El acoso sexual no es un mal nuevo. Lleva tiempo carcomiendo la sociedad y destrozando a personas alrededor del mundo. Lo que ha cambiado es que cada vez más personas se atreven a denunciar. Aunque muchas de las víctimas de acoso sexual aún sufren o guardan sus experiencias en silencio. Pero, ¿Por qué? Veamos qué pasa.
El acosador, por lo general, ocupa su posición para acechar a la víctima y en caso de ser denunciado para escudarse de las acusaciones.
Supongamos que sos un estudiante universitario becado y tu profesor con no sé cuántos títulos y experiencia profesional te acosa o si trabajás en la empresa que siempre quisiste y tu jefe o alguien con un cargo superior te pasa insinuando cosas subidas de tono. ¿Qué hacés? Denunciás y te arriesgas a ser expulsado o despedido o te aguantás y buscás cómo evadir a la persona.
A vos que estás leyendo se te hará fácil decir: “obvio, yo denuncio”, pero no sos esa persona, no estás en las condiciones de la víctima y no conocés las limitaciones económicas que podrá tener. Quizá esa beca es la única oportunidad que esa persona tendrá para ir a la universidad o no sabés cuántas personas dependen del salario de ese trabajador. ¿Ves que no es tan sencillo?
“Deben ser ideas tuyas”, “vos estás exagerando”, “cuidado, esa es una acusación seria” son frases que cohíben a la persona acosada de denunciar. Si la persona de confianza a la que le contás que estás siendo víctima de acoso no te cree, ¿qué podés esperar del resto?
¿Tenés idea de lo que pudo haberle costado a esa persona decirte lo que pasa? Si alguien te cuenta que es víctima de acoso sexual espera que al menos le escuchés sin recriminar. No que le digás que está mal o que debió hacerlo antes. Solo escuchá, eso puede ayudarle más de lo que pensás.
Una vez que la víctima de acoso se atreve a hacer pública la denuncia se enfrenta a ataques, de quienes sabiendo poco o nada del caso, le hacen sentir que tuvo parte de la culpa. Y se lo dicen “es que vos tuviste parte de la culpa”. Si no le vas a creer, al menos no le hagás sentir que en vez de víctima fue victimario.
Las redes sociales en este sentido se han vuelto plazas públicas para linchamientos a víctimas de acoso sexual. Usuarios se burlan, ofenden y dicen lo que quieren de quien denuncia. Algunos no conocen del caso y se unen a la mofa porque vieron un meme o el post de alguien más, otros saben bien lo que pasó, pero como están del lado del acosador, prefieren denigrar a la víctima.
Aunque en la mayoría de los casos de acoso la víctima es una mujer, también hay hombres acosados.
La situación se vuelve compleja cuando el acosador y el acosado son hombres.
Pero “¿Cómo un hombre se deja acosar por otro hombre?” dirán. A la carga del acoso sexual y lo difícil que es (para mujeres y hombres) contarlo o denunciarlo, se suma que producto de la cultura machista haya una ridiculización de estas denuncias. Pasa de ser por la denuncia de una conducta abusiva a ser un show. Lejos de ser tomado en serio, es visto como una broma.
No juzgués. Escuchá. Quizás nunca vas a entender por completo lo que siente una víctima de acoso si no lo has vivido, pero no recriminar a alguien que te tuvo la confianza de contarte algo tan difícil puede hacer una diferencia.
Lo más importante, no minimicés las cosas. Aunque el acoso no haya terminado en abuso, el trauma pesa mucho sobre quien lo vivió o aún lo vive sin poder denunciarlo.
Llegó la Navidad de 2021 y en Nicaragua hay 160 presos políticos. En estos días…
Actualmente sabemos que la variante ómicron que produce la COVID-19 es más contagiosa que la…
Con la promesa de mostrar al mundo las más novedosas innovaciones para la salud, seguridad,…
A 23 meses de haberse notificado el primer caso de COVID-19 y tras una estimación…
Sé que es momento de recogimiento familiar, de reuniones y fiestas y no digo que…
Me llamó la atención el término flow del título y decidí investigar el tema. Les…