno de transición será devolver la confianza a la ciudadanía. Foto tomada del Centro de Noticias del Congreso de la República de Perú
Avil Ramírez
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A pesar de la inestabilidad de su clase política, Perú ha mantenido un crecimiento económico con buen ritmo en las últimas décadas, pero la destitución del presidente Vizcarra ocurre en medio de la pandemia que ha golpeado fuertemente al país.
Manuel Merino, fue juramentado el 10 de noviembre por el Congreso Nacional del Perú, ante la declaratoria de vacancia de la presidencia de la República en perjuicio del expresidente Martín Vizcarra; que gobernó desde 2018 hasta 2020, cuando fue acusado de "incapacidad moral permanente". A su vez Vizcarra había reemplazado al expresidente Pedro Pablo Kuczynski que gobernó desde 2016 hasta 2018.
Pero a pocos días de haber juramentado a Merino, el Congreso tuvo que seleccionar a otro de sus miembros, Francisco Sagasti como el nuevo presidente. Sagasti se desempeñó como congresista de la República desde marzo de este año para el período 2020-2021; y fue juramentado como presidente de Perú el 17 de noviembre. Eso significa que el país ha tenido cuatro presidentes en cuatro años y tres en una semana.
En septiembre pasado, Vizcarra había sobrevivido a un primer intento de destitución. Se le acusó de contratar al músico y compositor Ricardo Cisneros, conocido artísticamente como "Richard Swing". Desde 2016 el artista habría recibido 50 mil dólares por impartir "charlas de motivación" al personal del Ministerio de Cultura, parte del dinero lo recibió en plena crisis de la pandemia.
La denuncia salió al descubierto por un audio grabado clandestinamente por la ex asistente del presidente Karem Roca. En esa ocasión, el Congreso desechó la iniciativa por 78 votos a favor y 32 en contra.
Vizcarra destituido por mayoría
Pero el proceso que finalmente provocó la destitución de Vizcarra fue por otra razón. Supuestamente recibió unos 560 mil dólares a cambio de contratos de obras públicas cuando se desempeñaba como gobernador regional de Moquegua, en el período 2011-2014.
El presidente acudió al Congreso a defenderse pero de nada le valió. Recibió 105 votos en contra, 19 a favor y 4 abstenciones. Eso permitió que el Congreso los destituyera bajo la causal de "incapacidad moral permanente", tal como lo contempla la Constitución peruana.
Una encuesta de la firma Ipsos publicada recientemente, reveló que el 79 por ciento de la población se oponía a cortar el mandato presidencial en esta coyuntura. Vizcarra tenía una aceptación de entre 54 y 57 por ciento; mientras que su reemplazante apenas tiene una aprobación de entre 22 y 24 por ciento, según recientes encuestas de Ipsos y del Instituto de Estudios Peruanos, respectivamente.
Pero eso no es todo. Uno pensaría que tal celo de parte del Congreso peruano se debe a una gran honestidad, sin embargo, de los 105 diputados que votaron por la vacancia en la presidencia, 68 están acusados en la fiscalía por corrupción.
Sin embargo, a pesar de la inestabilidad de sus políticos, Perú ha mantenido un buen ritmo de crecimiento económico las últimas décadas en América Latina, lo que lo ha llevado, a través del Programa de País, a ser un país socio ─no país miembro─ del llamado "club de los países desarrollados", la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
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Presidencias efímeras
A pesar de estar pocos días en el cargo, el expresidente Merino no rompió el récord de menos tiempo como mandatario. En 1931 Mariano Holguín estuvo apenas tres horas, tras la renuncia de Luis Miguel Sánchez Cerro. Tampoco es el segundo en lista de menor duración; pues ese lugar lo ocupa Antonio Gutiérrez de la Fuente que en 1868, también fungió por 14 horas como presidente.
Más alarmante aún es que de los ocho presidentes de los últimos 30 años en Perú, siete han sido señalados como sospechosos o culpables por corrupción. Abrió esa lista Alberto Fujimori en 1990:
- Alberto Fujimori
- Alejandro Toledo
- Allan García ─se suicidó─
- Ollanta Humala
- Pedro Pablo Kuczynski y
- Martín Vizcarra
La excepción ha sido Valentin Paniagua, electo para concluir el período de Fujimori; luego que en noviembre del 2000 Fujimori renunciara para luego huir a Japón. A esa lista podría sumarse Merino que ya fue denunciado penalmente; además de abuso de autoridad y lesiones, se le acusa del homicidio calificado, de los dos universitarios fallecidos durante las protestas contra su gobierno.
Dos muertos precipitaron su renuncia
La gota que derramó el vaso fue la represión policial ante las expresiones populares que se manifestaron en contra de la declaratoria de vacancia y destitución de Vizcarra. Dos universitarios fueron asesinados por la policía y ese fue el detonante.
Merino no aguantó la presión y el domingo 15 de noviembre renunció. Las marchas de protestas se tornaron en celebraciones populares. Muchos de los protestantes se dirigieron al lugar donde Jack Pintado Sánchez de 22 años e Inti Sotelo de 24, fallecieron en plena violencia policial durante las marchas nacionales. Se reportaron igualmente más de 100 heridos por la represión policial.
Antes de la renuncia de Merino, 13 de los 18 ministros y viceministros presagiando su derrumbe también renunciaron a sus cargos.
Pocas horas después de la muerte de los estudiantes universitarios de derecho y turismo respectivamente, la Fiscalía anunció una investigación para deslindar responsabilidades y procesar a los miembros de la policía involucrados en el uso desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes pacíficos.
Para ubicarnos en el contexto apropiado, en Nicaragua a raíz de las protestas iniciadas el 18 de abril; en los primeros seis días de reclamos ─promovidos principalmente de estudiantes universitarios─ según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI), fallecieron 55 personas.
¿Quién es el nuevo presidente?
El nuevo gobernante Francisco Sagasti tiene 76 años y pertenece al centro-derechista Partido Morado; agrupación política que tiene apenas 9 de los 130 diputados que conforman el Congreso. Se le considera considerado un político moderado. Fue secuestrado en 1996 por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA); durante la toma de los guerrilleros comunistas a la residencia del embajador de Japón. Vivió exiliado en Costa Rica, donde se desempeñó como profesor en la Universidad para la Paz.
En sus comienzos en la política Sagasti desempeñó varios cargos en el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada tras el golpe de Estado dirigido por el general Juan Velasco Alvarado en 1968. Fue asesor del ministro de Industria, el contralmirante Alberto Jiménez de Lucio. Asimismo, colaboró en asuntos de industrialización y tecnología y asesoró al Consejo de Investigación Nacional.
Desde 1985 hasta 1987, durante el primer gobierno de Alan García, fue asesor del entonces ministro de Relaciones Exteriores Allan Wagner Tizón. Luego, entre 1988 y 1989, se desempeñó como presidente del Comité Consultor de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas.
Sagasti recibe un país impactado por la Covid-19
Entre los principales retos que tendrá que enfrentar, está la pandemia causada por la Covid-19. Perú con casi 32 millones de habitantes, registra cerca de un millón de contagiados y mas de 35 mil fallecidos y se ubica entre los países más afectados de América Latina. Sus estadísticas de la pandemia solo son superadas por Brasil, Colombia y Argentina; que son países con mayor número de habitantes.
El nuevo presidente también deberá encontrar la manera de aplacar las protestas anti-sistémicas, que han sido encabezas principalmente por los jóvenes peruanos. Y preparar las condiciones para las elecciones generales que se deben celebrarse el 11 de abril del 2021 ─en cinco meses─ en el país andino.
A pesar de la crisis política y la pandemia, los organismos internacionales todavía pronostican que la economía peruana crezca en 2020 en comparación con 2019 . Por lo que otro de los retos del presidente Sagasti será mantener el equilibrio macroeconómico y la confianza con los principales socios comerciales de Perú que permita que ese crecimiento no se desvanezca.
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