Hablemos del Idioma

No es lo mismo apóstrofo que apóstrofe

Es frecuente ver en los medios audiovisuales y en las redes sociales que muchas personas se confunden al escribir o pronunciar estos términos, cuya semejanza en su escritura solo la determina una vocal.

EL APÓSTROFO

Es un signo ortográfico que tiene forma de coma alta (‘) y aunque apenas se utiliza en el español actual, aún lo podemos ver en textos escritos en nuestro idioma, con diferentes usos.

Este signo ortográfico se incluye dentro de los llamados auxiliares (grupo en que se encuentran el guion, la barra y otros). Su función es marcar gráficamente la supresión de sonidos. Por ejemplo, al pronunciar palabras sucesivas en la lengua oral: “Mis regalos pa’l cumpleaños”, “Ellos van pa’lante”. En la región del Caribe es común este uso, sobre todo en Cuba.

También puede leer: No diga haiga, lo correcto es haya»

Claro que el apóstrofo se emplea además  en palabras, marcas y apellidos de otros idiomas: Antony’s, D’Oleo, L’Oréal, O’Reilly, O’Higgins.

Según la Real Academia Española (RAE), el apóstrofo tiene principalmente dos usos propios de la lengua española:

  1. Para indicar, en ediciones actuales no modernizadas de textos antiguos, sobre todo poéticos, la elisión de la vocal final de determinadas palabras (preposiciones, artículos, conjunciones), cuando la que sigue empieza por vocal: ejemplo:
    d’aquel (por de aquel), l’aspereza (por la aspereza), qu’es (por que es).
  2. Para reflejar, en la escritura, la supresión de sonidos que se produce en ciertos niveles de la lengua oral. Aparece con frecuencia en textos literarios cuando el autor desea reproducir el habla de personajes de escasa cultura: «Sacúdete el vestidito, m’ija, pa’que se nos salga el mal agüero» (Hayen Calle [Méx. 1993]).

Se conserva en la reproducción de nombres o expresiones pertenecientes a lenguas en las que se mantiene el uso moderno del apóstrofo, como el catalán, el inglés, el francés o el italiano: O’Connor, c’est la vie, D’Annunzio.

CUIDADO CON SU USO

Hay que evitar los siguientes usos del apóstrofo, ajenos al español, y que se deben al influjo del inglés:

  1. Cuando aparece en sustitución de las dos primeras cifras de un año: ’82 por 1982. Si se desea hacer la abreviación, lo que es frecuente en la expresión de acontecimientos relevantes celebrados en ciertos años, no debe utilizarse el apóstrofo: Barcelona ’92 (Juegos Olímpicos). Basta con las dos últimas cifras del año, que pueden unirse o no con guion a la palabra precedente: Barcelona 92 o Barcelona-92.
  2. Cuando se usa, seguido de una s, para indicar el plural de una sigla: ONG’s. El plural de las siglas es invariable en español: las ONG.
  3. No debe utilizarse el apóstrofo para separar las horas de los minutos: las 20’30 horas. En este caso, se recomienda el empleo del punto, aunque también se admiten los dos puntos.
  4. Tampoco debe usarse para separar, en los números, la parte entera de la parte decimal: 3’1416. En este caso ha de emplearse preferentemente la coma, aunque también se admite el uso del punto.

EL APÓSTROFE

Decíamos que no es lo mismo apóstrofo que apóstrofe, este último se trata no de un signo sino de una ‘interpelación vehemente en segunda persona’.

Es una figura retórica que consiste en dirigir la palabra con vehemencia a una o varias personas, presentes o ausentes, vivas o muertas, a seres abstractos o a cosas inanimadas, o en dirigírsela a sí mismo en iguales términos.

Según el contexto, este vocablo puede ser sinónimo de imprecación, denuncia, acusación, insulto, increpación, invectiva, catilinaria, dicterio, injuria y agravio.

Por ejemplo :

¡Oh tristes nubes oscuras
que tan recias camináis, 
sacadme de estas tristuras
y llevadme a las honduras
de la mar a donde vais! 

Comedia de Rubena
Gil Vicente

MÁS SOBRE EL APÓSTROFE

De apóstrofe se deriva el verbo apostrofar, que expresa la acción de ‘dirigir apóstrofes’, es decir imprecar, increpar, denunciar, insultar o agraviar, como se plantea en este ejemplo: “El mayor crimen ahora es apostrofar a Danilo Medina por errores propios o por fallas de otros”.

Por último, queremos insistir, pues conviene recordar que, según se indica en la Ortografía académica, se desaconseja el uso del apóstrofo para para indicar el plural de una sigla (las ONG’s: mejor las ONG) o para abreviar una fecha (’84 por 1984 o, simplemente, 84).

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Inés Izquierdo Miller

Considerada la guardiana del idioma por su labor en las universidades y medios de comunicación a favor del uso correcto del idioma, en especial en La Prensa donde laboró 20 años y en Vos Tv. Autora de muchos textos académicos ha recibido reconocimientos especiales en Nicaragua y España donde publican sus artículos en la Fundeu y en la Universidad Complutense. Su libro Hablemos del Idioma fue escogido por la ACIE para ser publicado en España y fue invitada por la Fundación de la reina Letizia para ir a presentar sus proyectos educativos.

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