Mientras en su avance arrasador por el mundo, la pandemia de Covid-19 está dejando una estela incalculable de luto, dolor y miseria, un selecto grupos de latinaomericanos y caribeños no solo ha escapado de los estragos de la pandemia. También se ha beneficiado de ella, pues sus fortunas han crecido considerablemente, mientras miles de empresarios se declaran en quiebra.
De acuerdo al estudio: Quién paga la cuenta: gravar la riqueza para enfrentar la crisis de la Covid-19 en América Latina y el Caribe, publicado por Oxfam Internacional, desde el inicio de la pandemia la fortuna de los 73 milmillonarios (patrimonio neto superior a los mil millones de dólares) de América Latina se incrementó en 48,200 millones de dólares.
“Mientras que todos los demás están viviendo con órdenes de confinamiento, tratando de sobrevivir y con el temor de enfermarse, los milmillonarios latinoamericanos ven como su patrimonio y privilegios van generando más de 413 millones de dólares diarios desde el principio de la pandemia".
Chema Vera, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional
A inicios de marzo, cuando se declaró a la Covid-19 como pandemia, se desplomó el mercado bursátil. Las Bolsas de Valores de la región no escaparon a estas pérdidas. Sin embargo, aunque esto afectó el portafolio de inversiones de este selecto grupo de milmillonarios, sus fortunas les permitieron recolocar sus inversiones hacia sectores más seguros y rentables. Esto a su vez les permitió aprovechar las oportunidades que estaba creando el mercado, ante las condiciones provocadas por la crisis sanitaria.
Es que no todos los sectores están afectados por la pandemia. Algunos como el turismo y las pequeñas y medianas empresas (pyme) vieron reducir a cero sus actividades. Pero otros como el farmacéutico, las grandes cadenas de distribución y logística, las telecomunicaciones y la economía digitalizada entraron a una etapa de altos rendimientos.
Los sectores más beneficiados por la pandemia, según Oxfan son:
Además, el estudio de Oxfam Internacional detalla que:
Los cálculos usados en el estudio surgen a partir de la Lista de Billonarios de la revista Forbes y de la actualización diaria de capitales que realiza en su Ranking de Billonarios.
Las ganancias de este pequeño grupo de latinocaribeños equivale a un tercio del total que los países de la región han invertido en paquetes de estímulo. Y representan nueve veces el monto de los préstamos de urgencia que ha entregado el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la región.
La bonanza de este pequeño grupo de Latinoamericanos y Caribeños, en el que no alcanzó ningún centroamericano, contrasta con la realidad de la región. Ya que según el FMI, el Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el retroceso económico que provocará la pandemia en la región, será más severo que en el resto del mundo.
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Se calcula que el Producto Interno Bruto (PIB) registrará una caída de 9.4 por ciento. Hasta 52 millones de personas podrían caer en la pobreza, 40 millones perder sus empleos y 2.7 millones de empresas cerrar. Todo ello provocará un retroceso de 15 años para la región, advierte el estudio.
Todo esto se suma a que América Latina y el Caribe, ya era la región más desigual del mundo. Esa desigualdad y la corrupción profundamente arraigadas, frustraron los esfuerzos de los Gobiernos para combatir al coronavirus y salvar vidas.
América es la región más afectada del mundo. El continente acumula más de la mitad de los 700 mil muertos y de los casi 19 millones de contagiados, que al 6 de agosto contabiliza la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y el virus ahondará todavía más la enorme brecha entre los más ricos y el resto de la población.
El estudio advierte que la crisis no puede convertirse en la oportunidad para que un grupo de empresas obtenga utilidades extraordinarias. Por lo que aseguran que esta situación absolutamente inusual justifica la creación de un impuesto a los resultados extraordinarios de grandes corporaciones mientras dure la pandemia.
“Este impuesto consistiría en un recargo extraordinario y de aplicación temporal al tipo nominal del impuesto sobre la renta empresarial, aplicado sobre aquella parte de los beneficios de la corporación considerados extraordinarios como resultado de la crisis”, explica el estudio.
Además, aconseja que este se aplique a todas las empresas con resultados superiores al promedio de los cuatro ejercicios anteriores, descontando un porcentaje de la inversión en investigación y desarrollo.
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Oxfam considera que al aplicarlo a los resultados extraordinarios, no afectará a empresas que enfrentar dificultades para mantener sus actividades. Tampoco penalizará la actividad empresarial ni el crecimiento, ni generará distorsión a la propiedad de capital.
Además, el cobro del impuesto debe estar limitado al periodo de recuperación económica y podrá incluso tener un carácter progresivo en función de los niveles de rentabilidad.
“El impuesto debería ser aplicado de forma urgente para evitar movimientos contables que alteren las ratios de rentabilidad, con fines elusivos. Ya existen precedentes similares que se pusieron en práctica en países como Reino Unido, Estados Unidos y Canadá en periodos de guerra. Ello contribuyó enormemente a generar recursos necesarios para la reconstrucción del país”.
Estudio Oxfam Internacional
Según el estudio: Quién paga la cuenta: gravar la riqueza para enfrentar la crisis de la Covid-19 en América Latina y el Caribe, de Oxfam Internacional, en las últimas décadas en la región se ha desmantelado el esquemas de impuestos a las grandes fortunas. Actualmente solo Argentina, Colombia y Uruguay cobran impuesto al patrimonio. Con el diseño actual, en el mejor de los casos, se recaudaría en máximo total de 281 millones de dólares entre los milmillonarios de la región. Pero si se aplicara un impuesto extraordinario a las grandes fortunas, de entre el 2 por ciento y el 3.5 por ciento en cada país, sobre los patrimonios por encima de 1 millón de dólares, se podría recaudar hasta 14,260 millones de dólares.
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Se supone que estas empresas ya pagan impuestos de acuerdo a las legislaciones de los países donde operan? Que tiene que ver una Org No Gubernamental con un cambio de legislación especificó? Entiendo como este cambio de las reglas de juego se puede interpretar mal.
Me parece que más bien deberían abogar por una aplicación pareja de la legislación, o abogar para que sea un código tributario más sencillo, que no se preste a loopholes, y favoritismo, que todos paguen lo que deberían pagar. En otras palabras en temas transversales que benefician a todos los países de manera pareja, y no a intereses particulares o utilizando argumentos que se presten a dirigir el descontento de muchos hacia unos pocos.