Una semana después de haber confirmado el primer caso de COVID-19, Nicaragua sigue sin establecer medidas de distanciamiento social, para frenar el avance de la pandemia. El argumento de los funcionarios ha sido que las medidas “extremas” generan pánico entre la población y que el país por ser pobre, no se puede dar el lujo de paralizar sus actividades.
Sin embargo, especialistas aseguran que, el desarrollo de esta crisis de salud pública, está demostrando que el aislamiento social es la clave para ganarle la batalla al coronavirus.
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Uno de los "casos exitosos" que se menciona es el de Taiwán, que pese a estar ubicado a solo 81 millas de China, donde además trabajan miles de sus ciudadanos, ha logrado controlar el avance de la pandemia.
Al 24 de marzo Taiwán reporta 215 casos confirmados, dos muertos y 29 recuperados. En cambio su vecina, China Continental registra 81,591 casos y más de 3 mil muertos.
Jason Wang, profesor de pediatría de la Universidad de Stanford atribuye este éxito a que las autoridades de la isla actuaron rápido. Incluso antes de que el virus llegara, implementaron 124 medidas.
Entre las más reconocidas se mencionan:
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Corea del Sur es otro caso de éxito. Optó por realizar pruebas masivas, aproximadamente 300 mil. Es el segundo país con más test aplicados después de China, y uno de los que tiene la tasa de mortalidad más baja, menor al 1 por ciento.
La detección temprana de los contagiados y su aislamiento figuran entre las claves del éxito. A la fecha Corea del Sur reporta 9,037 casos confirmados, 3,507 recuperados y 120 muertos.
Kent Sepkowitz, especialista en control de infecciones del Memorial Sloan Kettering, considera que la actuación de Corea y de Taiwán no es casual. Sino producto de la experiencia que acumularon con el SARS. También influye la disponibilidad de recursos en ambas naciones.
Japón es otro de los países asiáticos que parece estar ganando la batalla al coronavirus. Implementó acciones preventivas 17 días después de la confirmación del primer caso y puso en cuarentena a los contagiados. A la fecha ha confirmado 1,193 contagios, 285 pacientes recuperados y 43 muertos.
Un resultado similar al de estos países espera Colombia. Las autoridades reportaron que con respecto a la curva de crecimiento de casos de Italia y España, en sus primeros tres días de cuarentena redujo hasta 35 por ciento el contagio. Y hasta 82 por ciento la mortalidad. A la fecha reporta 378 contagios y 3 muertes.
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El país suramericano quiere evitar los errores cometidos por España e Italia que impusieron cuarentenas hasta que tenían 5,678 y 10,149 casos confirmados, respectivamente. Además, en los primeros días la población no acató las medidas de aislamiento social.
Actualmente Italia es el segundo país con más casos confirmados, después de China, 69,176 contagiados y 6,820 muertes. España es el cuarto país con más casos, 39,885 y 2,808 defunciones.
Según los especialistas cada persona puede ayudar a frenar la propagación del COVID-19 y al hacer su parte, puede marcar una gran diferencia para su salud y la de los que lo rodean.
“La evidencia actual indica que sin medidas de distanciamiento social, el virus se propaga a un promedio de 2.5 personas por cada persona infectada”.
Tom Inglesby , director del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud.
Por ello, especialista de este centro aseguran que para frenar el avance de la pandemia, lo primordial promover el distanciamientos social. Con ello, se puede lograr que la proporción de contagio se reduzca a la mitad. Así ha ocurrido en algunos países de Asia, donde esta medida ha sido clave para frenar la propagación del COVID-19.
“En este momento, el distanciamiento social es indispensable. Debido a que aún no tenemos un tratamiento o una vacuna para la COVID-19, el distanciamiento social es una de las pocas herramientas efectivas que tenemos para reducir el riesgo de transmisión generalizada”, dice Ronald J. Daniels, presidente de la Universidad Johns Hopkins.
Al 25 de marzo, se reporta que el coronavirus ya está presente en 172 países. Hay 441,187 personas contagiadas y 19,784 han muerto a causa de la gripe COVID-19. En Centroamérica la pandemia avanza, se han confirmado que más de mil personas se han contagiado y 21 han muerto por la enfermedad.
Especialistas de la Universidad Johns Hopkins, advierten que el distanciamiento social es especialmente crucial porque, muchas personas infectadas no tienen síntomas. Entonces ni siquiera se dan cuenta que están propagando la COVID-19. De esta manera, el virus se propaga de manera invisible, amplia y exponencial.
El estudio reconoce que no toda la población puede cumplir las medidas de distanciamiento social. Los trabajadores de la salud, comercio, fuerzas del orden y otros, tienen que seguir manteniendo contacto con las personas a las que prestan sus servicios.
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En esos casos, las medidas higiénicas y de protección son fundamentales, pero para el resto de la población el distanciamiento social “estricto es crucial”. Pese a las afectaciones económicas que provocará.
La principal medida de distanciamiento social que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) es, mantenerse al menos a dos metro de distancia del resto de las personas. Especialmente de las que estornudan, tosen o que tengan fiebre. Y evitar los saludos con apretones de mano, abrazos o besos.
Pero a estas se han sumado otras, entre ellas:
También explican que las diversas medidas de aislamiento social no proporcionan resultado de un día para otro. Al contrario, toman tiempo para que se puedan ver los resultados.
Según Daniels, las medidas de aislamiento social impuestas en Wuhan (China) tomaron alrededor de 3 semanas para comenzar a revertir el acelerado avance de la pandemia.
“Seguir las reglas de distanciamiento social no será fácil. No será divertido Podemos garantizar eso. Pero también podemos garantizar que ayudará a salvar vidas, tal vez muchas, muchas vidas”.
Ronald J. Daniels, presidente de la Universidad Johns Hopkins
Según los especialistas, la importancia de aplicar el aislamiento social en las primeras fases de la pandemia, radica en que con ello los países reducen la tasa de infección. Eso garantiza que los pacientes lleguen a los hospitales a un ritmo más lento. Y así se evita el colapso de los sistemas y se asegura la atención a todos los que la necesitan.
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