El enfoque sobre salud ha desplazado al sector económico como motor de nuestra vida, promoviendo al mismo tiempo un enfoque de resiliencia sobre eficiencia.
Como han destacado recientemente dos organismos de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “la COVID-19 ha puesto de manifiesto que nuestro actual modelo económico es insuficiente, anticuado y negligente.
En lugar de una inversión a largo plazo para ampliar el valor público, tratamos erróneamente la salud como un coste a corto plazo en presupuestos públicos exprimidos. Facilitamos las inversiones privadas en salud que priorizan los beneficios a corto plazo sobre las necesidades humanas; y la financiación de la sanidad suele estar al servicio de la demanda inmediata. Cuando debería buscar la mejora de la oferta a largo plazo y la creación de capacidades públicas para hacer frente a futuras crisis.
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El Grupo de los 7 (G-7) es un foro político formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Durante su última reunión realizada en junio pasado, el panel sobre resiliencia económica priorizó la “salud global” como una de las siete áreas estratégicas en política económica. Explícitamente, el panel exhortó a las siete economías más fuertes el mundo occidental a:
En todo el mundo, con el liderazgo y la financiación del G-7 deberíamos:
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Como parte de la reunión del Grupo de los 20 (G-20), los ministros de economía y salud se reunieron para discutir y priorizar las iniciativas pertinentes a sus sectores y sus necesidades financieras. El G-20 es un foro internacional de gobernantes y presidentes de bancos centrales de: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.
En antesala a esta reunión, Mariana Mazzucato, profesora de economía de University College London y presidenta del Consejo de Economía de la Salud para Todos de la OMS, publicó un interesante artículo en el Financial Times. En él se refirió a la funcionalidad del modelo económico actual, ante las crisis sanitarias globales como la pandemia del coronavirus.
Su conclusión clara y contundente nos hace ver que el modelo económico actual es disfuncional; por tanto, existe la necesidad urgente de modificarlo. Según su opinión técnica, un modelo económico funcional debería enfocarse en servir a la salud y no al contrario. Y en tal sentido, la discusión de los ministros debería centrarse en tres consideraciones.
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En otras palabras, lo que Mazzucato prescribe es una reorientación del modelo económico global en apoyo de sistemas de salud mundiales y nacionales que tengan proyecciones a largo plazo; y que dejen de lado el enfoque “reactivo” de las demandas sanitarias a corto plazo.
*El autor es médico epidemiólogo, salvadoreño radicado en Estados Unido
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