La Covid-19 no solo trastocó el estilo de vida de los seres humanos. También provocó estragos en la economía mundial que además de no tener precedentes, serán permanentes. Por lo que forzaran el reacomodo de los sistemas de producción y comercio.
El informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus (Covid-19), de la Cepal explica que es probable que los esfuerzos de los principales actores del comercio mundial se vuelquen hacia los acuerdos regionales en detrimento de los multilaterales.
“Tal escenario llevaría a un comercio mundial más fragmentado y con mayor ocurrencia de conflictos, en un momento en que la capacidad de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de resolver las controversias entre sus miembros se encuentra reducida al mínimo”.
Informe sobre el impacto económico en América Latina y el Caribe de la enfermedad por coronavirus (Covid-19) de la Cepal
Aunque muchos consideran que este tipo de afectaciones a nivel macroeconómico y solo dañan a las empresas, la verdad es que los estragos de la pandemia impactarán directamente en la población más vulnerable.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calcula que este año aproximadamente 11.6 millones de personas engrosaran la legión de desempleados en la región. Y se sumarían a los 26.1 millones que registraron en 2019, para totalizar 37.7 millones.
A nivel local la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) proyecta que Nicaragua podría aportar hasta 123,400 desempleados a esa cifra regional. Y elevarían hasta 336,700 la cifra total de nicaragüenses sin empleo.
Cepal proyecta que la economía de la región registre un retroceso de 5.3 por ciento. Mientras que para Nicaragua el cálculo es que el Producto Interno Bruto (PIB) caiga 5.9 por ciento. Este tercer año de recesión en Nicaragua agudizará la crisis que arrastra el país desde el estallido sociopolítico de 2018. Y que ha provocado una contracción del PIB del 4 por ciento en 2018 y de 3.9 por ciento en 2019.
En 2019 la pobreza general afectaba al 28.2 por ciento de los nicaragüenses. Funides proyecta que este año puede incrementarse hasta en 8.7 puntos porcentuales. En términos reales esto implica que más de un tercio de la población, 2.3 millones de personas, solo contarían con 1.76 dólares (menos de 60 córdobas al cambio oficial) para satisfacer sus necesidades cada día.
La caída del PIB y el incremento del desempleo, tendrán efectos claros tanto en Nicaragua como en toda la región porque reducirán los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. Eso provocará que, al menos 30 millones de latinoamericanos y caribeños crucen la línea de la pobreza.
Para que el mundo pueda volver a la normalidad o se ajuste a los nuevos tiempos, Cepal recomienda promover políticas de apoyo a los hogares, empresas y países, mediante las siguientes acciones:
Según el organismo, la implementación de estas políticas amortiguaría en la región, los efectos que está provocando la pandemia a nivel global.
Las proyecciones indican que la economía de Estados Unidos, la mayor del mundo, podría caer 4 por ciento este año. Para la eurozona se espera una contracción cercana al 6 por ciento. Y para China un crecimiento del PIB menor al 2 por ciento.
El retroceso económico mundial, particularmente el de Estados Unidos, China y Europa impactan negativamente en América Latina y el Caribe a través del comercio. Y mediante dos vías: menores volúmenes de compra y precios más bajos de las materias primas.
En el caso de Nicaragua, Estados Unidos es su principal socio comercial y destino para más de la mitad de sus exportaciones totales (incluidas las de zona franca). En 2018, dato más reciente publicado por el Banco Central, las ventas totales generaron 5,387 millones de dólares. Un poco más de la mitad de ese monto lo aportó ese mercado.
La merma en la demanda de los productos que ofrecen los países de América Latina y el Caribe, podría provocar una caída del 15 por ciento en el valor de sus exportaciones. Esta sería provocada por una disminución del 8.8 por ciento en los precios y del 6 por ciento en el volumen de ventas.
A esta perdida de ingresos se sumaría una disminución de entre el 10 y el 15 por ciento en el flujo de las remesas que reciben los países de la región. Según la Cepal podrían pasar “entre 4 y 8 años para que regresen al monto alcanzado en 2019". Lo que consideran grave porque en varios países de la región la contribución de este flujo a la actividad económica es muy significativa.
En Nicaragua y algunos otros países, según la Cepal el peso de las remesas es superior al 10 por ciento del PIB. Y entre el 80 y 90 por ciento del total de ellas se usa para cubrir necesidades básicas de los hogares receptores. Principalmente alimentación, salud y vivienda. Por lo que su reducción tendrá fuertes efectos en el consumo y la incidencia de la pobreza.
No hay cifras oficiales del monto de remesas que llegaron a Nicaragua en 2019. Pero Funides calcula que fueron alrededor de 1,651 millones de dólares. Por lo que de acuerdo a los cálculos de Cepal, la reducción puede ser de hasta 240 millones de dólares.
En Nicaragua la pandemia le está dando el tiro de gracia a muchas empresas turísticas que entraron en crisis desde el 2018. Previo al inicio de la pandemia el sector había advertido que de no superarse la crisis sociopolítica, necesitarían hasta 10 años para volver a los niveles previos de 2017. Ese año el país recibió 1.7 millones de visitantes que gastaron en el país 800 millones de dólares.
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A estos factores se suma la profundización del debilitamiento de la cooperación internacional y del multilateralismo. Ya que la pandemia también ha forzado a los donantes a redirigir sus recursos. La suma de todos estos factores se traducirán en un irremediable incremento de la pobreza.
La Cepal no explica qué pasará con países como Nicaragua, donde hasta ahora no se toma ninguna medida para enfrentar la pandemia. Pese a que Funides, la Alianza Cívica y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), han pedido en reiteradas ocasiones que se implementen y han presentado propuestas. Sin embargo, hasta ahora no hay ninguna respuesta por tanto, la recuperación podrían ser más difícil. Ya que la decisión del régimen Ortega-Murillo de mantener una aparente normalidad, no ha impedido que los factores externos y la decisión de parte de la población de autoaislarse para evitar el contagio, impacten en la economía.
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