¿Cómo sortearon la crisis las pymes turísticas en 2019?»
Ilich Buitrago Aguilar
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Recortar personal, aminorar costos y reducir horarios, son algunas de las estrategias que han implementado las pymes turísticas para sobrevivir en medio de la crisis
En 2019 el sector turismo ha luchado por mantenerse a flote. Contrario al discurso de normalidad que pregona el régimen, los negocios siguen afectados, la razón principal es la caída de la llegada de turistas extranjeros.
Según las cifras oficiales del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), en 2018 los ingresos del sector se redujeron en 35 por ciento, cerrando con 544 millones de dólares. En tanto las visitas se contrajeron 30 por ciento.
Por otro lado, la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), reporta que los vuelos se redujeron 31 por ciento en el mismo periodo. Y todo lo anterior ha continuado con un panorama similar.
“Al reducirse drásticamente el turismo internacional y estarse sosteniendo con turismo nacional, la industria deja de percibir divisas, porque el turismo extranjero es el que trae las divisas al país”, explica Lucy Valenti, presidenta de Canatur.
El panorama del turismo en 2019
Para conocer la situación del sector en 2019, entre septiembre y octubre la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) realizó un estudio en sitios clave para el turismo.
La muestra incluye 350 entrevistas a pequeñas y medianas empresas (pymes) turísticas ubicadas en Matagalpa, León, Catarina (Laguna de Apoyo), Granada, Tola y San Juan del Sur, cuya oferta incluye distintos tipos de turismo: aventura, cultural, playa, negocios, entretenimiento y ecológico.
¿Pero qué hay de relevante en este estudio? Según los resultados, más del 60 por ciento de los negocios está funcionando con menos trabajadores en comparación con 2018, y el área donde más han prescindido de empleados es en atención al cliente.
"Nuestro consumidor fundamentalmente viene del extranjero, nosotros lo que vendemos son experiencias, ilusiones, y si esa experiencia no está sustentada sólidamente en una estabilidad y en una paz social es muy difícil para nosotros poder vender ese producto que se llama ‘destino turístico Nicaragua’”.
Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur).
Otro cambio en el panorama es que en 2017 el 37 por ciento de turistas que visitaban estos destinos eran nacionales y el 63 por ciento extranjeros, en 2019 el 70 por ciento de los visitantes son nacionales.
Al aumentar el número de turistas nacionales se perciben menos ingresos, pues el consumo es menor que el de los extranjeros, por lo mismo, los negocios reportan más de 50 por ciento menos en sus ventas con respecto a 2018, año en que también la reducción ya había sido mayor a 50 por ciento.
¿Qué medidas han afectado más al sector?
El valor de la factura del servicio de energía (78 por ciento), el pago de impuestos (44 por ciento) y el aumento del aporte al Instituto Nicaragüense del Seguro Social (42 por ciento), son las medidas que más han afectado a los negocios turísticos en 2019.
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Para contrarrestar estas afectaciones, los negocios han optado por reducir costos. “Reducir costos ha implicado también reducir personal, al reducir personal ha habido un aumento en el desempleo, entonces eso ha afectado la economía del país porque hay menos nivel de consumo también”, afirma la representante del sector.
De hecho, de los negocios que han prescindido de trabajadores desde 2018, el 32 por ciento ha contratado en 2019, pero no están reinsertando empleados despedidos, sino haciendo nuevas contrataciones y según Funides esto genera un problema de capital humano.
“Hay un problema relevante porque estamos perdiendo el capital humano que ya hemos venido entrenando a lo largo de los años, vamos a tener que volver a entrenar nuevo capital humano, pero más importante aún la calidad del trabajo se ha perdido”, resalta Funides.
Es decir que las personas despedidas contaban con entrenamiento para trabajar en este tipo de negocios y atender con estándares y calidad. Actualmente se está contratando personas que no tienen dicho entrenamiento y por ende no se está dando la misma calidad de servicio que estaban prestando previo a la crisis.
En cambio, muchas de las personas que fueron despedidas están sumándose a la informalidad, así como otros que no quisieron regresar recontratados con menos salario.
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