Según un análisis de la universidad de Oxford, en las ultimas dos semanas todos los países de Centroamérica a excepción de Costa Rica, registraron incremento de casos de Covid-19. Estos aumentos oscilan entre 18 por ciento registrado en Honduras y 110 por ciento en Nicaragua.
Además, durante la última semana el porcentaje de aumento en los casos osciló entre, el 3 por ciento reportado por Panamá y el 69 por ciento en El Salvador. Dichos incrementos se registraron mientras Costa Rica reportaba una disminución en la circulación del virus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) las causas que facilitan este aumento de casos en la epidemia son cuatro:
El autor también escribió: Para ganarle la batalla al coronavirus hay que abandonar el nacionalismo»
Un estudio realizado por el departamento de microbiología de la Universidad de El Salvador y publicado en la revista Alerta, del Instituto Nacional de Salud Pública de El Salvador, identificó variantes de la clasificación 20C como las dominantes en El Salvador. Sin embargo, estas no se encuentra dentro de las variantes de preocupación o de interés de la OMS.
Por el contrario, estudios realizados en México y Costa Rica, han identificados la presencia de las variantes delta — identificada inicialmente en la India y al momento dominante en México—; y de la variante alfa —identificada originalmente en Reino Unido— y actualmente dominante en Costa Rica.
Estas variantes —principalmente la delta— han demostrado mayor capacidad de transmisión. Incluso venciendo tratamientos como los anticuerpos monoclonales irrelevantes; y sobrepasando los anticuerpos generados por las vacunas, por lo menos con la primera dosis de las vacunas AstraZeneca y Pfizer.
La presencia de estas variantes en países tan cercanos al nuestro, aumenta la probabilidad que ya se encuentren circulando entre nosotros.
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En cuanto al respeto de burbujas, no hay estudios pertinentes. Pero información anecdótica de profesionales de la salud, a los que se suman reportes de medios de comunicación no controlados por los Gobiernos, resaltan la celebración de eventos masivos y reuniones familiares en algunos países.
Esto hace pensar que la población centroamericana se ha olvidado de mantener esta importante medida de protección contra el coronavirus.
Igualmente, observaciones locales y reportes de movilidad poblacional, evidencian que la población de los países centroamericanos retomó actividades. Eso aumenta su exposición a aglomeraciones en eventos deportivos, visita a centros comerciales, supermercados y otros. También el uso de la mascarilla ha disminuido exponencialmente y eso eleva el riesgo al contagio.
En el caso de El Salvador, el programa nacional de vacunación contra la Covid-19 muestra una de las coberturas más altas de Centroamérica. Sin embargo, su distribución no parece alinearse a una estrategia que busque una distribución equitativa; ni que se realice de acuerdo a la circulación geográfica del virus en el país. Hay que aclarar que la falta de transparencia en la información proporcionada por el Ministerio de Salud limita el análisis del tema.
Alfonso Rosales, médico epidemiólogo
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Pero si los gobiernos y la población centroamericana quieren evitar un agravamiento serio de la epidemia, se debe apoyar a los centros de investigación. Especialmente las universidades; ya que solo así podrá reforzarse la vigilancia genómica de las variantes dominantes que circulan en los países actualmente.
También se debe desclasificar la información sobre la epidemia; para que los científicos y la ciudadanía en general tengan acceso a información pertinente.
Por su parte, la ciudadanía debe respetar las medidas de básicas de prevención; entre ellas el uso de la mascarilla, respeto de las burbujas, el distanciamiento social y evitar las aglomeraciones.
Es indiscutible, que a pesar de aquellos que entierran la cabeza como el avestruz, el coronavirus está despertando en la región. Y vuelve a amenazar con provocar otro pico epidémico en el que muy probablemente ya estamos.
Está en nuestras manos y en el del liderazgo de los gobiernos prevenirlo o al menos contenerlo.
*El autor es médico epidemiólogo, salvadoreño radicado en Estados Unidos
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