La recurrente inestabilidad política en Nicaragua, producto de la ausencia de instituciones y respeto al Estado de Derecho, mantiene a gran parte de la población en la miseria. Foto: Oswaldo Rivas
Sin indicios de que pronto se encuentre una solución a la crisis sociopolítica que enfrenta desde abril del 2018, Nicaragua se encamina a cerrar el 2019 con una contracción económica de 5.4 por ciento y de al menos 1.1 por ciento en 2020.
Según estas estimaciones de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), en 2020 la economía cerraría en negativo por tercer año consecutivo, obligando a un tercio de la población a malvivir con menos de 60 córdobas al día, o sea 1.76 dólares según el cambio actual.
De acuerdo a estas proyecciones se agudizará la recesión y se deteriorará el nivel de vida de los nicaragüenses que percibirán los efectos a través del incremento del desempleo y la pobreza.
Pero sobre esos número no hay certeza y podrían ser peores. Según Funides, “el Estado de Nicaragua ha limitado la publicación de informes, datos y estudios económicos y sociales.
Además, la escasa información oficial disponible tiene rezagos, lo que dificulta el seguimiento de la situación socioeconómica, incidiendo negativamente en las expectativas de los consumidores e inversionistas”.
Ante esta carencia de información, el centro de pensamiento basó sus proyecciones en información recopilada a través de encuestas y entrevistas con actores del sector privado.
Adicionalmente, el país enfrenta una serie de “potenciales riesgos” que de concretarse agudizarían aún más la recesión económica y sus efectos. Pero no todo es negativo, pues una salida a la crisis facilitaría la recuperación económica.
La proyección de Funides es menos alentadora que la oficial, que calcula para este año una caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 3.5 por ciento y que en 2020 crezca 0.5 por ciento. Sin embargo, Funides está más acorde a la del Fondo Monetario Internacional (FMI), que proyecta una contracción del 5 por ciento para este año y del 0.8 por ciento para 2020.
Según Funides, como consecuencia de la crisis sociopolítica, en tres años de recesión económica los niveles de PIB per cápita e incidencia de la pobreza que son los indicadores sociales más importantes, al finalizar el 2020 reflejarán un retroceso de más de un quinquenio.
“En 2017 no habíamos superado el PIB per cápita de 1978, entonces ahora con la crisis de 2018, 2019 y 2020 el PIB se ha reducido aproximadamente en 300 dólares y con la reducción este PIB per cápita es menor al que teníamos hace un quinquenio... la proyección es que el PIB per cápita se ubique en 1,829 dólares en 2020".
Análisis de Funides
La tasa de desempleo abierto se estima que aumentará de 7.0 por ciento en 2019 que equivales a 227 mil personas sin empleo, y en 2020 se espera que suba a 7.3 por ciento, lo que implicaría que diez mil personas se sumen al ejército de desempleados que alcanzaría los 237 mil desempleados al finalizar el próximo año.
Finalmente, la tasa de pobreza general de Nicaragua cerraría 2019 en 29.4 por ciento, esto es 5.6 puntos porcentuales por encima del año pasado, afectando a 1.9 millones de personas, pero en 2020 se ubicaría en 31.9 por ciento.
Según Funides la agudización de la crisis sería el resultado de la ausencia de medidas para la recuperación económica, ya que las aplicadas se han limitado a mantener la estabilidad macroeconómica en el corto plazo.
Ya el gobierno estaba advertido desde abril: Más pobreza, el único pronóstico seguro
“Desde nuestra visión no vemos que se hayan implementado medidas para estimular la capacidad de consumo e inversión de los hogares y la generación de empleos. Prácticamente son medidas que buscan mantener la estabilidad fiscal… y facilitar liquidez al Sistema Financiero y a proteger las Reservas Internacionales”, dice el análisis de Funides.
Además, no se vislumbra una recuperación de la inversión extranjera, el turismo o la cooperación internacional a los niveles observados antes de la crisis.
Otro problema que se señala es que después de una crisis de la magnitud de la que está enfrentando Nicaragua, es muchos más difícil la recuperación, ya que el crecimiento es más lento y reducir los 10 puntos porcentuales en que se ha incrementado la pobreza general le tomará al país más de un quinquenio.
“Será un trabajo arduo después de la crisis volver a los niveles de bienestar en que se encontraba el país antes de abril de 2018”, advierte Funides.
A este panorama nada alentador se suma una serie de “potenciales riesgos” tanto internos como externos, que de concretarse durante 2020, agudizarían aún más los efectos de la crisis.
Entre estos posibles riesgos internos se contempla:
Entre los riesgos externos se incluye:
Pese a que insiste en que estos son riesgos, que no necesariamente tienen que materializarse, Funides admite que “son nubarrones” que están ahí y podrían afectar aún más la economía.
El deterioro económico no podrá revertirse con medidas económicas, ya que el origen radica en una crisis política y de derechos humanos. “La confianza de los consumidores, empresarios e inversionistas, así como la seguridad ciudadana y la cohesión social, sólo podrá restablecerse con acuerdos políticos que aseguren el restablecimiento de las libertades y el impulso de reformas para el fortalecimiento de la democracia”, concluye el análisis de Funides.
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