¿Por qué el combustible es tan caro en Nicaragua?»
Ilich Buitrago Aguilar
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Especialista en hidrocarburos explica los diferentes factores que influyen para que en Nicaragua se paguen los precios más altos de Centroamérica, antes de impuestos
Entre los países del istmo centroamericano, Costa Rica, Panamá y Honduras tienen regulación estatal de los precios de los combustibles. En el caso de Guatemala, El Salvador y Nicaragua opera el libre mercado de precios. Y los dos últimos tienen una logística de importación y una fórmula de cálculo de precios similar.
No obstante, a pesar de las similitudes, el precio de los combustibles en Nicaragua es mayor a los de El Salvador. Abajo los precios de los combustibles hasta el 11 de mayo de 2019 actualizados por el Comité de Cooperación de Hidrocarburo de América Central (CCHAC):
De hecho El Salvador también registró alzas consecutivas en los precios del combustible durante varias semanas, sin embargo nunca llegaron a alcanzar a los precios en Nicaragua.
Según el especialista en hidrocarburos César Arévalo, ex gerente de ESSO, hay diferencias fuera del control de las petroleras entre ambos países: El Salvador tiene el dólar como moneda, lo cual hace que no exista la comisión bancaria por compra de divisas (que se toma en cuenta en la fórmula de precios en Nicaragua) y hay menos gasto en transporte terrestre dado a una mayor proximidad al lugar de desembarque. Sin embargo, hay más.
¿Cómo funcionan los precios de los combustibles en Nicaragua?
En reiteradas ocasiones, las empresas distribuidoras han señalado que el modelo para establecer los precios de los combustibles en Nicaragua se basa en un ajuste semanal que usa como referencia el comportamiento de los precios internacionales.
No obstante, el consumidor puede observar dos situaciones. La primera es que cuando hay alza en los precios internacionales en efecto los precios de venta de las distribuidoras en Nicaragua incrementan en la misma proporción, pero cuando bajan los precios internacionales de los combustibles los precios de venta al consumidor bajan en menor proporción. ¿Por qué pasa esto si se supone se utiliza de referencia esos precios como referencia?
Recordemos que en Nicaragua y El Salvador los precios de los combustibles existe un modelo de libre mercado. Sin embargo, veamos ahora los precios de los combustibles antes de impuestos:
"Libre mercado" pero entre dos
Además, hay un factor propio que influye bastante, para Arévalo "existe una falta de competencia real en el mercado", puesto que solo dos empresas tienen el control de las importaciones de combustible: Puma Energy y DNP, esta última controlada por cercanos a la familia Ortega Murillo.
4to Mono le consultó a la Dirección de Hidrocarburos y Minas del Ministerio de Economía de El Salvador, y la diferencia es que allá cada distribuidor puede importar su producto.
El oligopolio de Puma Energy y DNP
Arévalo califica el modelo de mercado de las empresas de combustible en Nicaragua como un oligopolio, o sea, una situación del mercado en la que el número de vendedores es muy reducido, de manera que controlan y acaparan las ventas de determinados productos.
Para argumentar, el especialista señala que en 2018 DNP controlaba el 40.5 por ciento del mercado, mientras que Puma Energy el 27.2 por ciento, en conjunto ambas tendrían el 67.7 de participación. Lo anterior, según el especialista, confirma las ventajas competitivas de los dos importadores de combustibles.
“Los únicos con facilidades de importación de gasolinas y diésel, además disponen de redes de estaciones de servicio y distribución directa a nivel nacional y les venden a las otras distribuidoras UNO y Uno Petróleos… Estas empresas (Puma Energy y DNP) tienen el suficiente poder de mercado para fijar o acordar los precios por la falta de regulación”, agrega Arévalo.
Albanisa se quedaba con "tajada" de importaciones
El especialista menciona que desde que Albanisa entró en el negocio del petróleo con el acuerdo de suministro firmado en 2008, quedó como el único autorizado para importar crudo y derivados, la intermediación por esta empresa también sumó un costo para el combustible.
Según cálculos propios, esta intermediación de la importación proveniente de Venezuela tendría un costo aproximadamente 1.5 dólares por barril, mismo que posiblemente era trasladado a los consumidores. Las importaciones de petróleo y derivados desde Venezuela alcanzaron 10 millones de barriles al año entre 2009 y 2011.
En El Salvador, Albapetróleos también tiene participación, sin embargo es independiente y el porcentaje que maneja en las ventas totales de combustible es apenas 6.35 por ciento, según el Ministerio de Economía de dicho país.
Sin embargo, ese "modelo de negocio" de Albanisa ya se acabó, pues las importaciones de gasolinas y diésel de Venezuela para venta comercial del 2008 al 2011 se mantuvieron en 90 por ciento, bajó al 14 por ciento en el 2017, al 4 por ciento en 2018 y el 0 por ciento a febrero 2019, señala Arévalo.
¿Entonces por qué no baja proporcionalmente los precios de los combustibles?
El que ya no exista la intermediación en las exportaciones desde Venezuela tendría que impactar con un precio menor del combustible, sin embargo, en la realidad no es así.
Arévalo, quien lleva un monitoreo estadístico, considera que las distribuidoras de combustible podrían estar trasladando a los consumidores a través del precio de los combustibles la baja en volumen en las ventas que han sufrido como impacto de la crisis que atraviesa Nicaragua.
El volumen en ventas al consumidor en 2017 fue de 7.5 millones de barriles, en 2018 se cerró con 7 millones y el especialista estima que para 2019 podría cerrar con 6.7.
Recomienda bajar precios para estimular consumo
El especialista opina que en 2019 con la economía del país en franco deterioro las petroleras deberían bajar los precios aproximadamente 0.16 dólares por galón y aun así tendrán buen margen que les permite resistir baja en el volumen de ventas.
“La reforma fiscal y del INSS tendrían impacto, pero estos costos no deberían de ser trasladados a los precios de venta de los consumidores afectando el poder adquisitivo, ya que la demanda de combustible está en función de los niveles de precios de ventas, porque a menores precios de venta mayor es la demanda”, arguye Arévalo.
Arévalo explica que las petroleras redujeron gastos de operación, transporte, distribución y ventas porque el volumen de venta subió de 2011 al 2018 un 32 por ciento. Las importaciones de gasolinas y diésel para venta comercial de Venezuela hoy en día es nula.
Además, Puma Energy y DNP aumentaron las importaciones de gasolinas y diésel desde el Golfo de Estados Unidos donde la obtienen a menor costo y hay un ahorro al no existir el margen de comercialización de Albanisa.
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