Con la aprobación de la llamada popularmente Ley Mordaza, la dictadura pretende violentar una de las pocas libertades que queda en Nicaragua: la de expresión en las redes sociales. Hago un llamado a los nicaragüenses, no solo a los que estamos en la oposición activa, sino a todos, para que tomemos esto con la mayor seriedad posible y emprendamos acciones concretas y específicas para desobedecer esta arbitrariedad.
Los primeros y más afectados por esta ley inconstitucional serán los medios de comunicación. Ellos estarán bajo amenaza de cárcel por difundir noticias que la dictadura considere falsas; o cuando se divulgue información estatal clasificada. Lo que quieren es imponer censura y terminar con el periodismo investigativo.
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Aunque es una ley encaminada a reprimir a los medios independientes, la investigación periodística y el activismo opositor; no creamos que estará reservada para los opositores. De hecho, lo más preocupante de la Ley Mordaza es que tiene la intención de caerle a cualquiera. A todo ciudadano que en sus redes sociales –página de Facebook o cuenta de tuiter– reproduzca información que luego sea definida como “falsa”, “incitadora al odio” o que utilice “información clasificada como reservada”.
Incluso, la ley tiene alcance fuera de Nicaragua. Así que tampoco se salva el que esté en el exilio escribiendo información o reproduciendo noticias que le llegan.
Hasta por divulgar noticias de la Covid-19 cualquier nicaragüense podría caer preso; si el régimen considera que la noticia le genera “angustia” a alguna persona.
Los alcances de la ley son sumamente graves y deben ser motivo de reflexión para todas las personas que sostengan un celular en sus manos. Tenemos que estar claros que esta dictadura es capaz de todo. Si pudo mandar asesinar a manifestantes pacíficos en las marchas, no esperemos contemplaciones. Matará cibernéticamente a todos los ciudadanos que le incomoden.
Es por ello que para evadir esta ley debemos cambiar algunos hábitos. Para garantizar que, sin arriesgarse, los ciudadanos puedan seguir difundiendo información vital para la lucha por la libertad y la democracia.
En primer lugar, desde un punto de vista tecnológico es posible cambiar la ubicación del aparato que usemos. Ya sea un teléfono celular o una computadora, ellos emiten su señal desde donde están ubicados, pero esto se puede alterar. Se puede cambiar el VPN para registrarse en cualquier parte del mundo y así despistar a los espías de Telcor.
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Además, para mayor seguridad los activistas cibernéticos deberían usar identidades alternativas. Aún en ausencia de la represión digital de la dictadura, es mejor usar un alias como forma de protección.
Si bien los programas de mensajería son encriptados y relativamente seguros, los teléfonos celulares no lo son. Es buena práctica vaciar regularmente el contenido que pueda ser utilizado en contra. Esto incluye mensajes, fotos o publicaciones.
Nosotros podemos ser más vivos que ellos. Así que la Ley Mordaza no cambiará nuestros patrones de publicación en las redes sociales. Tenemos que encontrar la forma de hacerlo, porque debemos seguir resistiendo y denunciando todos los atropellos de la dictadura.
La dictadura está impulsando esta acción represiva, porque sabe que con el avance de la penetración de internet cada día, más y más nicaragüenses se están conectando e informando sobre lo que pasa en el país. La libre información ha sido y será siempre una aliada de la democracia y enemiga de las dictaduras.
"Llamo a intensificar los mensajes, a duplicar la reproducción de información, a abrir más páginas, a filmar más videos y a expandir las redes azul y blanco. Que cada celular sea una herramienta de protesta. Ya demostró que por ahí les molesta, así que sigamos en la lucha cibernética, que la estamos ganado y no van a poder controlarnos".
Juan sebastián Chamorro, director ejecutivo de la Alianza Cívica
Llamo a desobedecer estas leyes porque son injustas y atentan contra la integridad humana, la libertad y la privacidad. Debemos estar alertas a estas maniobras de control cibernético de la dictadura. Que no muestran más que su propia frustración de no poder controlar las redes sociales. Saben que la guerra cibernética ya la perdieron; por esto tratan de trasladar la represión física al campo virtual.
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Quieren hacer en la red, lo mismo que hacen en su guerra presencial contra la libertad de expresión: utilizar la represión legal y el control estatal. Pero estoy seguro que no nos van a doblegar. Seguiremos nuestra lucha presencial y también la virtual, sin que una ley odiosa nos lo impida. Así que, sin importar que sus diputados aprueben esta Ley Mordaza, seguiremos luchando, ya sea en las calles o en las redes sociales, porque de que se van, se van.
Texto original en el blog: https://juansebastian.ch/
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