La pandemia de COVID-19 y su virus SARS-CoV-2 está intentando mantener eternamente su gobierno y poder; y lamentablemente cuenta con el apoyo de algunos gobiernos de la región centroamericana. No sé en realidad quien aprende de quien. Pero en ambos casos las poblaciones de nuestros países tienen que mantenerse alertas y en modo permanente de protección de nuestras democracias y nuestra salud.
En enero de este año fue identificada otra nueva variante del coronavirus; en esta ocasión, la nueva hija fue identificada en Colombia. Se trata de la variante B.1.621, también conocida como mu. Y aunque esta variante no esté tan extendida como la delta, ya es causante de casi cuatro de cada 10 contagios en Colombia.
Hasta el 2 de septiembre de 2021, se han detectado 4,711 secuencias de la variante mu; estas se identificado ya en 43 países y en todos los estados de Estados Unidos. Pero a nivel mundial, Colombia es el país con el mayor número de casos provocados por esta variante.
Esta variante fue incluida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dentro de la lista de variantes de interés; en la que también están incluidas las variantes eta, iota, kappa y lambda. Como variante de interés se le hará un seguimiento. Esto permitirá saber si presenta mutaciones que puedan modificar la forma en que se transmite, volverla más virulenta; o reducir la eficacia de las vacunas utilizadas en la actualidad para prevenir la COVID-19.
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Recientemente la OMS dijo que la nueva variante mu tiene una importante prevalencia en Colombia, país en que se identificó por primera vez el pasado enero y donde representa el 39 por ciento de los casos; también en Ecuador, donde representa el 13 por ciento de los casos.
En vista de que hasta el momento, no existe evidencia del aumento de la transmisibilidad y/o virulencia, la OMS la mantiene bajo la clasificación de variante de interés. Pero si se presentan cambios en esos parámetros, los científicos evaluarán si pasa a la clasificación de "variante de preocupación"; grupo en el que actualmente están cuatro variantes: alfa, beta, gamma y delta. Esta última es la que más inquietud provoca, ya que tiene la capacidad de propagarse rápidamente y porque puede causar una enfermedad más severa.
No obstante, la secuenciación de esta variante que se está realizando a nivel internacional indica que contrariamente a lo que pasa en los dos países sudamericanos, la prevalencia global de mu se ha reducido. Ahora representa menos del 0.1 por ciento de los casos.
"El comportamiento epidemiológico de la pandemia tanto en Colombia como en Ecuador, parecen indicar que esta nueva variante no ha incrementado su transmisibilidad ni virulencia. Ambos países, a pesar de una prevalencia alta de esta variante, exhiben tendencias descendentes en el número de nuevos casos".
Alfonso Rosales, médico epidemiólogo
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En el caso de Colombia su última ola de casos se experimentó entre el periodo de marzo (3,577 casos semanales promedio) y agosto (3,417 casos semanales promedio), con un pico máximo en junio 28 de 31,256 nuevos casos semanales promedio).
Ecuador, también muestra una tendencia a la baja, con un promedio semanal de casos que disminuye desde abril de este año, cuando el país experimenta alrededor de 1,900 casos promedio semanales, hasta llegar a inicios de este mes de septiembre con un reporte promedio semanal de 359 casos nuevos.
Creo que a estas alturas, todos sabemos que todos los virus y este coronavirus en particular, mutan continuamente. También sabemos que estas mutaciones en su gran mayoría no tienen ningún efecto en el comportamiento de la pandemia. Pero existen algunas excepciones a esta regla y es precisamente ahí donde se encuentran las llamadas variantes de preocupación, entre las que están la alfa, beta, gamma, y delta.
Estas variantes de preocupación han demostrado que sus mutaciones en la espiga S han causado un aumento de la capacidad de transmisión; también de la virulencia en algunas de ellas. En el caso de la variante mu todo parece indicar que se quedara como una variante de interés; y que sus mutaciones probablemente no tengan ninguna influencia en el comportamiento futuro de la pandemia.
Sin embargo, más vale prevenir que lamentar; y el seguimiento que la OMS realizará en el futuro próximo nos dirá si comenzaremos a bailar a ritmo de cumbia, con la variante mu identificada originalmente en Colombia.
*El autor es médico epidemiólogo, salvadoreño radicado en Estados Unidos
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