En los albores de la revolución, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional dictó la ley creadora de los ministerios de Estado. A algunos de ellos simplemente les cambiaron los nombres que les habían establecido durante el somocismo; pero también se crearon otros nuevos.
Gobernación se cambió a Interior; Relaciones Exteriores a del Exterior; Hacienda y Crédito Público a Finanzas. Los nuevos eran el de Cultura, el de Vivienda y Asentamientos Humanos y el de Bienestar Social.
Contrario a lo que muchos creen, el primer gabinete de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional solo incorporó a uno de los nueve miembros de la entonces llamada Dirección Nacional Conjunta del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
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El elegido fue Tomás Borge, de la facción Guerra Popular Prolongada (GPP), lo nombraron ministro del Interior. A Jaime Wheelock Román, de la tendencia Proletaria lo nombraron en el Instituto Nicaragüense de Reforma Agraria (INRA), que no era ministerio de Estado.
Es decir, que cuando se instaló el nuevo gobierno, hubo 3 comandantes de la revolución en la linea de mando, uno por cada tendencia. Daniel Ortega en la Junta de Gobierno, Borge en el ministerio del Interior y Wheellock en reforma agraria.
Pero pocas semanas después de la instalación de la Junta de Gobierno, el 22 de agosto de 1979, se nombró a Humberto Ortega, de la facción Tercerista en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército Popular Sandinista; a Luis Carrión Cruz del Proletariado, como segundo comandante en Jefe y a Tomás Borge de la GPP, como comandante adjunto. Es decir, nombraron a uno por tendencia en las nacientes fuerzas armadas. Como para balancear las tres tendencias que se unificaron bajo el patrocinio de Fidel Castro, como refleja la nota publicada en el diario español El País el 27 de marzo 1979.
El promedio de edad de los ministros nombrados a la caída de Somoza era de 45 años; siendo el mayor el abogado Joaquín Cuadra Chamorro de 58 años, y el menor, Alfredo César Aguirre de 28. En la Junta de Gobierno, la mayor era Violeta Barrios de Chamorro con 50 años; Alfonso Robelo 40 años; Sergio Ramírez 37; Moisés Hassan 36 y el menor, Daniel Ortega de 34 años, siendo el promedio de edad de los integrantes de la junta, de 39 años. A la fecha de su huida, el derrocado presidente Anastasio Somoza Debayle tenía 54 años.
Además, la Junta de Gobierno declaró disueltos todos los poderes del Estado. Nombró una Corte Suprema de Justicia integrada por siete miembros: Roberto Argüello Hurtado, Presidente; Vilma Núñez de Escorcia (Vicepresidente); Aquiles Centeno Pérez, Hernaldo Zúñiga Montenegro, Santiago Rivas Haslam, Rodolfo Robelo Herrera y Rafael Córdoba Rivas. El promedio de edad de los primeros magistrados en la revolución era de 51 años.
Después de 16 años gobernando desde abajo, en 2007 Ortega regresó a la presidencia con el 38 por ciento de los votos; producto de su ventajoso pacto con Arnoldo Alemán. En esta nueva etapa, ninguno de los nueve comandantes de la revolución, fue llamado a integrar el gabinete. A Borge Martínez lo envió de embajador al Perú, siendo vice-secretario general del FSLN; y a Bayardo Arce lo nombró asesor económico.
De los que le sirvieron, en sus años como coordinador de la Junta de Gobierno entre 1979 y 1984 y durante su primera presidencia entre 1984 y 1990, ninguno fue considerado por Ortega como necesario para que le acompañara como ministro. A Miguel D’Escoto Brockmann también lo nombró asesor presidencial.
En el ministerio de Defensa, Ortega había considerado a Marisol Castillo, pero no la nombró, según la revista Envío, por "la irritación que causó en los altos mandos del Ejército".
"El principal tropiezo ocurrió con el Ministerio de Defensa. Inicialmente, Ortega decidió ubicar en él a la teniente coronel retirada Marisol Castillo, una designación harto significativa. Castillo -actual magistrada suplente del Consejo Supremo Electoral- es la esposa del coronel (Lenin) Cerna", detalla la nota Quién es quién en el nuevo gabinete publicada en enero del 2007 por la revista Envío.
La nota además explica que "el eventual nombramiento de Castillo causó irritación en los altos mandos del Ejército, empezando por su jefe, el general Omar Halleslevens. Sus cualidades profesionales ─además de militar de carrera, Castillo tiene un máster en sociología y un diplomado en administración de empresas y economía─ no parecieron suficientes.
Entre la plana mayor de los militares hay un recuerdo amargo de (Lenin) Cerna, no sólo por su gestión autoritaria, sino porque aún muchos meses después de abandonar el Ejército ─lo retiraron en febrero de 2000─, continuaba influyendo en las filas de la institución, especialmente en la Dirección de Información para la Defensa (DID)".
Según la publicación, el virtual veto del Ejército a Castillo no hizo gracia a la pareja presidencial, que percibió en la reacción de los militares un cuestionamiento a su naciente autoridad nacional. Durante semanas, Ortega se habría alejado de la cúpula castrense y hasta hizo dos o tres declaraciones públicas que reflejaban su malestar.
Los del 2012. En el segundo período de Ortega que inició en 2012 y concluyó en 2017, pocos miembros del gabinete del 2007 se mantuvieron en sus cargos: Samuel Santos López en Cancillería; Ana Isabel Morales en Gobernación; Ariel Bucardo en el ministerio Agropecuario Forestal; Fernando Martínez en Transporte e Infraestructura; Alberto Guevara en Hacienda y Crédito Público; Juana Argeñal en Marena; Jeannette Chávez en el Mitrab; y Emilio Rappacciolli en el ministerio de Energía y Minas). Sin embargo, todos ellos fueron reemplazados poco tiempo después.
Para el período 2017-2022, Ortega creó 3 ministerios adicionales: el de la Juventud, el de la Mujer y el de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa. En este periodo algunos repitieron, entre ellos: Iván Acosta y Orlando Solórzano; mientras que otros fueron cambiados ya sea por sanciones aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea, entre ellos Sonia Castro. Y otros más, simplemente fueron retirados. Aunque Ortega se ha caracterizado por nombrar como asesores presidenciales a los que va retirando de los ministerios. Así lo ha hecho con Samuel Santos, Sonia Castro y otros.
A pesar de presidir un gobierno autoritario donde todo lo decide su esposa y vice presidenta, Rosario Murillo, Daniel Ortega ha sido generoso multiplicando los viceministerios en cada institución. Con ello solo ha aumentado enormemente la burocracia con importantes salarios y beneficios.
En el 2017, solo en el ministerio de Relaciones Exteriores, había nombrado ocho viceministros a: Arlette Marenco, Valdrack Jentscke, María Rubiales de Chamorro, Gilda Bolt, Saúl Arana, Luis Molina Cuadra, Wendy Baltodano y César Vega Masis.
Además, en gobernación tiene dos viceministros; en el MTI también hay dos; dos en Hacienda y Crédito Público; dos en Marena; tres en Economía Familiar. Y como secretarios de la presidencia, Ortega tiene al nicaragüense de origen norteamericano Paul Oquist y a Julio González.
En 2017 Daniel Ortega también nombró a 20 asesores presidenciales. Eso lo convirtió en el jefe de Estado con más miembros en su gabinete en todo el hemisferio occidental; y cuidado que del mundo. Pues muchos de ellos tienen rango, salarios y equipos de trabajo, de ministros de Estado.
Entre los asesores nombrados para su actual período, dos han fallecido (Miguel D’Escoto y Rodolfo Delgado). De ellos, uno es nacido en Libia (Mohamed Lasthar) y otro en Puerto Rico (Rubén Berríos), de quien se desconoce si obtuvo la ciudadanía nicaragüense. Otro llamado Marco Marcucci, que asesora a Ortega en asuntos relacionados con la economía europea, según el diario italiano Il Tirreno Livorno, es alcalde de un pequeño poblado italiano.
También hay un grupo de funcionarios que habían acompañado a Ortega desde el diez de enero 2007. Uno de ellos es el fallecido Orlando Castillo que dirigía Telcor; y el otro, Francisco López, quien también tesorero del FSLN, que fue relevado del cargo al ser afectado por sanciones aplicadas por Estados Unidos a raíz de los sucesos de abril 2018.
Otra característica del régimen de Ortega de los últimos años, es la costumbre de heredar los puestos a familiares del que fallece. Un ejemplo son las embajadas, donde ha nombrado a las esposas de los embajadores, sin importar que no tengan experiencia diplomática.
En Perú nombro embajadora a la viuda de Tomás Borge (a pesar de ser nacida en ese país); igual hizo en México cuando falleció el embajador Horacio Brenes, nombrando a la viuda; y más recientemente, al nombrar sub-procurador de Derechos Humanos al hijo del difunto Adolfo Jarquín Ortel, quien ocupó ese cargo.
En sus cuatro períodos presidenciales Daniel Ortega ha tenido a cuatro vicepresidentes: Sergio Ramírez (1984-1990); Jaime Morales (2007-2012); Omar Halleslevens (2012-2017), y su esposa Rosario Murillo, desde el 2017.
Solo uno de ellos lo acompañó en la búsqueda de la reelección: Ramirez Mercado en 1990. Y los que le acompañaron en sus derrotas electorales fueron: Juan Manuel Caldera en la contienda de 1996; él ahora aparece como asesor presidencial para asuntos de ganadería; y Agustín Jarquín en la elección de 2001.
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