Carta a los opositores nicaragüenses»
Juan Sebastián Chamorro
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Estimadas y estimados miembros de la oposición:
Dentro de pocos días termina el 2020 y comenzará un año crucial para Nicaragua. El año que se está acabando nos deja lecciones muy valiosas; que debemos tener en cuenta porque nos ayudarán a definir nuestro futuro. Tenemos que empezar el 2021 con energías renovadas y la determinación de acabar con la tiranía que usurpa el poder, para devolvérselo al soberano pueblo.
Pero también debemos asegurarnos que Nicaragua no vuelva a caer en las garras de otro dictador. Para poner fin a ese nefasto ciclo que se ha repetido en nuestra desdichada historia. El dictador actual ha llenado a Nicaragua de dolor, miseria, desempleo y desesperanza. Es la hora de trabajar unidos, para recuperar la esperanza que nos bañó a todos en abril de 2018; y de fortalecer los anhelos de libertad que a pesar de la represión, la dictadura no ha podido apagar.
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El 2021 debe ser el año de la unidad. Si en el pasado los nicaragüenses nos hemos unido para acabar con la tiranía, no hay razón para no hacerlo ahora. Este año el intento de unidad que se hizo con la convocatoria para formar la Coalición Nacional, se diluyó por razones ya conocidas. Quizás lo que faltó fue concentrarse en ese punto fijo esencial que debe guiar todo esfuerzo de unidad: enfrentar en un solo frente al dictador Ortega.
En 2020 divagamos más en la forma que en el fondo. Las discusiones giraron más en torno a que si este o el otro integra una comisión; cómo se tenían que repartir los votos para tomar decisiones; y otros asuntos organizacionales en los que, innecesariamente gastamos muchas energías.
Poner al centro lo vital
Ahora tenemos que concentrarnos en definir un plan grande y cómo ejecutarlo. No cometamos el error de discutir sobre temas en los que sabemos no llegaremos a consenso; y pongamos en el centro lo vital, procurando llegar a acuerdos vinculantes para todas las partes.
Cuando surjan disputas y diferencias, recordemos por qué somos opositores y la crueldad del enemigo que enfrentamos. No olvidemos los rostros de los que murieron con la esperanza de alcanzar la libertad. Y por ellos, los muertos, los presos, los exiliados, los perseguidos y todos los que han sufrido, hagamos lo que se tenga que hacer para concretar y mostrar la cohesión, hermandad y trabajo conjunto que la población espera de nosotros.
"El acuerdo de unidad debe centrarse en demandar la libertad de los presos políticos, las reformas electorales necesarias y la restitución de las garantías constitucionales. Cuando esto se haya logrado debe elegir una casilla única que represente a la oposición y preparar una lista de candidatos a diputados, que sea atractiva y esperanzadora para el pueblo. También se debe acordar un plan mínimo de Gobierno para los próximos cinco años".
Juan Sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica
En el tema de las reformas electorales tenemos un buen ejemplo de acuerdo general; ya que todas las organizaciones opositoras logramos consenso en torno a la propuesta de las reformas necesarias. Aunque al final el resultado de este esfuerzo está por verse. Quiero resaltar el hecho de que todas las organizaciones nos sentamos y logramos sacar algo en conjunto. Ese es el espíritu que debemos mantener para lo que viene.
Acuerdo centrado en la acción
El acuerdo de unidad debe estar centrado en la acción; en el qué, cómo y cuándo hacerlo. Tenemos que dejar a un lado los temas ideológicos. Porque sin haber establecido previamente una democracia representativa, nunca vamos a resolverlos. Tomemos este año como un plebiscito en el que el pueblo entero de Nicaragua grite ¡ya basta! Para que se genere el cambio y podamos volver a reconstruir esa frágil democracia que se nos ha escapado por tanto tiempo.
Para que podamos acabar el año con una nota de aliento positivo, tenemos que sentarnos todos y aportar lo que cada agrupación política tiene: la diversidad de sectores de la Alianza Cívica, la pluralidad de ideologías de la Unidad Nacional, la causa justa del Movimiento Campesino y las bases organizadas de los partidos políticos, en particular CxL. Todos estos son atributos necesarios de una alianza ganadora y capaz de motivar al pueblo azul y blanco.
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Hagamos una pausa en el camino para ver lo que hemos construido en estos dos años y ocho meses de lucha. Le hemos puesto un freno a las ambiciones dictatoriales de la familia de turno; hemos puesto la libertad y la democracia como un sueño alcanzable, y hemos sido capaces de enfrentarnos a la dictadura más cruel y despótica que ha existido en nuestra patria.
Es cierto que aún no tenemos todos los resultados esperados, pero los sacrificios de este pueblo no han sido en vano. Basta con repasar nuestra historia y la de otros países, para darnos cuenta que las dictaduras tarde o temprano caen. Entonces, si trabajamos unidos y con toda la determinación, caerá más temprano que tarde. Por mi lado me esforzaré para que no cometamos errores del pasado y trabajaré sin descanso para que unidos podemos conseguir una Nicaragua democrática, sin presos políticos, ni exiliados, donde se genere empleo y progreso. De nosotros depende.
Texto original en el blog: https://juansebastian.ch/
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Entonces ya todo está dicho. Ahora, manos a la obra!