Monólogo

Los retos de la economía creativa en Nicaragua

“Hay talento, solo falta apoyarlo”, ¿Les suena familiar esta frase? En la mayoría de casos se expresa de forma jocosa, hasta trivial, sin embargo guarda en sí un gran mensaje sobre el cual podemos reflexionar particularmente en nuestro contexto. En Nicaragua es difícil emprender (abarcando las múltiples facetas que engloba este popular término) y desde la cultura, aún más.

Me gustaría que a través de este texto pudieras comprender el valor que tienen tus ideas, pero aún más importante es la acción que debe proseguir a la concepción de las mismas. Para ello en principio repasemos ¿de qué va esta economía creativa?

Bienes intangibles

En esta industria se genera valor a través del conocimiento. De acuerdo con uno de sus más grandes teóricos, el estadounidense John Howkins, se trata de una economía donde las ideas son los principales aportes y resultados, la gente se dedica a generar ideas sin limitaciones de un horario entre las 9 de la mañana y 5 de la tarde, es una economía en donde se preocupan y reflexionan para generar ideas.

¡Sí que apetece! Lo que todo emprendedor desea: flexibilidad de horario, tiempo para reflexión, sin ataduras de contratos. Muy bien, lo único es que quizás esto suene más a las vivencias de un primer mundo, sin embargo en un país como el nuestro la gente te ve raro si soñás con llenar tu cuenta bancaria a expensas de explotar tu arte.

Y ese es un primer reto, educar a las personas, demostrarles que las ideas y el conocimiento valen tanto como poner un restaurante; una tienda de ropa o un taller de mecánica. El segundo reto está en la visión del emprendedor, en cómo llevar a la acción sus ideas y aportar valor. Claro que un restaurante empezó como una idea, pero me refiero a las que son artísticas. Como impartir cursos a través de una página web; publicar un libro, montar una exposición fotográfica.

Un testimonio

Hace año y medio publiqué mi primer libro. Deseaba que mi emprendimiento estuviese ligado a la cultura nicaragüense, a su coloquialismo. Es aquí donde me topé con el concepto del emprendimiento cultural y literario. En este ámbito nos basamos en la cultura como pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad, la diversidad creativa en ella. Como emprendedor cultural desarrollás proyectos participativos, tratando de hacer que tus ideas tengan rentabilidad y puedan ser competitivas.

Estoy feliz con los resultados del libro, pero entendí que en el área artística se requieren conocimientos técnicos y administrativos que serán determinante para que logrés aún más éxito.  Esto es otro reto de la economía creativa en nuestra realidad, que muchos emprendedores carecen de formación en ciertos aspectos que pueden potenciar significativamente el resultado de su esfuerzo.

Algunas recomendaciones

Recordemos que la creatividad artística utiliza elementos intangibles como materia prima. Sin embargo los resultados se pueden tocar, puede ser generador de riqueza. Puede ser cliché pero es esencial identificar tu pasión y pulir tus conocimientos al respecto para entregar un producto, en este caso artístico-creativo, a la altura de lo que tu público merece.

Puede que la oportunidad se presente en distintos rubros, tales como el arte, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía, educación, tecnología. Una vez identificada no tengás reparo en investigar y preguntar todo lo necesario para dominar tu pasión. Aprendé sobre finanzas personales, considerá alternativas para financiar tu proyecto (préstamos, patrocinio).

Jamás menospreciés tus ideas y capacidades; ciertamente pueden haber áreas como el cine donde la industria cultural cautiva a millones y genera cantidades increíbles de dinero, no obstante es tu esencia la que podrá orientarte a ese éxito que anhelás. Tené asimismo orden para tu creación, creá procesos y planificá.

El papel del Estado

No está de más precisar que el Estado juega un rol importante en el desarrollo de esta economía, y es por eso otro de los grandes retos: que exista más apoyo para los emprendimientos culturales designándoles el valor que corresponde y educando a la sociedad al respecto

A través de programas especiales en el ámbito, se puede demostrar que la economía creativa en Nicaragua puede ser un modelo empresarial que funcione, pues promueve la creatividad artística. Se necesita formación, además de una cultura saludable de emprendimiento.

¿Se puede tener éxito? Pienso que sí, hay mucho por hacer pero es bueno comenzar por entender conceptos, analizar oportunidades y mantenernos en constante aprendizaje. De eso se trata que existan espacios como este mismo, incluso.

Más allá de lo que pueda aportar un gobierno, también recordemos que como artistas podemos crear plataformas de co-creación, educarnos en los temas que más convienen para mejorar nuestra oferta y sí, convertir las ideas en negocios rentables con muchas nuevas oportunidades.

*El autor es vlogger de ClaseCuento Sergio

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Sergio Bustamante

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