Es ampliamente conocido que como parte de su proceso natural de sobrevivencia, el nuevo coronavirus —que produce la COVID-19— muta o cambia constantemente. Algunos de estos cambios no son importantes, pero otros si y se convierten en variantes de preocupación. Es así que la variante delta identificada en India, actualmente es la más contagiosa y peligrosa a nivel mundial.
La población nicaragüense no es ajena a la variante delta. Ya que la producimos localmente al participar en aglomeraciones mientras la tendencia de contagios sigue creciendo. También contribuyen a la producción de esta variante, las pocas medidas de prevención, la inexistente exigencia gubernamental y social y la lenta y limitada vacunación contra esta enfermedad.
La variante delta es el doble de contagiosa que el virus original. En lugar de que una persona contagie a cuatro, le transmite esta variante del virus a ocho personas. Por lo que si no tomamos medidas serias, tendremos un río de lamentos innecesarios en Nicaragua. La presencia de la variante delta la podemos confirmar porque:
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Ya sabíamos que los estudiantes y los docentes de todas las edades están en riesgo de contagiarse y que ahora la presencia de la variante delta genera un ambiente más propicio para su transmisión. Aunque menos contagioso que las aglomeraciones o molotes y que viajar en bus.
Ya que al sector transporte nunca se le exigió reducir el número de pasajeros, ni exigir el uso de mascarilla, ni ventilar las unidades de transporte manteniendo las ventanas abiertas y mucho menos exigir el lavado de manos. Los dueños de las unidades de transporte público y los dirigentes del sector son responsables del contagio de sus clientes, y están a tiempo de rectificar.
Sin embargo, es momento de ser más riguroso con los protocolos de las escuelas, especialmente en las públicas, donde el distanciamiento no se cumple, tampoco el aislamiento ni la cuarentena para los casos. Todo esto expone de forma irresponsable a los estudiantes y docentes. Además, los docentes deben priorizarse en la jornada de vacunación, por estar altamente expuestos, o ser ellos una muy buena fuente de contagio.
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"Los padres de familia también tenemos mucho que aprender y hacer, especialmente en la capacitación de nuestra descendencia. Hacer ejercicios prácticos y demostrativos con ellos, prepararlos para evitar el contagio y sobre todo, no ser presa fácil del yoquepierdismo, sin olvidar estar pendiente del cumplimiento estricto del protocolo en la escuela".
Leonel Argüello, médico especialista en epidemiología
Quien crea que este año estamos mejor que en el 2020 con la epidemia, permítame decirle, que estamos peor, que no hemos controlado nada y que siguen muriendo innecesariamente mucha gente.
Es hora de estar claro que el riesgo es mucho mayor que el del 2020 y que si queremos sobrevivir, no podemos seguir comportándonos como antes. Si seguimos haciendo lo mismo, si no cambiamos, no serán ríos, sino mares de lamentación, siempre es mejor prevenir que lamentar, es el momento de actuar.
*El autor es médico epidemiólogo
Texto original en: https://www.facebook.com/PorTuSaludNicaragua/
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