Pese a que algunas actividades económicas están dando muestras de recuperación, el retraso o suspensión de la publicación de los principales indicadores, que además contradice el discurso oficial de normalidad, podría profundizar la crisis generada por la inestabilidad política, ya que la falta de información incrementa la incertidumbre y ahuyenta la inversión, pues los actores económicos se ven obligados a tomar decisiones a partir de especulaciones.
“Se mantiene una política por parte del gobierno de no publicación de información y eso realmente es una situación bastante dañina en términos de expectativas. No estamos hablando solamente de la capacidad del sector privado y de nosotros mismos de hacer proyecciones y tener una idea de lo que está pasando en la economía, sino en si mismo del impacto en la economía”, advierte la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Según Funides, el sector público ha limitado la publicación de informes, datos, y estudios económicos y sociales de fuentes oficiales y la escasa información pública dificulta el seguimiento de la situación socioeconómica, así como el cambio de expectativas sobre el desempeño económico de Nicaragua.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) ha variado la frecuencia de divulgación de información, retrasando en diferentes momentos las estadísticas económicas e incumpliendo las fechas establecidas en su calendario de divulgación.
Al 2 de octubre la máxima entidad bancaria de Nicaragua registra retrasos en la publicación de al menos once de los principales indicadores económicos, impidiendo con ello, que se conozca el verdadero estado de la economía.
En los últimos años diversos economistas independientes cuestionaron el retraso en publicaciones del BCN, advirtiendo que, al incumplir en las fechas de publicación contempladas en su calendario, la entidad pone en duda la autenticidad de los datos. Sin embargo, la falta de información es cada vez más evidente y ha empeorado desde la rebelión de abril.
Los inversionistas ponen mucha atención a las estadísticas y al no contar con ellas toman sus decisiones a partir de especulaciones. Ese es uno de los factores, que según Funides podría estar influyendo en la reducción de la Inversión Extranjera Directa (IED), que durante el primer trimestre del 2019 registró una caída del 69.3 por ciento, que representa una reducción de 290 millones de dólares con respecto a lo captado en el mismo lapso de 2018.
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“Los inversionistas llegan y quieren saber cómo está Nicaragua y no encuentran datos, no encuentra informes… ellos necesitan saber cómo va la actividad pecuaria, cómo va el turismo … Ningún inversionista va a venir a la ciega”, insiste Funides.
Además de los inversionistas, otro usuario de la información que se está ocultando son las agencias calificadoras de riesgo, que requieren de dicha información para emitir su calificación y proyecciones. Desde el estallido social de abril de 2018 el BCN ha ampliado la lista de indicadores retrasados.
“Como punto fundamental vemos la Encuesta de Turismo que tiene un rezago (su publicación) de 291 días, esta es la que va liderando los retrasos en las publicaciones… y como novedad tenemos el hecho de que (el informe) de las remesas familiares va retrasado en 37 días, un poco más de un mes y eso nunca había pasado”, explica Funides.
Otros dos indicadores clave, para determinar el estado de la economía y el avance de la producción que están afectados por estos retrasos son el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) y el empleo formal a través de la afiliación al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
El centro de pensamiento dice estar “altamente preocupado” porque ante ausencia de información estadística, es como si gradualmente se estuvieran quedando ciegos y propicia especulaciones. “Y podemos llegar a un punto donde comencemos a especular y eso ya es más complicado… eso incrementa la incertidumbre”.
Según Funides, no hay ninguna lógica para suspender la publicación de las cifras ya que los datos están ahí. Este año, por ejemplo, la llegada de remesas ha registrado crecimiento y no existe razón para que esa tendencia cambie, sin embargo, la información no se está divulgando en las fechas establecidas.
Otra actividad que muestra incremento, es la colocación de Bonos (deuda) de la República en dólares ─la emisión en euros no ha tenido aceptación─, ya que le permite a las autoridades captar los recursos que requiere para cubrir su déficit presupuestario.
Sin embargo, la incertidumbre que provoca la ausencia de información puede frenar ese interés que ha sido impulsado por el incremento de las tasas de interés que promete pagar el gobierno. Para estimular su compra el Gobierno elevó de 9 por ciento a casi 12 por ciento las tasas de interés que paga por estos instrumentos.
Funides valora que esta política de retraso o suspensión en la publicación de las estadísticas es contraria al discurso oficial de normalidad y recuperación, que además es ficticio, porque recuperación todavía no hay, simplemente se está cayendo menos que el año pasado.
El centro de pensamiento confía en que la propuesta de Presupuesto General de la República que el gobierno debe presentar a más tardar el próximo 15 de octubre incluya parte de la información que hasta ahora se mantiene oculta.
Aunque se podría suponer que el retraso en la divulgación de las estadísticas puede atribuirse a que el gobierno quiere ocultar el mal desempeño de las actividades económicas, Funides considera que “ellos probablemente piensan que al no publicar la información hay menos especulación. Ellos están viendo las cosas al revés y dado el actuar del gobierno en el último año sabemos que hay muchas cosas que ven al revés”.
Se espera que la llegada al país de una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que viene a realizar la evaluación periódica del Articulo IV, obligue a las autoridades a publicar parte de la información retenida, ya que este organismo la necesita para analizar la situación económica del país.
Esto además de mostrar un panorama más claro del estado real de la economía, permitirá realizar proyecciones más acertadas. Según el gobierno, el Producto Interno Bruto (PIB) retomará la ruta del crecimiento en 2020. Sin embargo, Funides aún no se atreve a avalar esa proyección, aunque acepta que el desempeño será mejor que en 2018 y 2019.
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