Crisis en producción cafetalera tiene efectos profundos y prolongados»
Lucydalia Baca Castellón
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Una serie de factores han generado una crisis en la producción cafetalera de la que se habla poco pero sus repercusiones son serias y a largo plazo
La producción cafetalera ha sido la estrella de la cesta exportadora nicaragüense por décadas; y es una de las actividades que sostiene la economía y que más empleo genera. Sin embargo, la actual crisis que enfrenta es una las peores porque se combinaron varios factores.
A las consecuencias de la crisis sociopolítica, que entre otras cosas agudizó la escasez de financiamiento se suman los efectos de la variabilidad climática y la caída del precio internacional del grano que junto al aumento de los costos de producción –provocado por el alza en los impuestos- mantienen al sector trabajando por debajo de sus costos.
Todo ello agudiza el deterioro de la economía en general que se encuentra en recesión desde finales del año pasado y pone en riesgo la generación de una buena parte de los trescientos mil empleos que según cálculos oficiales se crean en cada ciclo productivo.
Los ingresos generados por la exportación de unos tres millones de quintales del grano prevista para este ciclo también serán menores.
Además, la reducción en la aplicación de insumos para reducir los costos de producción (que han sido inflados artificialmente por la reforma fiscal) incidirá en la productividad, reduciendo los volúmenes de producción a partir de la cosecha 2020-2021.
La producción cafetalera opera con pérdidas
Desde antes del inicio oficial de la cosecha 2019-2020 (el pasado 1 de octubre) el precio internacional del grano se ha mantenido entre los 100 y 110 dólares por quintal, mientras los costos de producción se habrían elevado hasta los 140 dólares por quintal.
“En promedio los costos de producción andan por 140 dólares por quintal y el precio internacional por 110 dólares por quintal… estamos produciendo bajo pérdidas”, dice Aura Lila Sevilla Kuan, presidenta de la Alianza Nacional de Cafetaleros de Nicaragua (ANCN).
“Esto dificulta al cafetalero promedio obtener ganancias, principalmente si se toman en cuenta los efectos de la reforma tributaria sobre los costos de producción, porque con la reforma tributaria aprobada en febrero el precio de los insumos como fertilizantes y agroquímicos en general registró un incremento de entre 25 y 30 por ciento, a esto se suma un precio internacional que no permite obtener ganancias”, dice un análisis de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
Para "defenderse" aplican menos insumos
Según dirigentes del sector y productores individuales, para compensar estas pérdidas muchos productores optaron por reducir al mínimo la aplicación de insumos. Dependiendo de la eficiencia de cada productor, esos cambios en el manejo de las plantaciones redujo los costos a entre 85 y 125 dólares por quintal.
Esto según Funides implica que dependiendo del nivel de eficiencia de cada productor, que muchos productores podrían tomar la decisión de mantener la finca (y las plantaciones) pero sin trabajar a la máxima capacidad.
Ahora abunda la mano de obra
Mientras en los últimos años la escasez de mano de obra puso en riego la recolección de la cosecha, en el ciclo actual el panorama es totalmente opuesto.
Según la ANCN en la temporada de precorte que va de marzo a octubre, se contrató solamente el 20 por ciento de la fuerza laboral requerida ya que “la mayoría de las fincas estaban cerradas, semicerradas o con cierres técnicos y las que trabajaron lo hicieron con el personal mínimo”.
En la época de corte, que en algunas zonas inició en noviembre, la contratación dependerá de cada productor porque en lugar de guardar la cosecha para esperar mejores precios, se opta por cortar el café y venderlo para cubrir el costo de la mano de obra.
“El productor se está autofinanciando con la venta del café a precio actual mientras el precio del frijol y otros alimentos se disparan. Entonces sí vamos a generar empleo pero no los trescientos mil de otras épocas y aunque se está pagando entre 30 y 40 cordobas más alimentación por lata cortada, el exceso de mano de obra podría provocar una baja en la paga”
Aura Lila Sevilla Kuan, presidenta de ANCN
Según Funides, la escasa capacidad del sector café para generar los empleos esperados provocará consecuencias graves ya que este es fundamental en las zonas rurales, donde se podría podría acelerar el aumento de la pobreza.
Y algo de esto ya se está sintiendo, según Sevilla Kuan. “Estamos viendo una pasividad que nos está preocupando, suponemos que es efecto de la crisis sociopolítica que viene a profundizar estos factores adversos al sector”, dice.
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El financiamiento también está escaso
A estos factores adversos se suma que el financiamiento para el sector sigue siendo un privilegio de pocos y esto se ha agudizado como consecuencia de la crisis sociopolítica que enfrenta el país desde abril de 2018.
Según la ANCN muy pocos tienen acceso a crédito porque la banca ya tiene seleccionado a quien le otorga y las empresas exportadoras destinan el financiamiento a sus clientes. El resto, es decir la mayoría de los 44,519 productores de café que según cifras oficiales existen en el país debe autofinanciarse.
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Afectará productividad a futuro
Esta situación también impactará en las exportaciones futuras, porque si se está dando un tratamiento mínimo a las plantaciones, la productividad se afectará y mermará los volúmenes de producción de las próximas cosechas y por ende de los envíos del grano al exterior, a partir del ciclo 2020-2021.
De acuerdo a los reportes del Centro de Tramites de las Exportaciones (Cetrex), en la cosecha 2017-2018 (que inició el 1 de octubre de 2017 y concluyó el 30 de septiembre de 2018) por primera vez Nicaragua exportó más de tres millones de quintales.
Aunque todavía no se publican los reportes finales, se estima que en el ciclo 2018-2019 que concluyó el 30 de septiembre, las ventas fueron similares. Hasta junio se habían enviado al exterior 2.48 millones de quintales del grano.
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Cambio climático también afecta
Otra afectación que enfrenta la actual cosecha, es la maduración más lenta, como consecuencia de una floración tardía provocada por la prolongación de la canícula y la escasez de lluvia en las épocas previstas.
“El año pasado para estas fechas llevábamos un 40 por ciento de avance de cosecha y este año estamos súper atrasados producto del cambio climático pero también de la escasez de nutrientes que está haciendo su efecto en la maduración del café”, explica Sevilla Kuan.
Esta crisis, según Funides podría mantenerse durante el próximo ciclo, ya que el Banco Mundial proyecta que en 2020 el precio internacional del grano solo aumente 1.8 por ciento.
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