Apple, no queremos tarjetitas

Todavía para el 2016 tenía un gran debate interno: quería un nuevo teléfono pero IOS ya no era satisfactorio y encima los Android no me parecían atractivos.

Durante varios años usé teléfonos de Apple, no recuerdo cuántos, tampoco fueron todas las generaciones, pero pensar en la posibilidad de tener un nuevo teléfono de la marca era esperanzador.

Lo más importante era esa sensacion de tener lo último de la tecnología en las manos. No importaba que no fueran los primeros, siempre ofrecían una forma diferente de consumir lo que otros ya tenían.

A Apple se le acabó la innovación hace mucho. Y eso lo han sentido los usuarios. Tampoco es casualidad que su cuota de mercado frente a otras marcas se haya reducido considerablemente.

Hay una realidad que muchos usuarios en el mundo han tenido ─hemos tenido─ que aceptar: Apple nos vende el mismo teléfono todos los años, pero más caro.

Y esto lleva bastante tiempo ocurriendo, pero los usuarios lo hemos permitido y les seguimos pagando grandes sumas de dinero por algo que funciona exactamente igual a la versión del año anterior.

Les voy a poner un ejemplo desde mi experiencia. Cuando cambié de un Iphone 4S a un Iphone 5C, no recuerdo en qué año, tenía la sensación de que era exactamente lo mismo.

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Es cierto que el 5C era la versión barata, que el más innovador era el 5S, pero definitivamente eran exactamente iguales.

Muchos usuarios todavía extrañamos aquellos viejos tiempos en que Apple nos sorprendía con cada una de sus presentaciones. Era todo un evento esperar el inicio de un keynote porque nos iban a sorprender con tecnología de punta y no con precios de asalto.

Un buen ejemplo de cómo sus precios han subido exageradamente y la calidad de sus productos disminuido es el iPhone XR. 700 dólares por un teléfono que no era mejor que sus antecesores: el iPhone 8 o el X y por un precio casi similar.

A veces siento que Apple perdió la perspectiva y creen que las personas pagarían cualquier precio con tal de tener uno de sus productos y se olvidaron de lo que realmente los hacía una compañía de renombre.

Ahora quieren sorprendernos con una tarjeta de crédito y un servicio de televisión cuando lo que todos queremos es que nos presenten un teléfono que nos haga regresar a esos viejos tiempos cuando tener un iPhone era sinónimo de una gran marca y no de solo pagar mucho dinero.