Desde que inició esta lucha he sostenido que la unidad es una parte importante del proceso para acabar con la dictadura; pero está muy de lejos de ser la solución definitiva para generar el cambio democrático que necesita Nicaragua. La unidad es una condición necesaria para el cambio, pero no es una condición suficiente. Sin unidad no lograremos el cambio, pero la unidad sola no garantiza automáticamente que el cambio se concrete.
La tan “ansiada unidad” no debe verse como el final del camino; sino precisamente como una importante acción para emprender la ruta del cambio.
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Como objetivo general, la unidad debe ser el medio que nos permita –mediante elecciones libre, justas y verificables– derrotar a la dictadura y elegir un nuevo gobierno democrático que conduzca a Nicaragua hacia la democracia. Las nuevas autoridades deben restablecer los derechos y libertades; generar estabilidad, progreso social y propiciar la generación de empleos; y mejorar los servicios y la infraestructura para beneficio de todos los nicaragüenses.
La oposición como un solo bloque debe seguir exigiendo la implementación de las reformas electorales que nos devuelvan el derecho de elegir libremente mediante el voto. Unas reformas cuyas pautas están contenidas en la resolución de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA); que además establece el mes de mayo, como plazo máximo para aprobarlas.
Paralelamente, los opositores unidos debemos aunar esfuerzos para presionar al régimen para que cumpla los acuerdos firmados con la Alianza Cívica el 27 y 29 de marzo de 2019. Esto permitirá la restitución plena de los derechos ciudadanos de todos los nicaragüenses; la liberación de todos los presos políticos y el apoyo a sus familias; y el cese total de la represión a los miembros de la oposición. También debemos exigir la derogación de todas las leyes recientemente aprobadas que violan los derechos ciudadanos.
Una vez que esto se haya logrado, visualizo la unidad como una acción estratégica de las fuerzas opositoras; para que a través de un acuerdo político consolidemos un frente común. Un acuerdo político que establezca que la oposición debe participar en una casilla única; y respaldar a un candidato único y un programa de gobierno inspirador.
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La unidad la deberán forjar organizaciones y partidos políticos democráticos, que quieran unirse para conseguir el cambio en Nicaragua. Partidos que fehacientemente demuestren que no tienen pactos ni acuerdos por debajo de la mesa con la dictadura.
"Tenemos que unirnos para impulsar un proyecto que una al país en torno a objetivos compartidos; un proyecto de transición para cinco años. Sencillo, unitario, ilusionante pero real y movilizador. Que garantice el establecimiento de bases sólidas, para una nueva Nicaragua democrática y próspera; donde cada uno de los nicaragüenses, sin distingo de ideologías, pueda desarrollar un proyecto de vida digno".
Juan Sebastián Chamorro, exdirector ejecutivo de la Alianza Cívica
La unidad debe centrarse en elementos claves y sencillos que junten las voluntades y no las confronten. En particular hay que evitar el debate ideológico sobre temas en los que difícilmente nos pondremos de acuerdo. No es que estos temas no sean importantes, precisamente porque son importantes es recomendable dejarlos para cuando se consolide la democracia. En estos momentos, los esfuerzos deben estar centrados en acabar con la dictadura por la vía cívica y pacífica.
Es por ello que un programa de gobierno debe estar centrado en los principales problemas que enfrenta el país, entre ellos:
Desde ya es preciso establecer contacto con partidos y movimientos cívicos democráticos; para generar confianza y acuerdos que nos permitan constituir una alianza electoral sólida, eficiente, viable y realista. Una alianza electoral que logre conectarse con los sentimientos y aspiraciones de la mayoría de los nicaragüenses; y conquistar su voto, para que a través de él ganemos las próximas elecciones.
Si nos concentramos en estos objetivos generales del para qué de la unidad, creo que el proceso de unificación de la oposición marchará sobre rieles. Pero si nos desviamos de ellos y prevalece el individualismo y el sectarismo, perderemos una oportunidad histórica para concretar el cambio que necesita Nicaragua.
No dejemos pasar esta oportunidad. Si la dejamos pasar, la historia nos pasará la factura. La decisión está en nuestras manos, de nosotros depende cumplirle a la Patria.
Texto original en el blog: https://juansebastian.ch/
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