Presos políticos no son moneda de cambio

Todo parece indicar que en las próximas semanas será retomado el diálogo nacional para intentar salir de manera pacífica y ordenada de la crisis sociopolítica que provocó el régimen de Daniel Ortega con la desmedida represión desatada contra la ciudadanía desde el 18 de abril.

La pregunta en boca de todos es qué sucederá con los más de 700 reos políticos que tiene el régimen.

La dictadura le dijo a la misión de la OEA que los detenidos son "objeto del debido proceso". (Uno solo puede imaginarse la cara del jefe de gabinete de Almagro, Gonzalo Koncke, cuando escuchó eso. Koncke leyó los informes de la CIDH y el GIEI)

La dictadura ha convertido a 700 nicaragüenses en presos políticos, estos no pueden ser parte de una negociación.

Revisemos los hechos:

• Ningún gobierno, organismos o experto que ha venido al país ha creído la versión del "intento de Golpe de Estado".
• No dan crédito porque, entre otras cosas, no hay persona o grupo siendo juzgado por el delito de rebelión (Arto. 420 CP). Ni siquiera motín (Arto 421 CP), que serían los artículos que aplicarían.
• Hay una abierta contradicción entre la "narrativa" y los procesos contra los presos políticos. A estos se les acusa de "terrorismo" y "crimen organizado" por haber participado en una protesta.
• Los arrestos y procesos son ilegales. Las desapariciones de personas por semanas para luego aparecer en El Chipote no son arrestos sino secuestros.
• Ya no digamos las torturas físicas y sicológicas a las que han sido sometidos. Todas las violaciones a sus derechos humanos anulan los procesos. Eso lo ha dicho el exmagistrado y exsandinista Rafael Solís y todos los organismos de derechos humanos, nacionales y extranjeros.

Pasos para una posible solución

Hay muchos casos que el régimen no tiene manera de sostener, como el del maratonista Alex Vanegas; o el de los periodistas Lucía Pineda y Miguel Mora; o el de los presos políticos que están seriamente enfermos, solo para mencionar algunos. Esas personas deben ser liberadas inmediatamente.

Para el resto, lo más sensato es acoger las recomendaciones de los eurodiputados dieron antes de partir en enero pasado. 1.- que los presos políticos que ya tienen un proceso (en primera instancia o apelación) los enfrenten bajo arresto domiciliar.

2.- Que regrese la CIDH que, a través del Meseni y el GIEI, puede ─fuera de las negociaciones─ apoyar a determinar rápidamente qué casos deben ser cerrados.

Lo que no se puede permitir es incluir a los presos políticos dentro de la inevitable negociación que se avecina. Si los tratan como moneda de cambio,  entonces eso ya no sería un diálogo sino un pago por rescate de rehenes.