Como parte de su compromiso con la igualdad de género Cargill se ha fijado una meta. Se propuso que para el 2030 el 50 por ciento de las posiciones de liderazgo en la compañía sean asumidas por mujeres; y para el 2025 esperan contar con el 40 por ciento de mujeres en estos cargos.
Además, la compañía fomenta el empoderamiento de las mujeres, no solo dentro de la empresa, sino en todas las cadenas de suministro.
Asimismo, la compañía reconoce el rol fundamental que desempeñan las mujeres en la agricultura. Por lo que en alianza con organizaciones como CARE y Heifer International brinda y defiende el financiamiento inclusivo; también el acceso a los mercados, derecho a la tierra y la educación.
“En Cargill, estamos convencidos que cuando las mujeres tienen la oportunidad de obtener ingresos, la comunidad prospera; porque ellas están en el corazón de muchas comunidades agrícolas y son un vínculo vital entre las granjas y las familias”.
Blanca Villela, directora Regional de Comunicaciones C.A., Colombia y líder de la Red Global de Mujeres de Cargill.
Villela agregó que, en muchas partes del mundo, más de la mitad de los pequeños agricultores son mujeres. De ahí la importancia de brindarles apoyo para el acceso a recursos productivos. En Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, entre septiembre de 2019 y julio de 2020, el proyecto Nutriendo el Futuro —ejecutado en alianza con CARE Internacional— ha brindado apoyo a 2 mil productores; de ese grupo el 65 por ciento son mujeres.
También se ha brindado asistencia técnica y capacitación a 1,735 mujeres centroamericanas; de las cuales 681 son madres vulnerables con niños matriculados en escuelas que reciben el apoyo de Nutriendo el Futuro. Otras 4,134 mujeres recibieron capacitación en igualdad de género, derechos humanos, liderazgo y prevención de la violencia de género.
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María Helena Parrales y su hija María Judith Barrera viven en la comunidad El Barro, León; durante la pandemia se unieron al Proyecto Nutriendo el Futuro. A través de él han recibido capacitación, asistencia técnica y recursos para crear su huerto familiar, que hoy les provee alimentos para el consumo familiar.
Para el huerto familiar destinaron un espacio detrás de su casa; allí cultivan pipianes, ayotes, chiles, hierbabuena, papayas, ajo, maíz, sábila, aguacates, chiltomas, tomates y espinacas. También plantas aromáticas suministradas por los colaboradores de Cargill; que como parte de sus jornadas de voluntariado se han dispuesto a diversificar los huertos familiares y escolares con plantas que ellos mismos siembran en sus casas y luego entregan en maceteras de vistosos colores.
“Sembramos 10 matitas de pipián entre medio del maíz y hemos producido 500 pipianes. Ha sido muy buena experiencia y una gran ayuda para nuestra alimentación”, dice María Elena, que es la presdienta de la cooperativa mixta El Barro. Además, junto a su hija se encarga de la familia y el huerto
A través de Nutriendo el Futuro, Cargill ha brindado apoyo para el establecimiento de 131 huertos escolares y familiares en 28 comunidades y escuelas en donde Cargill tiene operaciones.
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