¿Qué llevaría a Daniel Ortega a otro diálogo?

En situaciones de crisis se puede pasar por largos períodos de estancamiento para luego pasar a períodos que tienen corta duración pero en los que se da una frenética sucesión de hechos. A veces eso puede llevar a una solución de la crisis o regresar al estancamiento, aunque rara vez los actores conservarán las posiciones previas al período frenético.

Eso sucedió entre abril y julio de 2018 en Nicaragua, luego de un período de estancamiento de prácticamente una década, estalló una rebelión en la que los sucesos se movían con frenesí.

Luego, la violenta represión y el abuso a los derechos humanos dio paso a seis meses de estancamiento. Sí continuó la represión y los abusos, pero adoptaron un carácter de permanencia en ese período.

Ahora, desde hace unas cuatro semanas, se ha dado paso a una nueva serie de sucesos. Son más sutiles, sin embargo, en el ambiente se siente que "algo se está cocinando".

Es probable que en los últimos días hayan oído que hay posibilidades de que -algún tipo de diálogo- se reanude en marzo, pero nadie está diciéndolo oficialmente. Y aunque en 4to Mono creemos, como dijo el físico Niels Bohr,"predecir es muy difícil, especialmente si se trata del futuro", sí podemos enumerar las señales.

La más clara hasta ahora, la repentina y misteriosa visita de Gonzalo Koncke, jefe de gabinete del secretario general de la OEA, Luis Almagro. Y tampoco se pueden obviar los mensajes, explícitos e implícitos, del nuncio apostólico, Waldemar Sommertag. Pero, ¿por qué negociaría Ortega y por qué ahora? Podemos revisar los hechos:

1.- Ortega, su entorno y las sanciones

Para comenzar, están la pareja presidencial, su entorno y las sanciones. El gobierno de Estados Unidos le ha venido propinando golpe tras golpe al dictador Daniel Ortega, su familia y su entorno, cada vez estrechando más el círculo. Comenzaron sancionando al secretario general de la Alcaldía de Managua, Fidel Moreno y al tesorero del Frente Sandinista y presidente de Albanisa, Francisco López; luego fue un golpe directo a El Carmen, residencia de Ortega, con las sanciones a la propia Murillo y al más íntimo colaborador del mandatario: Néstor Moncada Lau.

Después, el ocho de enero vino la "denuncia y renuncia" de Rafael Solís, quien por 15 años había sido el operador político de Ortega en la Corte Suprema. Solís se fue a Costa Rica con información de gran valor sin duda.

El 30 de enero, John Bolton, el Asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump le dedicó un tuit a Albanisa, anunciando que estaba incluída en las sanciones de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) pilar de la economía de aquel país.

Días más tarde, Kimberly Breier, subsecretaria de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental hizo lo propio con Bancorp, el "banco de Albanisa" según el ex Superintendente de Bancos, Víctor Urcuyo.

2.- La narrativa fallida

El argumento del régimen Ortega - Murillo ha sido que los que sucedió en abril y mayo en Nicaragua fue "un intento fallido de golpe de Estado", sin embargo, este argumento, o "narrativa" no lo ha comprado nadie. No lo ha creído el Consejo Permanente de la OEA, ni la CIDH, ni el GIEI, ni el Meseni, ni el Parlamento Europeo.

Si la tesis del complot para "derrocar un gobierno democráticamente electo", no cala el gobierno se queda sin argumento; y sin poder justificar que existan 700 presos políticos. No es casualidad que la demanda de liberarlos sea una condición previa, y generalizada, para cualquier avance.

3.- La economía

Con una caída de la economía del 4 por ciento en 2018, y con un 2019 que podría contraer la economía hasta 10 puntos más si la crisis sociopolítica no se resuelve, según el informe de coyuntura de la Fundación Nicaragüenses para el Desarrollo Económico y Social (Funides), todos los nicaragüenses, van a sufrir.

El golpe no solo sentirá "la derecha" sino la base orteguista, los empresarios sandinistas y hasta la familia Ortega Murillo que no puede hacer negocios fuera. A menos que los haga en Cuba, China, Rusia, Irán, Venezuela o Siria.

Ya el 30 por ciento de los depósitos ha salidos de la banca y la fuga no se detiene. El crédito está paralizado porque los bancos necesitan liquidez para responder a sus ahorrantes y por lo tanto el financiamiento para la producción tampoco estará disponible, lo que impactará la producción agrícola.

Las reformas al sistema de seguridad social solo limitaron más la capacidad de los empresarios a mantener los empleos formales que quedan, y la reforma fiscal solo acelerará la debacle económica, por eso ha quedado esperando dictamen en la Comisión Económica de la Asamblea Nacional por tres semanas.

4.- Si cae Maduro...

El otro factor que podría haber llevado a Ortega - Murillo a considerar sentarse a dialogar es que su principal benefactor, Nicolás Maduro, se encuentra entre la espada y la pared en Venezuela.

Estados Unidos "va con todo" contra el heredero de Chávez y ya tiene un "día D": El 23 de febrero. Si se cumple la orden del presidente interino de que la ayuda humanitaria entre ese día, Maduro no tendría más que hacer. Es posible que el venezolano esté también negociando su salida. La incertidumbre podría hacer que la pareja presidencial haya decidido sentarse.

Son varios los factores que indican que pensar en la reapertura del diálogo es factible.