La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insiste en que solo estableciendo medidas de aislamiento social ahora, podrá evitarse que en las próximas semanas los sistemas de salud de los países de Latinoamérica colapsen ante la pandemia, como ha ocurrido en Europa y Asia.
“Los países igualmente tienen que decidir cuáles son las distancias sociales y medidas que deben implementar, para quién y durante cuánto tiempo. Puede ser cancelación de reuniones masivas, cierre de negocios y de escuelas, trabajar desde la casa, medidas de aislamiento obligatorias o voluntarias”, dijo la directora de la OPS, Carissa F. Etienne durante una conferencia de prensa virtual realizada el 31 de marzo.
La funcionara admitió que las medias de aislamiento social, pueden parecer drásticas; pero aseguró que son la única opción para impedir que en muy poco tiempo, los hospitales estén sobrecargados de enfermos. Por lo que urgió a los países a implementarlas a la brevedad.
“Sin evidencia robusta sobre tratamientos eficaces y sin vacuna accesibles a la mano, el aislamiento social y otras medidas preventivas agresivas, siguen siendo nuestra mejor opción para poder evitar las consecuencias más serias de la pandemia en la región. Este momento exige liderazgo con compasión y osadía”.
Carissa F. Etienne, directora de la OPS
De acuerdo a los informes del Sistema de Integración Centroamericana (Sica), al 31 de marzo Nicaragua es el único país de la región que aún no declara Estado de Emergencia. Tampoco ha suspendido las clases, no ha cerrado las fronteras al ingreso de extranjeros, ni ha impulsado el trabajo remoto.
Ante la falta de medidas de aislamiento social promovidas por el régimen, gran parte de la población ha optado por autoaislarse. Y como la mayoría de colegios privados han suspendido las clases, muchas familias han optado por no enviar a sus hijos a las escuelas públicas.
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Sin embargo, la población reciente la falta de diligencia del régimen ante la crisis. Y ante la ausencia de acciones oficiales, y demandan que el sector privado promueva medidas que le permitan a miles de trabajadores, permanecer en sus casas para evitar el contagio.
Pero los dirigentes gremiales admiten que no tienen capacidad para tomar ese tipo de decisiones, ya que el alcance de la gremialidad en el país es limitado.
Por ejemplo, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), es la organización empresarial más grande del país. Aglutina a 26 cámaras y asociaciones empresariales, pero su función es solo de coordinación de acciones transversales.
Son las cámaras y asociaciones las que tienen incidencia directa sobre las empresas que están asociadas a ellas. “Pero nuestro rol como gremio es educar, ofrecer mejores prácticas a nuestros sectores y ellos a su vez a sus colaboradores”, dice Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicio de Nicaragua (CCSN).
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Aunque no hay datos exactos sobre cuántas empresas existen actualmente en el país, un censo del Banco Central, realizado en 2013, reportó que había 121,919 empresas formales. De estas, 808 eran grandes, 14,992 medianas y 106,619 micro.
Eso significa que aún dentro de las empresas formales, la gremialidad es limitada. En el caso del sector comercio, que es uno de los más grandes y que más empleo genera, solo unas mil empresas están asociadas a la CCSN.
Algo similar ocurre con la Cámara de Industria de Nicaragua (Cadin), que antes de la crisis de 2018 tenía como socias a 250 empresas grandes y unas 1,300 pymes. Actualmente, tiene a 180 grandes y cerca de mil pymes, detalla Sergio Maltez, presiente de Cadin y vicepresidente de Cosep.
Sin embargo, no se puede perder de vista que las empresas formales representan solo el 30 por ciento del total de las que existen en el país.
Por tanto, las orientaciones de las organizaciones gremiales no le llegan al 70 por ciento del tejido empresarial. Entonces, las medidas que surjan desde las organizaciones, en torno a las medidas de aislamientos social, son solo recomendaciones ya que solo el gobierno tiene capacidad coercitiva.
“El sector empresarial no puede suplir las decisiones de un gobierno. Para luchar contra esta pandemia que afecta a toda la ciudadanía sin ningún distingo, tiene que estar involucrada toda la sociedad… Pero el que debe y puede imponer una cuarentena, decidir cuántos días y decir que se tienen que cerrar todos los negocios que no sean esenciales, es el gobierno”.
Carmen Hilleprandt, presidenta de la CCSN
Además, según Maltez, el gobierno también es el único que está en capacidad de decirle a los miles de nicaragüenses que trabajan por cuenta propia y que viven del día a día, que no salgan a trabajar.
Porque solo él está en capacidad de generar nuevas políticas y reforzar las existentes, para garantizar los alimentos y servicios que ellos necesitan para vivir. También un alivio a las empresas. Porque debido a la caída en el consumo de sus productos y servicios, y la escasez de materia prima, enfrentan graves dificultades. Debe apoyárseles para que puedan seguir garantizando el empleo a sus colaboradores.
“Sin apoyos gubernamentales es muy difícil decirle a un alto porcentaje de la población, que vive del día a día que no salga de su casa para evitar el contagio”.
Sergio Maltez, presiente de Cadin y vicepresidente de Cosep.
Según los dirigentes empresariales, sin estos apoyos gubernamentales, gran parte de la población de los países más pobres, entre ellos Nicaragua, no podrá cumplir las medidas de aislamiento. Es por ello, que un grupo de organismos han puesto a disposición partidas millonarias para ayudar a paliar la crisis generada por la pandemia.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), ofreció a los países socios un fondo de 1,910 millones de dólares. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha puesto a disposición de los países de de América Latina y el Caribe 12 mil millones de dólares.
También el Banco Mundial anunció un fondo de 14 mil millones de dólares y priorizará la entrega a los países pobres. Finalmente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ofrecido 10 mil millones de dólares y también priorizará a los países más pobres que soliciten apoyo.
Pero mientras se realizan las gestiones para acceder a los millonarios recursos que ofrecen los organismos, la directora de la OPS, Carissa Etienne, insistió en que los países de la región aún tienen una ventanita de tiempo para poder actuar. “Hay pasos que todos los países pueden tomar para reducir la velocidad de propagación del virus y para reducir el impacto en los sistemas de salud y poder salvar vidas…Pero solamente si actuamos ahora. Lo que hagamos el día de hoy habrá de determinar la capacidad de nuestros sistemas de salud para salvar vidas el día de mañana”, señaló la directora de la OPS.
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