Desde hace un par de años ─tomando como punto de partida la Cuaresma─, hago un retiro temporal de las redes sociales. Sin embargo, esta vez empecé una semana antes del Miércoles de Ceniza y mi objetivo es estar dos meses fuera. La razón sigue siendo la misma de las temporadas anteriores: salud mental.
En muchas ocasiones, quienes no sabemos dosificarnos con el uso de las redes sociales caemos en algo llamado “infoxicación”. Esto, según la Fundéu, es un “neologismo acuñado por el especialista en información Alfons Cornella; para aludir a la sobresaturación de información, como acrónimo de intoxicación por información”.
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Nada más ajustado a la realidad. Porque, por ejemplo en Nicaragua y sobre todo a nivel político, cada vez que uno revisa Twitter, siempre hay algo peor que la vez anterior.
Ante este panorama flota en el aire la pregunta de qué se debe hacer. ¿Mantenerme como una ciudadana responsable e informada de todo lo que ocurre en mi país, el mundo y sus alrededores? ¿Aprender a organizar mi tiempo online de manera que el algoritmo de las redes no me consuma? ¿Escapar de todo por un período para desintoxicarme? Cada quien puede tomar su decisión.
En la canción Strawberry Fields Forever, Los Beatles dicen que “vivir es fácil con los ojos cerrados”; pero alejarse de las redes sociales no debería considerarse cerrar los ojos.
Otro escrito de esta autora: Quiero agradecerle a mi psicóloga»
De hecho, pienso que alejarse un poco de Facebook, Instagram, Twitter y TikTok significa abrir los ojos a lo que hay fuera de las pantallas. Porque solo desde fuera, podemos ver que lo que consumimos dentro no es lo único que existe; ni tampoco lo más importante de lo que existe.
En estas semanas “offline” espero darme el chance de leer el libro “Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato” de Jaron Lanier.
Lanier es escritor, informático, compositor de música clásica y pionero de la realidad virtual. Aunque si quieren conocerlo mejor, les recomiendo el documental “El dilema de las redes sociales”, disponible en Netflix. En su libro, cada capítulo es una razón y me llama la atención la segunda: “renunciar a las redes sociales es la manera más precisa de resistir a la locura de nuestros tiempos”.
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Con respecto a este argumento, me siento agradecida de poder tomarme un respiro de las redes sociales, ya que en nuestros tiempos ese es un privilegio. Solo por citar tres ejemplos, alguien que está ejerciendo el periodismo no podría hacerlo, ni una profesora de universidad y mucho menos una community manager.
Por eso también abogo por la amabilidad y la mesura en los espacios digitales, muchas personas están ahí por motivos laborales. Sin embargo el ambiente hostil es parejo para todos. Qué diferentes serían las cosas si supiéramos aplicar ese sabio proverbio que dice: “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas”.
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excelente, te felicito... si todos siguiéramos tus consejos tuvieramos un mundo mas cuerdo... gracias.