Por muchas razones el 2021 será un año emblemático. En primer lugar, porque se conmemoran 200 años de nuestra independencia de España. Estos dos siglos de historia independiente han sido muy peculiares. Hemos pasado más tiempo entre dictaduras que en democracia; y la figura del dictador ha sido más una constante que una excepción.
Pero la dictadura actual es la más cruel, la más corrupta y la más violenta de entre todas las que registra la historia de Nicaragua. Es como si Ortega y su mujer han asimilado todas las características de los dictadores de turno.
Copiaron la violencia contra los opositores que ejerció José Santos Zelaya y también su reeleccionismo ilegal.
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De Anastasio Somoza García aprendieron cómo comprar a opositores para tenerlos de su lado; y de Somoza Debayle emularon la corrupción generalizada.
Además, superaron a sus maestros. Ningún otro dictador asesinó a tanta gente por protestar pacíficamente. La masacre de los estudiantes el 23 de julio de 1959 se quedó pequeña ante la matanza de abril de 2018. Ahora solo falta que utilicen sus helicópteros y aviones para bombardear ciudades, como lo hizo el último de la dinastía Somoza. Estoy seguro que si eso le garantiza su permanencia en el poder, Ortega no lo pensará dos veces para ordenar que bombardeen todo el país.
El 2021 también será emblemático porque debe ser el año en que terminemos con la dictadura y la opresión; para fundar un nuevo período de democracia y libertad. Sabemos que Ortega hará todo lo necesario para evitar que esto ocurra; para eso ha endurecido la presión con la aprobación de leyes abusivas e incrementado el hostigamiento a los liderazgos opositores.
Aunque parezca una batalla difícil de ganar, el 2021 debe ser el año de nuestra segunda independencia. De la independencia de los tiranos y caudillos; que solo les interesa atornillarse a la silla del poder y hacer poco o nada por el desarrollo del pueblo.
Pero para independizar a nuestra patria de la opresión, es preciso que nosotros mismos nos independicemos de ciertas prácticas y anti valores. Esos que han caracterizado a la política criolla, como el caudillismo. Porque no ganaríamos nada simplemente cambiando de caudillo. Además, períodos de alternancia en el poder, aunque escasos, se han caracterizado por ser etapas pacíficas y de prosperidad.
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También es preciso independizarnos de la visión de la política como forma de vida para servirse; y transformarla hacia la visión del verdadero servicio público. Establecer de una vez y para siempre el concepto de que el servicio público es para buscar el bien común antes del personal.
El 2021 debe ser un año en el que los opositores impulsemos iniciativas firmes; que aseguren la restitución de los derechos robados por Ortega. Entre ellos, la liberación de los presos políticos y la aprobación de las reformas electorales. Para que el cambio pueda concretarse, tenemos que asegurar que se garanticen estándares electorales internacionales.
"Ante el empecinamiento del dictador de mantenerse en el poder, mediante la farsa electoral y el colaboracionismo de algunos zancudos –que ha sido práctica común en estos 200 años de historia independiente-, debemos mantenernos inflexibles. Debemos seguir exigiendo las condiciones que garanticen un proceso electoral transparente y observado".
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica
Nos queda poco tiempo para lograrlo, así que tenemos que iniciar el 2021 con renovadas fuerzas para trabajar sin descanso. Porque en la primera mitad del 2021 debe consolidarse la plataforma amplia opositora que unida, le haga frente a la dictadura.
Ya tenemos elaborada una propuesta de agenda de nación, que va más allá del cambio de autoridades. Establece los lineamientos básicos para asegurar en los próximos años, el crecimiento económico, la aplicación de justicia y la consolidación de la democracia.
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Una última reflexión es que tenemos que independizarnos y vencer el temor que infunden los intentos represivos; entre ellos las leyes absurdas y el acoso policial. Porque estas son acciones de una dictadura, que ante el repudio generalizado de la población y los opositores no tiene otra opción que no sea la represión.
Pero las amenazas y las prebendas no lograran doblegarnos. Ante estas acciones, tenemos que responder con resistencia cívica y pacífica; como decimos desde hace rato, ¡vamos a seguir jodiendo!
Así que entrémosle duro a este 2021, que será el año de la lucha, de la libertad y de nuestra segunda y definitiva independencia.
Texto original en el blog: https://juansebastian.ch/
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