Si sentís que la batería de tu celular ya no rinde como lo hacía cuando lo compraste, no son ideas tuyas, es un hecho. Con el paso del tiempo y las malas prácticas al cargar nuestros dispositivos, la vida útil de la batería de los móviles se va disminuyendo.
La duración de la batería de un teléfono nuevo en uso puede oscilar entre seis y ocho horas; y en reposo hasta 10 horas. Dispositivos más recientes como el Samsung S10, iPhone XS, el Huawei P30 y el Pixel 2 de Google están diseñados para que su carga dure hasta más de 14 horas y que así el usuario no deba estar pendiente de conectar su celular durante el día. Estos períodos de rendimiento de la carga se van disminuyendo con el paso del tiempo y el uso.
Es fácil asumir que los dispositivos tecnológicos vienen con fecha de caducidad para que las grandes marcas puedan vender sus nuevos modelos, pero la duración de los equipos y sus componentes depende tanto de factores técnicos como de uso.
A nivel técnico, la batería de los celulares pierde capacidad de carga porque el proceso químico y los componentes involucrados en el proceso de almacenamiento de energía merman su capacidad con el paso del tiempo.
A nivel de uso, la batería pierde capacidad por malas prácticas de los usuarios sea por desconocimiento o por falta de interés.
Usar cualquier cargador. Los celulares deben ser recargados con cargadores originales, en caso de extraviar el original el reemplazo debe ser del mismo voltaje de carga, ni mayor ni menor.
Esperar que se descarguen por completo. No esperes la alerta de batería baja, carga tu celular antes que llegue al 15%. Las baterías de los celulares están creadas para rendir determinada cantidad de ciclos, cada que dejas descargar tu celular por completo y lo vuelves a cargar completas un ciclo, es decir que tu batería va disminuyendo su vida útil.
Exponer los equipos a temperaturas extremas. Demasiado calor o demasiado frío podrían afectar los componentes de la batería o bien dañar tu celular. Procura no dejarlos expuestos al sol o en contacto con la nieve.
Golpear o dejar caer el teléfono. Aunque las baterías de (la mayoría de) los teléfonos vengan incorporadas y no se desprendan en caso de caídas o golpes, como solían hacerlo los primeros dispositivos móviles, los componentes internos (incluyendo la batería) pueden sufrir daños severos. Usar un protector que amortigüe las caídas no está demás.
Si pasaste de cargar tu celular una vez al día a tener que conectarlo dos o hasta tres veces puede que tu batería no solo haya perdido la capacidad de rendir la carga, sino estar al borde del colapso.
No botes el teléfono, no lo descartes. Aunque sea un signo de preocupación no hay que ser tan drástico sobre todo si el equipo aún está en buenas condiciones o tiene poco tiempo de uso. No vale la pena tirar un buen móvil solo por fallas en la batería.
Examina el estado de la batería. Dentro de las opciones de rendimiento de recientes modelos de smartphones ya viene incorporado el diagnóstico de la batería. También puedes hacerlo con alguna aplicación como AccuBattery para que antes de invertir en una reparación o cambio de batería estés seguro que de verdad haya algún daño.
Acude a un centro de soporte técnico certificado por la marca de tu teléfono, o que al menos goce de buena reputación, para que hagan un diagnóstico del dispositivo y determinen si el deterioro es solo de la batería o si el smartphone tiene más daños.
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