Mientras en mundo se encuentra prácticamente paralizado por una de las peores pandemias de los últimos cien años, las personas han adoptado una serie de términos que hasta hace poco eran de uso exclusivo del personal médico.
La Covid-19 acapara las agendas de los medios de comunicación y es también el principal tema de conversación. Algunos de los términos más usados registran millones de búsquedas en internet y en muchos casos no se utilizan correctamente.
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“El lenguaje siempre va cambiando y durante las epidemias, la población se apropia de algunas palabras técnicas y hasta les cambia a veces su uso. Originalmente, la palabra cuarentena venía de cuarenta días pero actualmente, casi nunca se relaciona con 40 días”,
Josefina Bonilla, médica y salubrista, miembro del Comité Científico Multidisciplinario.
A inicios de febrero la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un protocolo que define la mayoría de estos términos. Otros los ha ido aclarando en la medida en que se desarrolla la pandemia. Sin embargo, la falta de información y dominio de la terminología médica provoca que en algunos casos se usen equivocadamente. Aunque en otros, puede ser una decisión deliberada y con objetivos claros.
Por ejemplo, el 18 de marzo el Ministerio de Salud (Minsa) reportó el primer caso de Covid-19 en Nicaragua y lo clasificó como "importado". Durante las siguientes semanas siguió encasillando bajo esa misma categoría los nuevos casos. Incluso, los de personas contagiadas por contacto con casos importados.
Al 5 de mayo y con 16 casos confirmados, el Minsa mantiene que en el país aún no existe contagio local comunitario. Pese a que Cuba ha reportado tres casos importados, se que contagiaron mientras visitaban Nicaragua.
El protocolo de la OMS define como casos importados únicamente a los confirmados que “han viajado a un área afectada en los 14 días previos al inicio de la enfermedad”.
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Además, clasifica como caso índice o paciente cero, a la persona que da positivo con la fecha de inicio más temprana en un entorno concreto. Y caso secundario a la que ha estado en contacto con un caso y da positivo en la prueba 24 horas o más, después de la fecha de la última prueba positiva del caso primario.
Los casos sospechosos son las personas con infección respiratoria aguda severa (fiebre, resfriado y que necesita ser hospitalizado), sin otra causa que explique las manifestaciones clínica; que haya viajado a zonas afectadas en los 14 días anteriores al inicio de los síntomas. O bien el paciente con enfermedad respiratoria aguda, que en los últimos 14 días anteriores al inicio de los síntomas haya estado en contacto con un caso confirmado o probable; o haya visitado un centro donde se atendieran casos.
Caso confirmado es la persona con infección por el virus confirmada mediante pruebas de laboratorio. Independientemente de los signos y síntomas clínicos.
Además, los especialistas establecen que el periodo de incubación es el tiempo que transcurre desde la exposición al virus o infección hasta que aparece la enfermedad. Otros términos muy utilizados son los referidos a las medidas de contención y mitigación.
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La contención es la etapa en la que se evita la transmisión. Se busca el confinamiento de la enfermedad para evitar que la población se contagie. Pero cuando la contención es rebasada y la pandemia se propaga, se pasa a la mitigación de los efectos.
En la fase de contención, el objetivo es frenar el ritmo de propagación, para evitar que una gran cantidad de personas se enfermen al mismo tiempo y saturen los servicios hospitalarios. A esto se le llama aplanar la curva de contagio y su finalidad es garantizar la asistencia hospitalaria a todos los contagiados.
En estas etapas se promueven distintas acciones, cuyos nombres muchas veces se utilizan de forma incorrecta. Según Bonilla en Nicaragua se está usando el término cuarentena para nombrar al aislamiento preventivo al que se está sometiendo la población voluntariamente o por indicación médica, para disminuir la posibilidad de contagio.
La OMS aclara la diferencia entre algunos de los términos. Cuarentena significa restringir las actividades o separar a las personas que no están enfermas pero que pueden haber estado expuestas a la Covid-19. El objetivo es prevenir la propagación de la enfermedad en el momento en que las personas empiezan a presentar síntomas.
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Aislamiento significa separar a las personas que están enfermas con síntomas de Covid‑19 y pueden contagiar a otras. Distanciamiento físico, es estar físicamente separado. Se recomienda una distancia de dos metros para evitar el contagio. La OMS recomienda que el distanciamiento físico sea adoptado por todas las personas. "Incluso si se encuentran bien y no han tenido una exposición conocida a la Covid‑19".
Según los especialistas, existen dos tipos de pruebas de laboratorio para diagnosticar la Covid-19. Las pruebas de Reacción en Cadena de la Polimersa o PCR por su sigla en inglés detectan el ARN del virus, son muy eficaces pero complejas y se necesitan horas para obtener el resultado. Eso provocó que algunos países optaran también por el uso de pruebas o test rápidos cuyos resultados se obtienen en menos de media hora.
Un análisis de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) señala que otra equivocación que suele cometerse es, confundir la tasa de mortalidad con la de letalidad.
Según Funides la tasa de mortalidad se definirá una vez que concluya la pandemia, ya que está surge de la relación entre el total de contagiados y los fallecidos. Mientras que la tasa de letalidad refleja la relación entre los casos confirmados y los que mueren.
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Los especialistas aclaran que la tasa de letalidad real sería el cociente de dividir el número de muertes entre el número real de infectados. El problema es que la cantidad real de infectados se desconoce. Porque una gran parte de ellos no desarrollan síntomas o estos son leves, y no se les realiza la prueba. Esta escasa realización de pruebas eleva considerablemente la tasa de letalidad.
Hay otras palabras que según Bonilla han pasado a ser de uso diario y que cambian en cada país. Por ejemplo, por influencia extranjera se ha comenzado a llamar barbijo a las mascarillas. Otros las llaman tapabocas, término mal usado porque la mascarilla debe cubrir toda el área circundante de la nariz y la boca.
Otro término del que se habla mucho es la inmunidad de rebaño, colectiva o de grupo. Esta se da cuando un número significativo de una población está protegida de la infección y evita que los que aún no están protegidos se contagien. Generalmente esta protección se consigue mediante la aplicación de vacunas. Pero como aún no existe ninguna que proteja contra la Covid-19, la idea es que los infectados que se curen generen autoinmunidad.
Bonilla también aclara que no debe confundirse el término pandemia con brote epidémico, que se refiere a una crisis sanitaria de menor envergadura.
“La pandemia es de magnitud superior a una epidemia y abarca territorios mucho más grandes, por ejemplo, varios países o varios continentes. La pandemia es una emergencia de mayor impacto porque obliga a muchas sociedades a protegerse y a los gobiernos a liderar la prevención y cuido de los ciudadanos”, dice Bonilla.
Josefina Bonilla, médica y salubrista, miembro del Comité Científico Multidisciplinario
Por su parte la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) atribuye la confusión y el uso inadecuado de algunos términos a la política de secretismo del Minsa. “La falta de información es grave. En Nicaragua ni siquiera sabemos cuántas pruebas se están haciendo, cuando en el resto de países uno de los principales pilares de la estrategia de atención de la pandemia es la transparencia en la entrega de la información”, dice el análisis de Funides.
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