INSS, prioridad luego de un hipotético acuerdo político»
Ilich Buitrago Aguilar
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaba que el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) presentaría graves problemas de insolvencia en 2019. La crisis política actual solo acelera el panorama desalentador del sistema de pensiones.
Producto de la crisis política en Nicaragua, a septiembre de 2018, unas 166,640 personas habían salido de las filas de los asegurados activos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), según datos oficiales del Banco Central. Entonces, la prioridad a nivel económico si existiera un acuerdo político antes de finalizar 2019 sería centrarse en el sistema de seguridad social.
El economista Néstor Avendaño, presidente de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), afirma que “urge, una de las primeras cosas que hay que hacer si tenemos la ventura de obtener una negociación constructiva y proactiva para la economía, es entrar rápidamente al INSS”.
De hecho, fue el rechazo a reformas unilaterales al sistema de seguridad social las propiciaron el descontento popular de abril de 2018, luego que el gobierno aumentase el porcentaje de aporte a la patronal y al empleado; y aplicase una deducción del 5% a los pensionados.
¿Pero, cuál es la opción si el primer intento de reformas resultó desastroso? Avendaño señala que, a lo inmediato, se necesita un escenario en que se logren acuerdos políticos que garanticen el restablecimiento socioeconómico de Nicaragua, para iniciar con la tarea de rescatar los puestos de trabajos formales que han sido destruidos por la crisis.
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En cuanto a reformas necesarias, el economista resalta que lo más saludable es tomar la decisión política de pasar gastos como la pensión reducida de vejez y la pensión a madres de mártires, entre otros gastos similares, al Presupuesto General de la República. Esto traería alivio a las finanzas del INSS que dependen y son de los cotizantes.
“Así como el Gobierno se preocupa por la niñez, que se preocupe así por la vejez, y así no estemos afectando la seguridad social para la gente activa que está aportando”.
Néstor Avendaño, economista.
Las soluciones que se deben de buscar si se intenta salvar al INSS deben proteger y aumentar los recursos de la seguridad social, pues según proyecciones de la propuesta de Presupuesto General de la República 2019, el INSS alcanzaría este año un déficit de 8,771.8 millones de córdobas, lo que confirma el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ya había augurado un año de insolvencia para la seguridad social en Nicaragua incluso antes de la crisis sociopolítica causada por la represión contra las manifestaciones antigubernamentales.
No es simplemente formalizar
Formalizar la economía informal, lo cual significa ampliar la base de asegurados, como se ha pensado antes, no sería una buena opción, ya que Avendaño señala que la población en la informalidad es la que tiene los salarios más bajos, y esta masa de nuevos cotizantes solo generaría mayor déficit pues lo que aporten en cotizaciones sería mucho menor que los gastos que generarían en salud al Seguro Social.
Por este motivo Avendaño dice que “hay que preocuparnos por elevar la calidad técnica de los trabajadores para que estos tengan mejores salarios y el INSS reciba más ingresos”, por lo cual agrega que toda reforma que se quiera aplicar al seguro social debería contemplar trabajar en otros aspectos de políticas públicas como la tecnificación en la educación y la transferencia de tecnologías a las micros, pequeñas y medianas empresas.
Otras tareas que están pendientes para cuando el país recobre su normalidad sería para el economista normar mejor las inversiones en las que se utilizan fondos del INSS y sancionar legalmente a las personas que han abusado de los recursos de la seguridad social.
Sobreviviendo de reservas en BCN
¿Cómo ha sobrevivido el INSS hasta ahora? Avendaño afirma que es gracias al uso de las reservas del mismo Gobierno en el Banco Central. “El Gobierno ha recurrido a financiar el déficit del INSS con recursos del Banco Central y lo sigue haciendo, ojalá que no toque los depósitos en dólares que ahí provocaría más problemas financieros que resolver transitoriamente la necesidad del INSS”, señala.
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Los depósitos en moneda local, según explica Avendaño, son producto del esfuerzo gubernamental de cuando se inició a trabajar con el FMI, “esfuerzo gubernamental de apoyar la posición de las reservas cuando recibíamos grandes flujos de cooperación, no gastábamos todo y se depositaba el resto en las cuentas del Banco Central”, apunta.
“Al Gobierno le queda muy poco por hacer. Su alternativa de emitir deuda pública no funciona, no compran en córdobas, mucho menos en monedas extranjeras, en un momento en que la tasa de interés en el mercado internacional está acelerando su subida”, señala el economista.
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